La dictadura de las minorías

La democracia, como todo modelo de participación ciudadana, es mejorable y parte de la responsabilidad de los políticos pasa por analizar con detenimiento la normal convivencia entre los ciudadanos y tratar de corregir aquellas cuestiones que por una causa u otra impiden que llegue, de manera nítida, a los lugares de destino las decisiones de los mismos.

En algo que coinciden casi todos los analistas es en que el PSPV en la Comunidad Valenciana no consiguió los resultados que esperaba porque muchos de sus posibles electores no se atrevieron a depositarles su confianza en las urnas porque no tenían claro qué iban a hacer con ese voto los responsables del PSPV, ya que para gobernar tenían que pactar con el Comprimís y muchos de los puntos programáticos de esa coalición no coincidían con el programa que el PSPV estaba defendiendo entre los ciudadanos de la Comunidad Valenciana.

Los resultados de las elecciones en la Comunidad Valenciana han sido claros a nivel autonómico, pues la mayoría de 54 escaños para el PP le va a permitir desarrollar su programa electoral sin ningún tipo de problema.

No han tenido la misma suerte ni en Canarias, ni en Baleares, ni en Navarra, pues este es el momento en el cual en ninguna de estas tres autonomías se sabe con certeza quién y cómo va a gobernar.

En Canarias, aquellos que han seguido la campaña electoral en esas islas, tenían claro que la actitud del PSOE intentando deshacer la unión entre los distintos grupos que forman Coalición Canaria iba a ser muy difícil de perdonar e imposible de olvidar, como así ha ocurrido. Resultado: Juan Fernando López Aguilar, pese a ser el más votado, es casi seguro que no va a gobernar.

En Navarra, Miguel Sanz, de la UPN, tiene casi seguro el mismo camino que López Aguilar, es decir, pese a ser el partido más votado, como no ha conseguido la mayoría absoluta, no va a tener los apoyos necesarios para gobernar y será el Partido Socialista y Nafarroa Bai los que al final gobiernen, tampoco sabemos con o sin la ayuda de ANV.

Aún siendo graves los casos de Canarias y Navarra, aún lo es más el caso de Baleares, donde en un Parlamento de 59 diputados, en el que el PP de Jaume Matas ha conseguido 28 escaños y prácticamente igual numero de votos reales que todos los otros partidos, parece ser que no va a poder gobernar porque, de acuerdo con las normas democráticas, Maria Antonia Munar ha decidido, con sus tres diputados, apoyar a 5 partidos más para hacer un frente anti-PP que les permita, entre todos, tener mayoría absoluta. Lo que le ha pedido Mª Antonia Munar al PSOE en Baleares no da la impresión que sea lo que debiera de obtener en función de su representatividad y apoyo ciudadano un partido con sólo tres diputados en un Parlamento de 59.

La democracia será un sistema imperfecto, pero es el mejor sistema, lo cual no quiere decir, como comentaba al principio de esta reflexión, que no se pueda mejorar para evitar de una vez por todas que en el Gobierno de la nación, partidos con apenas 300.000 votos sean decisivos para la gobernabilidad de España, o que en Baleares 28.082 votos conseguidos por Unión Mallorquina quiten o pongan, según les pueda parecer en cualquier momento, al presidente del Gobierno balear.

Quede bien claro que considero imprescindible que las minorías no sólo existan sino que estén representadas en los Parlamentos, pues precisamente en el Parlamento se debe poder oír la voz de todos los ciudadanos, pero en lo que no estoy de acuerdo es en que precisamente porque tenemos la posibilidad y la obligación de que en nuestros Parlamentos se oiga a todos los que tengan un mínimo apoyo popular, los responsables de esas formaciones impongan y decidan programas y decisiones que no se ajustan a lo que muchísimos ciudadanos quieren y han demostrado con su apoyo, aunque éste, desgraciadamente, no haya permitido conseguir la mayoría absoluta. Gregorio Peces Barba ya ha hecho algunas sugerencias respecto a cómo resolver estos temas, que sería interesante que los responsables políticos las estudiaran y se manifestaran respecto a ellas, para que los ciudadanos podamos saber cuáles son sus intenciones con respecto a la posible mejora del proceso democrático en nuestro país.