red.diariocritico.com
Oda al sostén

Oda al sostén

¿Qué tienen en común la radio, el teléfono y el sostén? Entre otras cosas que Neruda, el vate que le componía una oda a cuanta cosa se le ocurriera, no escribió las correspondientes a los artículos señalados. Sobre los dos primeros podría entenderse que no suenan muy poéticos… ¡pero el sosténnnnnnn! ¿Qué le pasó don Pablo? ¿acaso nunca desabrochó uno? Sepa usted, dondequiera que se halle en espíritu, que un fetichista como yo, considera imperdonable tal omisión. Y como uno no tiene el talento suficiente para versificar, amén del riesgo a que le digan plagiador, así sea sólo de la marca registrada que usted dejó, intentaré algo más prosaico, o sea la prosa, que es lo mío. Sobre la radio y el teléfono volveré más tarde.
 
Escuché que por estos días se cumplen 100 años del sostén. Hace algunos años escuché también que se cumplían 100 años del sostén. Dentro de cinco años volveré a escuchar que –esta vez sí- se cumplirán 100 años del sostén.
 
El punto es que hace más o menos 100 años el brassiere acabó con 350 años de reinado del corsé y nos dio a los hombres –no se olvide que escribo desde la perspectiva masculina- un motivo de celebración que nos afectó en igual o mayor medida que a sus directas usuarias. Es que el sutien es mucho más que un simple accesorio contra la gravedad: en pechos que aún no se han rendido a ella, el más discreto sostén puede convertirse en la invitación más expedita a descubrir el contenido; uno rojo y con apenas dos brochecitos, ni que se diga –se me está poniendo muy difícil continuar, debo confesar-.
 
¡Y pensar que en los 60’s, a título de la liberación femenina, la propias mujeres lo anatemizaron (como símbolo de algo opresivo, imagino)! Razón nomás tuvo Ida Rosenthal, quien diseño la nomenclatura del sostén según el tamaño y la forma de los senos, cuando sentenció: “vivimos en democracia, toda persona tiene derecho a vestirse o desvestirse; sin embargo, a partir de los 35 años la mujer no tiene figura para prescindir del sujetador. El tiempo está a mi favor”. Digamos que ahora se puede ser más generoso con la edad que señalaba Rosenthal, pero en todo caso, aun los pechos más turgentes necesitan el aire de misterio que otorga la pieza de la que tratamos.
 
Así como a la radio y al teléfono se les otorga la titularidad del invento a quienes se adelantaron en la patente de los mismos –Marconi y Bell-, la patente del sostén marca su existencia oficial: fue en 1912 y la registró Mary Phelps Jacob, también conocida como Carresse Crosby o, para los amigos, simplemente “Polly”. Gracias, Polly.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios
ventana.flyLoaderQueue = ventana.flyLoaderQueue || [] ventana.flyLoaderQueue.push(()=>{ flyLoader.ejecutar([ { // Zona flotante aguas afuera ID de zona: 4536, contenedor: document.getElementById('fly_106846_4536') } ]) })