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Zapatero (y Rajoy) hacen las américas

Zapatero (y Rajoy) hacen las américas

Tras ‘arreglar’ –y lo digo sin la menor ironía, que conste— las cosas en casa, Zapatero se ha lanzado, antes de iniciar sus vacaciones, a ‘hacer las américas’. Ahora está en visita oficial a México y posteriormente viajara a Panamá, destino reciente de tantas inversiones, inmobiliarias cómo no, españolas. Tiene razón el jefe del Gobierno español en no desatender unos países tan importantes, y por tantas razones, para España, que es tantas veces país de referencia. Escribo desde la capital federal mexicana y leo en los periódicos dominicales constantes alusiones a cuestiones españolas, aunque la verdad es que la primera parte del desplazamiento de ZP, una visita turística de fin de semana, no ha interesado, lógicamente, tanto como otras cuestiones. Eso sí, naturalmente, algunos medios no han olvidado mencionar que esta visita turística incluyó un recorrido por la zona arqueológica de Chichén Itzá, recientemente declarada como una de las nuevas siete maravillas del mundo, reconocimiento que no obtuvo la Alambra granadina.

Este lunes comienza la parte protocolaria de la agenda, ya anticipada por un artículo conjunto escrito por el presidente mexicano, Felipe Calderón, y Zapatero en el diario ‘El Universal’. Es un artículo que claramente no han escrito ellos, aunque lo firmen, lleno de tópicos y excesivamente formalista, pero el hecho de que las dos firmas vayan unidas en el mismo texto resulta ya indicativo de que las cosas no van mal, por mucho que algunos medios mexicanos –y españoles-- se empeñen en resaltar las diferencias ideológicas entre el conservador Calderón y el socialista “de izquierdas” Zapatero. El presidente español, en una entrevista en el diario capitalino ‘Reforma’, resalta, lógicamente, los factores de unión, y no los de discrepancia, resaltando el 30 aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas tras el franquismo y el 70 aniversario de la llegada a México de los ‘niños de Morelia’ que huían de los horrores de la guerra civil española. Y dice también ZP que la asociación estratégica que se firmará entre los dos países “prevé intensificar la cooperación en el combate al crimen”.

Así que, hay que insistir, no van mal las relaciones ni comercialmente –las inversiones españolas, desde los bancos a las eléctricas, crecen constantemente, aunque quizá no tanto como podrían —ni políticamente –México comparte muchos puntos de vista diplomáticos de España y, además, parece bastante comprometido en la lucha contra ETA--. Este año, se espera que no menos de cien mil turistas españoles pasen por este país, lo que también resulta bastante indicativo. Y dicen –dicen—que el magnate Carlos Slim, con quien colabora, como saben, Felipe González, prepara algún desembarco inversor en España, tras ver frustrado, por ahora, un tímido intento de aterrizar en un importante ‘holding’ de comunicación español.

El viaje, por tanto, no debe tener más aristas que el anuncio de que  Mariano Rajoy, el líder de la oposición española, acudirá a México dentro de diez días para entrevistar con su ‘correligionario’ Calderón. Lo cual, aparte de objeto de comentario periodístico, da poco de sí. Como da poco de sí que algún miembro del ‘gabnete’ del candidato perdedor, Andrés Manuel López Obrador, diga que Zapatero no es bienvenido en México porque “se adelantó” a felicitar a Calderón como presidente electo, cuando López Obrador aún seguía en su pelea por proclamarse el vencedor “legítimo”.

También dentro de pocos días, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega hará un recorrido por varios países de América Latina, comenzando, claro está, por su ya buena amiga la presidenta chilena, Bachelet. Y, antes, homenajeará a Cristina Kirchner, mujer del presidente argentino y aspirante ella misma a ocupar la Casa Rosada, si se lo permite, por supuesto, el populista opositor Mauricio Macri, que, aparentemente, también tiene prevista una visita a España en fecha cercana, pero aún no determinada. Así que ya ven que, al menos, hay actividad diplomática. Y empresarial, y turística. Son buenas noticias estos intercambios con países con los que, en los tiempos de Aznar, las relaciones sufrieron un brusco enfriamiento que ni España ni Iberoamérica se pueden permitir. Pero, como dice Zapatero este domingo en su entrevista en ‘Reforma’, “es obvio que entre Aznar y yo hay grandes diferencias de criterio”.

 

 

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