Así, como lo oyen: para el diario de la conspiración del 11-M,
El Mundo, hay una nueva conspiración, esta vez en el Juicio por los atentados.
Abre este diario este lunes con la siguiente noticia:
"El pasado 7 de marzo, el diario El País publicó una entrevista con Rosa, la mujer de Jamal Admidan, El Chino, presunto jefe del comando que cometió los atentados del 11-M, en la que revelaba que pudo hablar con su marido minutos antes de que se inmolara junto a otros seis islamistas en el piso de Leganés. Sin embargo, la mujer de El Chino, designada como testigo protegido R-22 en el sumario de la matanza de Madrid, había asegurado en anteriores comparecencias ante la Policía y el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo que no había contactado con su marido el día en que murió".
El Mundo destaca que sólo entre ese día y el 31 de marzo ella misma habló en 16 ocasiones con uno de esos móviles ya controlados, pero la Policía no aportó la transcripción de ninguna de esas conversaciones y la fiscal renunció a seguir interrogándola cuando guardó silencio tras la pregunta de si había hablado con su marido después de su detención.
Por otra parte, El Mundo señala que el jefe del laboratorio de la Policía Científica, Alfonso Vega, asumió el pasado 20 de marzo que en la muestra M-1, extraída en uno de los focos de la explosión que el 11-M tuvo lugar en la estación de cercanías de El Pozo, aparecían restos de nitroglicerina, componente básico del Titadyne y de la Goma 2 ECO. Pero tras la vuelta de las vacaciones de Semana Santa, el técnico policial argumenta que ese descubrimiento, que echa por tierra la versión oficial de que los terroristas utilizaron Goma 2 ECO, se debe a una simple contaminación de la muestra. Su teoría se basa en que la bolsa de polietileno donde se guardaba la muestra es porosa y se ha contaminado al estar almacenada junto a otros explosivos.
Explosivo editorial
El titular lo dice todo: "¿Qué esconden la testigo perjura, la Policía y la fiscal?". El resto, más de lo mismo. Se refiere El Mundo en su editorial al testimonio, en el juicio del 11-M de Rosa, la mujer de 'El Chino' y afirma que "estamos ante un caso flagrante de perjurio, delito tipificado por el Código Penal y condenado hasta con dos años de cárcel". Según revela este periódico "durante los seis días posteriores a su detención, interrogatorio y puesta en libertad Rosa mantuvo 16 conversaciones telefónicas con su marido huido. Teniendo en cuanta que Rosa proporcionó a la Policía el número del móvil desde el que Jamel mantuvo todas esas conversaciones, es obvio que tuvieron que ser controladas y grabadas. ¿Donde están sus transcripciones?".
Invita por último a fijarse en la "actitud de la fiscal que, conocedora como mínimo de la contradicción entre la actitud de Rosa ante el tribunal y lo que consta en el sumario, reacciona ante su silencio con un complaciente "no hay más preguntas". "Al margen del contraste entre tanta condescendencia y la aspereza con la que interrogó a Omar sobre sus declaraciones a El Mundo, todo sugiere que ni la Policía ni la fiscal desean que el tribunal averigüe qué es lo que 'El Chino' le contó a Rosa después de que decidiera esconderse y cuando ya veía su final muy cerca".
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