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En interés del partido

Habrá que cambiarle el nombre. En el debate sobre el estado de la nación sigue primando el interés de partido sobre el interés general. Podría tener varios títulos: “debate sobre el estado del PSOE y sus intereses” o “debate sobre el futuro del PP y su intención de ganar las próximas elecciones como sea”. Lo mismo se puede escribir de Izquierda Unida, del PNV, de CiU, de Coalición Canaria o de todos lo que están en el Congreso de los Diputados. No van, salvo excepciones, a hablar de lo que pasa en España sino a preguntar “qué hay de lo mío”. Deberían empezar diciendo: “Yo he venido aquí a ver qué puedo sacar”. Así nos entenderíamos todos mucho mejor.

El ejemplo más claro de eso de “mis intereses por encima de todo” está en el anuncio de los 2.500 euros por hijo que hizo el presidente Zapatero. Excelente medida de marketing político. Si alguien no está de acuerdo, si alguien no va a ser padre o madre en breve, no tienen un hijo, una hija, un nieto o una nieta, un amigo/a en estado de buena esperanza, que levante la mano. En los bares no se habla de otra cosa y algunos ya se han gastado el dinero. El PP tenía en su programa 3.000 euros por nacimiento. Aquí, el que no corre, vuela. Para muchos jóvenes, 2.500 euros son tres mensualidades. Para muchos inmigrantes, una fortuna.

Pero esa medida ni siquiera había sido debatida por el Gobierno. Lo hará el Consejo de Ministros para definir “las características, los requisitos y la forma” en que se pagará. ¿En dinero, en reducciones del IRPF, en bonos, en acciones de Endesa…? Pero, eso sí, se aplicará a todos los nacidos a partir del día en que lo anunció el presidente del Gobierno. ¿Por qué no desde que el PSOE llegó al Gobierno? ¿De dónde se quitarán los recursos necesarios, varios cientos de millones? ¿Alguien cree que eso va a fomentar la natalidad en España? ¿Se va a mantener para siempre? 

A nadie le amarga un dulce, pero es poco ético y nada estético que un presidente del Gobierno aproveche un debate sobre el estado de la nación para que los ciudadanos hablen de un regalo en lugar de hablar de lo que toca. Es profundamente antisocial y demagógico que esa ayuda llegue a quien no la necesita por su nivel de rentas y que no haya dinero para otras cuestiones fundamentales. Y prepárense para la próxima campaña electoral: salario para las amas de casa, transporte público gratuito para todos, becas para los que no estudian, alquileres a precio de saldo para los jóvenes, canastilla gratuita en los hospitales, gin tonic gratis para los jubilados… Vale todo si eso puede tener una repercusión electoral partidista. Y al estado de la nación, que lo zurzan.

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