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Informe especial sobre la ‘trama asturiana’ en Diariocrítico

La gran polémica del juicio del 11-M está a punto de estallar

La gran polémica del juicio del 11-M está a punto de estallar

· Pero... ¿qué tiene que ver una prostituta brasileña con la trama de explosivos
· Los mandos responsables de la 'incompetencia' han sido ascendidos

Otra gran polémica está a punto de estallar: el misterio de la ‘trama asturiana’ de explosivos, aderezado con la ‘incompetencia’ de los mandos de la Guardia Civil, prostitución de por medio. Y ustedes se preguntarán: ¿qué tiene que ver una prostituta brasileña con la ‘trama de explosivos’? Les adelantamos el próximo escándalo en el juicio del 11-M.
Una próxima polémica va a estallar con la declaración de todos los responsables de la Guardia Civil en Asturias va a ser fuerte, porque van a entrar en contradicción con la Unidad Central Operativa (UCO). Sabiendo por tres fuentes distintas que Toro y Trashorras tenían 150 kilos de explosivos, ¿por qué no se hizo un operativo para descrubirlos y capturarlos y sí se hizo en ese tiempo un gran despliegue conjunto con la Policía Nacional para averiguar el paradero de una prostituta brasileña? ¿Negligencia? ¿Incompetencia en los mandos? Parece que no, porque todos los mandos o han sido ascendidos o permanecen en sus puestos.

Nadie hizo nada; nadie investigó nada. La Guardia Civil no realizó ningún operativo, pero sí lo hizo, coordinada con la Policía Nacional, para intentar encontrar… ¡a una prostituta brasileña sobre la que se había interesado su embajada en Madrid! La prostituta apareció en un local de alterne, pero no estaba allí secuestrada por una mafia, sino que ejercía libremente esta 'profesión'.

El amplio operativo desplegado, con el objetivo no confeso de 'coger' a un capitán (entonces teniente) de la Guardia Civil in situ, contrasta con los pocos medios, menor atención y nula colaboración con el Cuerpo Nacional de Policía para cazar a los 'dinamiteros' del 11-M. Si tal operativo contra los clubes de alterne se hubiera empleado en investigar y hacer caer a Suárez Trashorras y Antonio Toro en los primeros meses de 2003, como debió de haber sido, probablemente no se hubiera producido la masacre de Madrid.

¿Por qué ese descontrol en la Guardia Civil de la Zona de Asturias? ¿Por qué se ha saldado todo sólo con un cese, el del teniente coronel José Antonio Rodríguez Bolinaga, jefe de la Comandancia de Gijón, es decir, que ni siquiera era el jefe de Zona?

La investigación de Diariocritico revela tal cúmulo de personalismos, obstruccionismos e incapacidades en la Benemérita asturiana que desde el poder se optó por la figura de 'un chivo expiatorio' -Rodríguez Bolinaga- para tapar el asunto. Otra pregunta: ¿Por qué nadie informó al capitán Novoa, jefe de la Intervención de Armas de la Plana Mayor de la Jefatura de Zona, de las preocupantes noticias que llegaban sobre el tráfico de dinamita a gran escala? El capitán Novoa, único oficial interventor de armas en Asturias, había pertenecido, además, al CESID, actual Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

A continuación les mostramos el organigrama de la Zona de Asturias de la Guardia Civil, en el que revelamos la importancia de la Plana Mayor de la Jefatura de Zona, algo en lo que no ha caído en la cuenta hasta ahora ningún medio de comunicación.

Así es la cadena de mando en Asturias:




1. La Jefatura de la Zona de Asturias (Comandancias de Oviedo y de Gijón)

El entonces coronel Pedro Laguna Palacios era el jefe de la Comandancia de la Zona, y, por tanto, máximo responsable de las Comandancias de Oviedo y de Gijón. Ostentando ese cargo, reconoció haber archivado la nota de 27 de febrero de 2003 remitida por la Unidad Central Operativa (UCO), en la que se pedía colaboración para investigar una supuesta red de tráfico de explosivos, en la que suponía que se quería dar salida a unos 150 kilos de dinamita (otras informaciones de confidentes, llegadas a partir de 2001, hablaban de hasta mil kilos y con un guardia civil de 'transportista', todo ello en conocimiento del capitán Pedro Amable Marful, responsable de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Oviedo, de quien hablaremos).

