No lo quiere reconocer así el Partido Socialista, pero los populares ya han vendido la idea de que las elecciones municipales y autonómicas del 27 de mayo son, en realidad, unas ‘primarias’ en las que se verá la reacción de los electores respecto al Gobierno de Rodríguez Zapatero. Tras la presentación masiva de candidatos por los dos principales partidos (Zapatero lo hizo en Leganés el 3 de febrero y Rajoy lo hizo en Madrid el día 10), ya ha sonado el pistoletazo de salida. Pero, ¿qué va a ocurrir en mayo? ¿Seguirá el PP gobernando en la mayor parte de las comunidades autónomas, como ocurre ahora? Lo único cierto es que, sabiendo lo que se juega, Rodríguez Zapatero se va a implicar mucho de forma personal en esta campaña.
Actualmente, el PP gobierna en siete comunidades autónomas (Madrid, Valencia, Castilla y León, Baleares, Murcia, Navarra y La Rioja) y en las dos ciudades de Ceuta y Melilla. El PSOE gobierna en las otras cuatro comunidades que elegirán nuevos representantes en las elecciones del 27 de mayo (Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura y Asturias). No entran en liza las ‘comunidades históricas’, Euskadi, Cataluña, Galicia y Andalucía, gobernadas respectivamente por el tripartito vasco (PNV-EA-EB), el tripartito catalán (PSE-ERC-IC), el bipartito gallego (PS de G-PSOE-BNG) y por el PSOE de Andalucía.
El saldo actual es netamente superior para el partido que preside Mariano Rajoy, y las encuestas que manejan ambas formaciones políticas ofrecen resultados muy similares a los que se produjeron en mayo de 2003. Es decir, que de creer esos sondeos, poco va a variar el mapa político autonómico. Sin embargo, la cúpula dirigente del PP es consciente de su dificultad electoral: no tiene ‘socios’ con los que poder pactar un gobierno de coalición postelectoral. Es decir, que en cada una de las comunidades tiene que obtener mayoría absoluta si quiere gobernar, salvo, acaso, en Canarias y en Baleares. |