El golpe de mano de Simancas en el PSM le sale por la culata y Zapatero le exige su dimisión

Cuando hace una semana Rafael Simancas puso su cargo a disposición de Rodríguez Zapatero, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE lo tenía claro: Simancas debía continuar como secretario general del PSM, pero con la intención de convocar un Congreso Extraordinario de los socialistas madrileños.

Un Congreso para el que la Moncloa quería a Enrique Cascallana, alcalde de Alcorcón, para presidente del PSM, y al ex alcalde de Fuenlabrada y diputado nacional, José Quintana, para secretario general. Mientras tanto, Moncloa y Ferraz apostaban para portavoz municipal socialista por el ex teniente de alcalde de Getafe y actual concejal electo del Ayuntamiento de Madrid, David Lucas, -en la foto de abajo-,que se había presentado a estas elecciones municipales como número 7 en la candidatura de Miguel Sebastián.

Pero Simancas, genio y figura, hizo todo lo contrario de lo que, por lo que se, se quería de él. Como hemos contado en 'Diariocritico', en la mañana de este lunes estaba previsto que el PSM eligiera a la actual 'número dos' de la formación, Pilar Gallego, como nueva presidenta del Grupo Municipal y a Oscar Iglesias como portavoz. Estos nombramientos iban a ser propuestos en la reunión que iba a mantener Rafael Simancas con el Grupo Municipal en el Ayuntamiento a las 10.00 horas. Sin embargo, tras 20 minutos de encuentro entre los futuros concejales, una parte importante de ellos (Pilar Gallego, David Lucas, Pedro Zerolo, Ángeles Álvarez y Noelia Martínez) salieron de la sede de Miguel Fleta.


No era ni por asomo lo que quería Moncloa. Así que, antes de la reunión de la Ejecutiva del PSM, Rodríguez Zapatero llamó a Simancas y le convoco en Palacio. Allí, según fuentes socialistas, se produjo una reunión muy tensa en la que el presidente del Gobierno –actuando como secretario general del PSOE- le pidió la dimisión y le expuso su idea de nombrar una gestora que convocase a la mayor brevedad un Congreso Extraordinario. A partir de ahí se empezaron a escuchar los rumores que apuntaban a Cascallana como presidente del PSM y a Quintana como secretario general.

 Así, de esta forma tan simple, la crisis del PSM se ha desencadenado antes de lo previsto, apenas una semana después de la severa derrota electoral sufrida por el PSOE en Madrid y de que Zapatero pidiera a Simancas que aguantara en su cargo hasta después de las generales, momento en el que sería convocado el Congreso regional.

Según nuestras fuentes, Rodríguez Zapatero estaba “muy molesto” por los acontecimientos del pasado fin de semana, que se había saldado con el reparto de cargos en el Grupo Municipal Socialista que hemos señalado arriba y que había sido decidido por los distintos sectores del PSM de forma “precipitada” y sin “respetar” la lista surgida de las recientes elecciones. Un reparto que no contaba con el beneplácito de Zapatero pero en el que, al parecer, si tomó parte el secretario de Organización del partido, José Blanco.

Dirigentes de la Ejecutiva federal reconocen que la situación de Simancas era “muy delicada” una vez conocidos los resultados del 27 de mayo. Pero aún así, Zapatero, en la breve conversación que mantuvo con el candidato al Ayuntamiento madrileño la misma noche electoral, le recomendó “sosiego” y le pidió “tiempo” para buscar la mejor solución a la situación creada en Madrid, pese a que en la Ejecutiva eran muchos los que opinaban que situación del dirigente regional era “insostenible”.

De hecho, según han confirmado a este diario fuentes de la propia Ejecutiva, en la reunión que mantuvo el órgano de dirección del PSOE hubo división de opiniones. Unos pensaban que había que abordar y zanjar cuanto ante la crisis y otros abogaban por esperar hasta después de las elecciones para no crear más tensiones de las que ya había. Zapatero optó por lo segundo.

