Corrupción de menores

  Alejandro Llano, filósofo, ex rector de la Universidad de Navarra, persona prestigiosa, seria y solvente, publicó el domingo un artículo en 'La Gaceta' titulado 'Género y ciudadanía' que llama poderosamente la atención por lo contundente de sus expresiones, siempre muy precisas y ajenas por entero a la exageración o el espectáculo. Reproduce algunos párrafos de ayuda a los profesores de la polémica asignatura de Educación para la Ciudadanía, avalados por el Gobierno socialista de Aragón, en lo relativo al sexo, a los comportamientos sexuales de niños y adolescentes y a eso que llaman género, que consiste en la elección del comportamiento sexual con independencia del sexo de cada persona. "Estamos, según parece, ante un plan de deformación programada", concluye.

   "Se recomiendan las películas Philadelphia, Brokeback Mountain y Frida Kahlo. Se aconseja una amplia exhibición de imágenes sexuales dibujadas por los alumnos y alumnas, además de otras tomadas de periódicos y revistas, en las que no falten penes y vaginas, además de corazones", explica Llano, después de resumir los fundamentos teóricos (?) de la ideología de género. Por decirlo en lenguaje comprensible para el más profano, el objetivo de esta asignatura consiste en iniciar a los niños y los adolescentes en una comprensión del comportamiento sexual (homosexual, heterosexual o bisexual) como resultado de una elección hecha en los primeros años, después de experimentar caricias con otros niños y niñas indiscriminadamente.

   Parece como si la polémica suscitada en torno a esta asignatura fuera sólo cosa de católicos, una cuestión de creencias religiosas sobre un asunto quizás nocivo para creyentes, pero inocuo para el resto de la gente. Nada más lejos de la realidad: el planteamiento de esta asignatura va contra la naturaleza y contra la razón, y los católicos están radicalmente en contra por las mismas razones por las que están también contra la estafa, la mentira y el homicidio, sin que se le ocurra a nadie deducir que esos delitos, por ser además inmorales, sólo merezcan la reprobación de los católicos.

   La influencia que el Gobierno de Rodríguez Zapatero pretende imponer obligatoriamente sobre los niños en las edades críticas de formación de su personalidad y emergencia de los primeros impulsos sexuales se había llamado hasta ahora corrupción de menores. A partir de ahora se pretende que se llame educación para la ciudadanía. Del Código Penal a los libros de texto y las clases prácticas.