Los artículos de González

Felipe González suele decir que en un mundo tan globalizado, a Europa sólo le queda un camino: fortalecer sus instituciones propias, crecer y expandir el radio de acción de la UE, incluso hacia el Mediterráneo. El ex primer ministro español fue uno de los grandes artífices de los mejores años de la Unión Europea pero ahora sus ideas no pasan de sus conferencias o de los artículos de prensa. Toda una lástima para Europa y para España, perdida también en una UE que corre el riesgo de avanzar hacia atrás, algo sin precedentes en su lento pero firme proceso de construcción.

No sólo las autonomías se miran el ombligo. También los estados y la propia Unión Europea. La globalización es un manantial de oportunidades pero también infunde temores. La reciente cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE es una buena prueba de que van ganando los euroescépticos o, en el mejor de los casos, los partidarios de la cooperación intergubernamental, que no es lo mismo que defender el europeísmo como alternativa federalizante para una gran Europa con peso propio en el mundo.

La esperanza que había en Bruselas ante el relevo en la presidencia francesa no aporta muchos frutos y no da la sensación de que Sarkozy y Merkel, pese a sus buenas intenciones, tengan fuerza suficiente para levantar una nueva UE, estando como está la actual sujeta a una parálisis institucional derivada del rechazo de la Constitución por los votantes de Francia y Holanda, en el 2005.  La España de Zapatero también se difumina y, por el contrario, afloran los gemelos polacos Kaczynski, mientras los británicos siguen poniendo –como siempre- palos en las ruedas de Europa. Felipe González va a tener que escribir muchos más artículos porque si bien es cierto que Europa se pone en marcha de nuevo, las concesiones a Polonia y a Gran Bretaña diluyen parte del alcance de la reforma prevista. A día de hoy, es lo que hay.