¿Sigue siendo España el país en el que uno puede hacerse rico en menos tiempo como decía Solchaga en la época de la jet set? Parece que sí. Claro que ricos sólo se hacen algunos, antes y ahora, porque los demás mortales apenas pueden pagar sus hipotecas. Los nuevos ricos de esta etapa sean los inmobiliarios y constructores, los reyes del ladrillo y del suelo. Figuran en todas las listas y muchos hace apenas unos años no tenían nada digno de mención. ¿Son más listos que el resto de los hipotecados mortales?
El importe medio de una hipoteca ha subido un 11,5 con respecto a 2006 y ya se sitúa por encima de los 150.000 euros, a pagar en 25 o 26 años. Un españolito que se case a los 30, tenga un trabajo estable, no cambie de vivienda y no se divorcie va a estar hipotecado hasta que le jubilen. Si se añade cualquier circunstancia a la “normalidad”, entonces sus hijos terminarán de pagar la hipoteca. Habrán pagado prácticamente el doble de lo que vale el piso y si lo venden –que casi nadie lo puede hacer salvo para darlo como señal en otro más caro- habrán ganado muy poco descontado el aumento de la inflación y la depreciación del bien.
Otra cosa es el suelo. Ahí está una de las claves de la carestía de la vivienda en España. Sólo una, porque la vivienda en España está sobrevalorada en al menos un 30 por ciento. Aun así, es sorprendente que una empresa desconocida para los analistas, ¡imagínense para los ciudadanos!, sea capaz de inflar y pinchar la burbuja y hacer que se escapen miles de millones virtuales. Se ha llegado a pagar 72 euros por lo que poco antes valía 6,4 y ahora está por los 15 y bajando. En apenas dos meses ha perdido el 80 por ciento de su valor, miles de millones y ha arrastrado a las constructoras, poseedoras de un negocio que representa el 16 por ciento del PIB (en Europa la media el 9), el 10 por ciento del valor añadido bruto y el 14 por ciento del empleo. Es una caso de libro… de magia de Juan Tamariz..
El Financial Times afirma que el mercado inmobiliario español muestra todos los signos de una burbuja a punto de estallar, los expertos inmobiliarios aconsejan a los vendedores que bajen el precio de sus casas si no quieren que después del verano sea peor, y el Credit Suisse desaconseja a sus clientes la inversión en viviendas en España. Y este año, que los precios se han moderado, la subida del precio de la vivienda está cerca de 7 por ciento, tres veces más que la inflación. No es que yo quiera ser pesimista, es, simplemente, que no se puede mantener vivo en el mercado un producto por el que se cobra muchísimo más de lo que vale. Y que unos pocos se hagan ricos.
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No(
