La declaración de alto el fuego, realizada el 22 de marzo de 2004, estuvo precedida por la 'Declaración de Anoeta', en la que 15 meses antes, Batasuna hizo públicas las bases del denominado 'proceso de paz'. Tras el anuncio de ETA, el Gobierno dijo que verificaría la desaparición de la violencia antes de iniciar el diálogo y así se conocieron hasta tres informes que supuestamente certificaban el cese de actividades de la banda.
Sin embargo, el día en que se cumplía un mes del anuncio, unos desconocidos incendiaron la ferretería de un concejal de UPN en Barañain, provocando un importante incendio que a punto estuvo de causar daños personales. Por aquel entonces, el presidente del Gobierno ya manejaba el primer informe de verificación, con José Antonio Alonso todavía como ministro del Interior. El 12 de junio siguiente, su sustituto, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró en Niza (Francia) que el tercer informe de verificación sobre el alto el fuego de ETA ratificaba "las conclusiones del primero y del segundo", viniendo a decir que contaba "con unas bases sólidas".
Por otra parte, fueron apareciendo en los medios de comunicación ejemplares de las cartas que ETA enviaba cada mes a empresarios vascos y navarros exigiendo su "aportación al proceso". El fin seguía siendo el chantaje al empresariado de ambas comunidades autónomas, pero el lenguaje había cambiado y de una forma no amenazante pedían la colaboración de los destinatarios de las misivas. Las últimas cartas se conocieron a finales de la pasada semana.
La primera gran operación contra el entramado etarra en tiempo de tregua se produjo el 20 de junio de 2006 con la detención de 12 personas en España y Francia, supuestos integrantes de una red de cobro del citado 'impuesto'.
Sin embargo, el verdadero revuelo mediático y político no vino con los arrestos sino con la noticia de que el presunto jefe de la trama, Joseba Elosua, había sido advertido días antes de que si cruzaba la frontera con dinero iba a ser detenido. Aún hoy se desconoce la autoría del 'chivatazo', aunque distintas fuentes apuntan a que fue realizado por un policía. Ni el director general del Cuerpo ni el comisario general de Información en ese momento, Víctor García Hidalgo y Telesforo Rubio, respectivamente, siguen en el cargo.
ROBO PISTOLAS
En el pasado mes de octubre también se registró uno de los hechos más alarmantes que hacía dudar de la voluntad de ETA de abandonar la violencia, como fue el robo de 350 pistolas en una empresa de armamento Vauvert (Francia), en una acción preparada y ejecutada cuidadosamente por los terroristas, que llegaron a secuestrar durante horas a la familia propietaria.
El primer golpe policial a la capacidad operativa de la banda se produjo el 23 de diciembre de 2006, cuando la Ertzaintza halló en Amorebieta (Vizcaya) un 'zulo' con explosivos. Poco después encontró cerca de allí una bomba preparada para hacer explotar. Aún se investiga, si ese 'comando Vizcaya' --del que se detuvo días después en Francia a dos de sus miembros-- iba a perpetrar la acción de la T-4 y fue sustituido tras su desarticulación o estaba encargado de realizar otro atentado, quizá simultáneo al de Barajas.
Además, a medida que avanzaban los meses de alto el fuego se registraba un aumento progresivo de los actos de 'kale borroka'. El 5 de marzo falleció un anciano de Arrasate, que había inhalado humo del ataque que había sufrido un banco situado en los bajos de su domicilio.
Pero el gran golpe policial a ETA en periodo de tregua llegó de la mano de la Guardia Civil, que desarticuló el 'comando Donosti' de ETA coincidiendo con el inicio de la Semana Santa. Se produjeron once detenciones y se halló en su poder, como había pasado con el 'Vizcaya', todo tipo de explosivos, tanto para cometer atentados incruentos como para preparar bombas-lapa. En su poder, había una lista con más de 400 objetivos.
IKER AGUIRRE, CAMINO DE VALENCIA
Las verdaderas intenciones de ETA ya se habían puesto de manifiesto el 26 de enero cuando la Policía detuvo en Portbou, camino de Levante, a Iker Aguirre, a quien eljefe de los 'comandos' de ETA, Garikoitz Aspiazu, 'Txeroki', había encargado elaborar información de la zona a la que se dirigía en el momento del arresto.
La última advertencia de ETA llegó hace unos días, con la distribución por ambientes radicales de un vídeo en el que mostraba a encapuchados entrenándose en tareas 'operativas' y que las Fuerzas de Seguridad calificaron de proselitista y propagandista. Una voz en 'off' advertía de que "nada" "desviará" a la banda "del camino de la lucha por la liberación" y hacía un constante llamamiento a la implicación en la "lucha" por la independencia y el socialismo.
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