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Sarkozy… tendiendo a Le Pen

¿Que tiene de malo pedir los votos del electorado de Le Pen? se pregunta el candidato a la presidencia Nicolas Sarkozy, que a una semana de la primera vuelta ha optado por poner a toda vela rumbo a estribor en su campaña electoral   Abogando por un Ministerio de la Emigración y de la Identidad Nacional, Sarkozy hace la misma amalgama que Le Pen, al dejar suponer que la cuestión de la inmigración es la responsable de todos los males que padece la sociedad francesa.  Un viejo reflejo de la derecha en este país a lo largo de la Historia: señalar la inmigración como chivo expiatorio. Un allegado colaborador de Sarkozy, el ministro Brice Hortefeux ha ido mas lejos al tender la mano a Le Pen, con la propuesta de una posible dosis de escrutinio proporcional en las próximas elecciones legislativas, lo que permitiria llegar al parlamento a los candidatos frontistas. La UMP siempre se habia declarado en contra de un escrutinio proporcional parcial o integral reclamado por todos los partidos minoritarios. 

  Saliendo al paso de los que le acusan de buscar una alianza con el Frente Nacional en las legislativas,  Sarkozy ha precisado que no habrá acuerdo político con Le Pen. Sarkozy necesita los votos del Frente Nacional en la primera vuelta, pero eso no implica que una vez clasificado se alie con ellos. Después del 21 de abril, los dos finalistas empezarán una nueva partida de cartas, en la que se baraja de nuevo, cambiando reglas y parámetros.  

 La primera vuelta sirve para clasificarse y Sarkozy está convencido de que la mayoria de los franceses es de derechas. Aritmeticamente no le falta  razón, si se suman las intenciones de voto de Le Pen, Sarkozy, Bayrou, De Villiers y  Nihous, suman 60% del electorado.  Pero las matematicas nos enseñan que no es posible adicionar peras y manzanas. El maquiavélico cálculo de Mitterrand fué en el 86 separar al electorado Lepenista de la derecha tradicional. La aritmetica es aplicable sólo si los electorados que se adicionan son homogeneos, y actualmente la derecha como la izquierda están divididas profundamente entre partidarios de Maastricht y soberanistas. Nadie puede garantizar cual será el transvase de votos de la primera a la segunda ronda.

 Sarkozy está dispuesto a todo para clasificarse el próximo domingo y por eso tiende a la Pen, aunque espera recuperar las tradicionales alianzas de la derecha UMP-UDF en la segunda vuelta. Sabido es que los enemigos de ayer se reconcilian rapidamente por un puñado de diputados, concejales o uno u otro ministerio.

    Por el momento la única ruptura de Sarkozy con respecto a la herencia Chirac es en lo que se refiere a las posiciones mas saludables del jefe del Estado: su oposición a le Pen, y su defensa de la excepción francesa frente a EEUU. Sarkozy busca seducir al electorado de Le Pen y es atlantista pro Bush, aunque ahora no alardee de esa virtud.  Pero el candidato de la UMP no deberia olvidar que 80 % de franceses  votaron contra las ideas de Le Pen en el 2002. Su cálculo es arriesgado. ¿La unión nacional democrática y republicana contra el neofascismo del Frente nacional, seguirá siendo en este pais un eslogan movilizador? ¿O bien el voto del miedo impondrá aritméticamente las ideas de Le Pen, a traves de la legitimidad republicana de Sarkozy?

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