Ahora, Laguna es general de Brigada responsable de la Jefatura de Castilla y León, mientras que Marful sigue hoy mandando la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de Oviedo.

Por centrarnos en la UCO, que se dedica habitualmente a delincuencia organizada, lo curioso es que no aparezcan en ningún momento en Asturias ni la UCE1 (Unidad Central Especial-1, dedicada a ETA), ni la UCE2 (dedicada a terrorismo exterior) ni mucho menos, claro, la UCE3 (dedicada a ciberdelitos). En esas fechas, uno de los jefes de los Servicios de Información de la Dirección General era el coronel Ferreiro, quien llevaba especialmente las UCE de ETA y de terrorismo exterior.

Ferriero fue ascendido por el Gobierno socialista a general de Brigada y ahora manda la Zona de Galicia.

Las UCE están dedicadas a explosivos, terrorismo nacional (ETA) y terrorismo exterior (islamistas). ¿Por qué la nota sobre explosivos es de la UCO y no de la UCE, cuando lógicamente correspondería a esta unidad? Además, las UCE sí intervinieron en las detenciones de José Emilio Suárez Trashorras, de Antonio Toro y de otros implicados en la trama de explosivos del 11-M, y por si fuera poco, es la UCE la que luego trabajó estrech amente con el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, cuyo titular, Juan del Olmo, abrió el Sumario 20/04 sobre la masacre de Madrid que ahora se juzga en las instalaciones de la Casa de Campo.

Una explicación que pudo recabar Diariocritico es que cuando el capitán Pedro Amable Marful -que estaba recibiendo diversas confidencias de José Ignacio Fernández Díaz, alias 'Nayo', y otras noticias igual de preocupantes, como la cinta grabada a 'Lavandero'- observó que no había interés por el tema -sí lo había, curiosamente, hacia la prostitución en la zona occidental-, pide a sus 'amigos' de la UCO que le ayuden remitiendo una nota de petición de investigación, nota que es la que dice Pedro Laguna que quedó 'archivada', es decir que no la trasladó siguiendo la cadena mando hacia abajo.

De hecho, el entonces teniente coronel Fernando Aldea Juan, jefe de la Comandancia de Oviedo, reconoció que no vio la nota hasta que se hizo cargo de forma accidental de la Jefatura de Zona tras el ascenso de Pedro Laguna a general, en el verano de 2004: se la encontró, al parecer, en un cajón de la mesa de Laguna.

Aldea Juan ha sido ascendido recientemente a coronel y está pendiente de destino.

'Archivado' significa llanamente que Pedro Laguna no dio cuenta de la nota de la UCO ni a la entonces delegada del Gobierno, Mercedes Fernández, ni a las Secciones de Información de Zona y de Intervención de Armas de la Plana Mayor de Asturias (coordinan las Comandancias de Oviedo y Gijón), las cuales, de haber sido informadas, deberían haber coordinado los trabajos de investigación.

Pedro Laguna negó también haber conocido en su día la famosa cinta hallada en noviembre de 2004 en el patio del cuartel de Cancienes en la que el confidente Francisco Javier Lavandero Villalón, alias 'Lavandero', avisaba ya entonces al guardia civil de Información de Gijón Jesús Campillo que el ex minero José Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro querían vender explosivos, que tiempo atrás ‘utilizaron’ a un guardia civil para transportar dinamita (presumiblemente, a Leonardo Raúl Graña, asesinado de dos tiros en 2002 en el cuartel de la Guardia Civil en La Salve, en Bilbao) y que querían aprender a montar bombas con teléfonos móviles.

Campillo elevó la cinta a su superior, teniente Carlos Montero, jefe de Información de la Comandancia de Gijón, como veremos, pero ahí se pierde la pista de la famosa cinta, asunto sobre el que volveremos luego.

Carlos Montero ha ascendido a capitán.

