PSOE e IU sumaron esta mañana 14 concejales --once y tres, respectivamente--, frente a los 12 del Partido Popular que, al igual que el edil del partido independiente 'Unión por Leganés' (ULEG), Carlos Delgado, votaron en contra de la moción de censura.
El Pleno transcurrió sin incidentes, aunque en siete ocasiones los simpatizantes de uno y otro bando interrumpieron con gritos, abucheos o aplausos las intervenciones de los concejales. Uno de los momentos más representativos en este sentido se produjo tras finalizar su intervención la que hasta entonces era alcaldesa, Guadalupe Bragado. En ese momento, varios de los asistentes alzaron pancartas en las que se leyeron frases como 'Leganés no es una ficha de póker' o 'Alcaldesa, alcaldesa'.
No obstante, el primero en tomar la palabra fue el portavoz socialista, Gómez Montoya, quien, al justificar la moción, declaró que ésta tenía como "objetivo censurar la actuación" del Gobierno local. Durante su discurso, Montoya reprochó a Bragado que gobernase en minoría y "sin acuerdos", y que, durante su breve mandato de 22 días, no convocase la junta de portavoces ni las comisiones informativas. Además, criticó que celebrase dos "Plenos fantasmas".
Con ello, Montoya se refirió a la sesión plenaria en la que PSOE e IU tumbaron la propuesta de derogar la tasa de recogida de basura ('ecotasa') y a la sesión que se celebró dos horas antes para dar cuenta al Pleno de la renuncia de la edil popular Inmaculada Álvarez por incompatibilidad con su trabajo de profesora universitaria.
Por el contrario, afirmó que la moción de censura posibilitaría "un Gobierno progresista, de izquierda y respaldado por 47.000 vecinos". En ese momento, varias personas asistentes elevaron el tono de voz para protestar. "Está provocando", dijo una de ellas, lo que dio paso para que el socialista afirmase que Leganés tendría un "gobierno transparente".
La moción de censura, "un asalto"
Por su lado, Bragado definió el voto de censura como "un asalto", "un intento -agregó- de despojar a los leganenses del cambio". En este sentido, recriminó a los firmantes que la moción careciese de "justificación" y de que se interpusiese, a su entender, de manera "precipitada".
Además, volvió a instar a Montoya y Calle a que aireasen los términos del acuerdo que posibilitó la moción. "¿Qué credibilidad nos dan ustedes, que quieren conseguir por la fuerza lo que no han conseguido con los votos?", preguntó. Bragado, quien opinó que con la moción se "está censurando a todo un pueblo", añadió que la iniciativa "le pasará factura" a la izquierda. "Será legal, pero los vecinos dudamos de que sea legítimo", concluyó.
La concejala popular esbozó, por otro lado, un balance de su trabajo realizado en estas tres semanas de Gobierno y recordó a PSOE e IU que "lo más valioso no es el poder, sino el respeto y el reconocimiento" de los ciudadanos. Por ello, se comprometió a "seguir trabajando" desde la oposición.
En una línea similar, el portavoz de ULEG, Carlos Delgado -que rechazó la moción de censura-, preguntó qué había cambiado para que el acuerdo que no se alcanzó antes del Pleno de investidura del día 16 se sellase pocos días después. "Si la falta era la Concejalía de Deportes -preguntó-, ¿por qué Calle se queda con la cartera de Urbanismo?".
El edil tuvo duras críticas para sus homónimos en el PSOE e IU, a los que acusó de "dar una imagen irresponsable" y de "utilizar la moción de censura como instrumento de chantaje". Delgado lamentó que en todo este periodo no haya habido "dimisiones ni ceses" por lo que consideró "un circo" y "una contradicción". Por otro lado, también criticó la labor de Guadalupe Bragado como regidora, ya que -a su juicio- a la edil le pudo "su obsesión por los focos y su afán por ponerse medallas".
"Compromiso claro"
Tras la intervención de Delgado, Raúl Calle dio respuesta a las críticas. Así, afirmó que el pacto entre IU y PSOE se debe a que la coalición cuenta ahora con "un compromiso claro", en alusión a la negociación de ejes programáticos. "Lo que ha cambiado con respecto al día 16 es que las cosas están ahora muy claras", dijo Calle, quien reiteró que su formación adoptó la decisión de no respaldar a Montoya en la investidura por "dignidad".
La sesión dio paso entonces a los portavoces de los diferentes grupos políticos. En este contexto, el representante socialista, Antonio García, recordó a Bragado que la moción de censura "no es un asalto", sino "democracia". Al mismo tiempo, le culpó de haber seguido, en el Ejecutivo municipal, una política de "manipulación y desprecio por intentar vender -alegó- medidas políticas que ya estaban iniciadas".
La intervención de Jesús Gómez, portavoz del PP, dio paso a las votaciones. El edil aseveró que la moción de PSOE e IU vulneró el pacto antitransfugismo firmado por todos los partidos políticos, e ironizó con los problemas que generó en el PSOE la llegada de Gómez Montoya como candidato al compararle con "el señorito que viene a heredar un cortijo". Además, dejó entrever que Calle se ha "vendido por Urbanismo".
Votación
Tras ello, se procedió a la votación de la moción, que fue nominal y a mano alzada. El secretario municipal fue preguntando uno a uno si apoyaban o rechazaban el veto, a lo que debía contestar con un escueto 'sí' o 'no'. El silencio se hizo en cada una de las respuestas. Los tres últimos en dar su voto fueron los concejales de IU. Su voto afirmativo dio la Alcaldía a Gómez Montoya.
Sus primeras palabras como regidor, tras recoger el bastón, fueron para el propio proceso que acababa de tener lugar en el Ayuntamiento de la Plaza de España. "La decisión de la ciudadanía a través de este Pleno es que un Gobierno progresista se ocupe del gobierno de esta ciudad", dijo tras garantizar que el municipio tendrá "un programa de Gobierno ambicioso y ajustado a las necesidades".
Abrazo de Gómez Montoya con Simancas
Cuando concluyó el Pleno, el recién elegido alcalde fue felicitado, en el vestíbulo contiguo al salón de Plenos, por sus compañeros de partido, entre ellos, la portavoz socialista en la Asamblea Ruth Porta y los candidatos a dirigir el Partido Socialista de Madrid (PSM), Tomás Gómez y José Cepeda.
Un sentido abrazo con el ex secretario general del PSM, Rafael Simancas, minutos después de que el PP catalogase a Montoya como "el último vestigio del fracasado proyecto de Simancas", puso el punto final a una sesión e inauguró una nueva etapa en Leganés. Precisamente, el ex líder de los socialistas madrileños dijo que "se ha llevado a efecto la voluntad de la mayoría de leganenses, y estamos satisfecho por ello". "Estoy convencido de que Rafael Gómez Montoya va a realizar una labor encomiable y positiva con el talante conciliador", agregó.
El salón de Plenos del Ayuntamiento, abarrotado por unas 150 personas, contó con la presencia de responsables regionales de las tres formaciones. De esta manera, el secretario general del PP y consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, se sentó en la segunda fila junto al alcalde de Móstoles, Esteban Parro.
Si (
No(