Lo de Sebastián, ‘clavado’ en su corazón

Pero las formas y maneras de ‘echar’ a su ‘protegido’ Miguel Sebastián del panorama político, forzándole a renunciar a su acta de concejal, irritaron también sobremanera a Rodríguez Zapatero. Hasta el propio Simancas se desmarcó públicamente de su compañero electoral, algo que tampoco gustó al presidente del Gobierno, que lo consideró "injusto".

Claro, que una vez consumada la renuncia de Sebastián eran muchas las voces que tanto dentro del PSM como de la Ejecutiva Federal del PSOE argumentaban que Simancas también tendría que seguir su ejemplo y dejar su cargo, máxime cuando el líder regional acumulaba nada menos que “tres derrotas consecutivas” frente al PP y, para más ‘inri’, había cosechado en estas elecciones el peor resultado de sus tres intentos, mientras Sebastián era la primera vez que se presentaba.

 La ‘dimisión’ de Simancas sorprendió a la Comisión Permanente del PSOE este lunes reunida en Ferraz bajo la ‘presidencia’ de José Blanco, quien había sido uno de los artífices, junto con Simancas, del reparto de cargos municipal durante este fin de semana. Al parecer, a esa hora Blanco ya sabía el malestar de Zapatero –que le salpicaba también a él de alguna manera- y la intención del líder de llamar a capítulo a Simancas.

Consumada y hecha pública la dimisión, todos estuvieron de acuerdo en que había sido una decisión “acertada” y que la mejor salida ahora era la creación de una Gestora hasta que se celebre un Congreso Extraordinario. Las fechas que manejaba Blanco son las del mes de julio o de septiembre.

El poder de los ‘guerristas’

Pero en la precipitación de la crisis y la caída de Simancas también ha tenido mucho que ver el sector ‘guerrista’ del PSM que lidera el diputado José Acosta. El sábado pasado Acosta convocó una ‘cumbre’ en la agrupación socialista de Vallecas a la que asistieron unos trescientos militantes. Allí se decidió dar apoyo a Simancas, al que últimamente este sector también ha cuestionado, hasta el Congreso ordinario de 2008 a cambio de mantener la cuota de poder en el partido en su momento.

Como hemos apuntado, el acuerdo municipal estipulaba que Oscar Iglesias fuera de nuevo el portavoz del Grupo Municipal. Del mismo modo, Pilar Gallego, ex delegada del Gobierno en Madrid y número dos de la lista tras Sebastián -‘colocada’ por Ferraz – ostentaría la presidencia del Grupo.

Sin embargo, la ‘pelea’ se centró por la decisión de que David Lucas, número siete de la lista, iba a asumir la portavocía adjunta, pese a que algunos dirigentes como el alcalde de Parla, Tomas Gómez, -cuya figura va a ser muy determinante en el futuro dentro del PSM- apostaban porque fuera el portavoz del grupo en lugar de Iglesias, que era la apuesta, precisamente, de Rodríguez Zapatero y lo que en definitiva ha precipitado la decapitación política de Simancas.

La secretaría general iba a recaer en la número cuatro, Noelia Martínez, aunque los seguidores de Sebastián lograron que la compartiera con Pedro Sánchez, algo que sin embargo fue desmentido posteriormente por Iglesias. Todo este ‘reparto’ iba a ser refrendado por el Grupo Municipal surgido de estas nuevas elecciones y por la Ejecutiva del PSM cuando Zapatero, al que, como decimos, no le gustó nada el pacto, convocó por sorpresa al secretario general de los socialistas madrileños en La Moncloa con el final ya conocido.

La incógnita ahora es saber si Simancas abandona también su acta de diputado regional o aguanta en su escaño hasta las generales. De ser así, una de las ‘salidas’ que podría adoptar la dirección del PSOE sería que fuera elegido senador autonómico por Madrid. Algo que se conocerá muy pronto.