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OPINION/Victor Gijón

Querer y poder

Querer y poder

El PP quiere que el nuevo Gobierno regional, surgido del pacto PRC-PSOE, y cuyo presidente, Miguel Ángel Revilla, será elegido este fin de semana, renuncie a su programa para aplicar, en los grandes asuntos, las recetas conservadoras. El argumento sobre el que basan la demanda tienen el peso de una pluma.
Y es que dicen que ese programa, el suyo, fue el más votado el 27-M. Pues bien, aunque les pueda parece peregrino, estrambótico, desmesurado o absurdo, lo que propondrá mañana, durante la segunda sesión del debate de investidura, el líder de los populares cántabros,  Ignacio Diego, es lo mismo que ha venido y viene mantenido el PP en el ámbito nacional. Eso sí, sin la justificación de haber ganado las elecciones del 14-M, que no las ganaron, aunque sigan considerándose los vencedores morales, desposeídos de la mayoría por una conspiración de moros (islamistas y etarras) y cristianos (socialistas, medios de comunicación, policías infiltrados...).

Desde el inicio de la legislatura Mariano Rajoy decidió que el Gobierno de Zapatero o hacía lo que él decía que tenía que hacer o leña al mono. No es que la oposición no esté en su derecho de reclamar medidas, proponer iniciativas o intentar condicionar o consensuar acuerdos. Pero es un camino de doble vía, donde por un lado se marcan las diferencias, pero por otro se colabora en asuntos que, por su trascendencia, pide el acuerdo a gritos.

Pero hasta ahora nunca se habían propuesto consensos sobre la renuncia de una de las partes a todas sus propuestas. Es más, para el PP no vale la renuncia, el Gobierno tiene que asumir, acatar y aplicar la política dictada por al oposición. Los ejemplos son multitud: desde la reforma del Estado al terrorismo, pasando por las leyes de educación o la regulación de nuevos derechos. El mundo al revés.

En Cantabra el PP se había limitado hasta ahora a descalificar al contrario. Es un paso que anuncie un discurso con propuestas, aunque, fieles a la doctrina Rajoy, lo que intentan no es abrir un diálogo para el acuerdo sino imponer sus puntos de vista. Diego parte de la premisa de que tienen más votos que el Gobierno. Pero no es cierto.

El programa del Gobierno tienen el respaldo de dos partidos que reúnen no sólo más escaños que el PP sino también más votos. Y como tan válidos son los sufragios emitidos a favor del PP como los que fueron al PSOE o al PRC habrá que convenir que los ciudadanos, a los que ya los populares no pueden endosarles ignorancia sobe futuros pactos, han dado el respaldo mayoritario al programa de Gobierno que hoy defenderá Revilla y que mañana tendrá el refrendo en el órgano donde reside la soberanía popular: el Parlamento. Con democracia.

Y al PP le toca ofrecer ideas, diálogo y apoyo cuando lo crea conveniente, pero nunca condicionado a que se cumpla su programa, que sería el que hubiera aplicado de ganar las elecciones por mayoría absoluta. O si hubiera logrado el apoyo de la mayoría de los diputados. Que no son el caso
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