Para comprender mejor la cadena de mando, expliquemos que Laguna Palacios dependía orgánica y directamente del subdirector general de Operaciones, coronel (ahora general) Faustino Pellicer, quien, a su vez, dependía del director general del Cuerpo, Santiago López Valdivielso.

Las notas de información sobre hechos relevantes van de arriba-abajo, pero también de abajo-arriba. De haber actuado diligentemente en un tema que se demostró de tanta trascendencia, Laguna Palacios debía haber informado a Pellicer de los operativos dispuestos y/o de sus resultados sobre la trama de la dinamita; Pellicer lo debería haber informado a Valdivielso, quien, a su vez, lo debería haber comunicado (si se hubiera cumplido la cadena de mando y hubiera habido resultados) al secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa, quien lo hubiera trasladado al ministro del Interior, Ángel Acebes.

Pero, paralelamente, Laguna Palacios, como jefe de Zona, estaba obligado a informar de todos los datos relevantes que se produjeran en Asturias a la delegada del Gobierno, entonces Mercedes Fernández, del PP. Es decir, que si se hubiera seguido la cadena de mando, Fernández debió ser informada también de las advertencias del capitán Pedro Marful (jefe de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Oviedo, como veremos luego) y de la nota de la UCO del 27 de febrero de 2003.
A pesar del 'fiasco' -digámoslo así, suavemente-, Pedro Laguna fue ascendido a general de brigada y nombrado en octubre de 2004 jefe de la Guardia Civil de Castilla y León. Sin duda, un gran ascenso en todos los sentidos.

2. La Plana Mayor de Mando

Éste es un dato que, curiosamente, apenas ha trascendido en los medios de comunicación. Todas las Jefaturas de Zona de la Guardia Civil tienen una Plana Mayor de Mando (estructura militar), que depende directamente del jefe de la Zona, en este caso de Laguna Palacios. Refiriéndonos a Asturias, su Plana Mayor incluye, para lo que nos interesa, la Sección de Información de Zona y la Sección de Intervención de Armas (otras Secciones son Expedientes o Material).

La Sección de Información de Zona recibe órdenes directamente de la Jefatura de Zona (en este caso, las debería recibir de Pedro Laguna) y tiene por misión coordinar las secciones de Información de las Comandancias de Gijón y de Oviedo.

Por poner un ejemplo, si su jefe de Zona le hubiera remitido la nota de la UCO, debería haberla analizado y distribuido el servicio bien a Información de Gijón, bajo responsabilidad del teniente Carlos Montero -quien también era responsable en esos momentos de la Policía Judicial de Gijón y quien, como sabemos, recibió la cinta grabada a 'Lavandero'-, o bien a Información de Oviedo, mandada por otro teniente. Es decir, que Información de Zona, formada por un sargento, una cabo y un guardia, tiene responsabilidad directa en las operaciones o por acción o por omisión.

La Sección de Intervención de Armas de la Plana Mayor de la Jefatura de Zona estaba -y está mandada- por el capitán Novoa, en quien recalan las competencias sobre el control de las armas en Asturias. Es decir, que debería haber sido informado de la nota de la UCO y de las confidencias de 'Lavandero' sobre el 'supermercado' de la dinamita que se estaba constituyendo en Asturias. A esta Sección están adscritos también un cabo y un guardia. Novoa sigue en su cargo.

Como dato relevante hay que señalar que el capitán Novoa había estado destinado en el CESID, actual CNI. A su equipo le hubiera correspondido orientar todos los controles sobre la dinamita utilizada -y robada, en su caso- en las minas asturianas. Este dato (la antigua pertenencia de Novoa al CESID) ha dado pie a algunos a pensar -sin la más mínima prueba, por cierto- que, al tener noticias sobre el 'supermercado' de explosivos en Asturias, los servicios de inteligencia pudieran haber intentado montar una operación de 'marcado' por si estos explosivos llegaban a ETA y poder seguir así a los terroristas. Como decimos, no es más que una mera especulación que, sin embargo, ha corrido como la pólvora en determinados ambientes asturianos.

3. La Jefatura de la Comandancia de Oviedo

Como hemos señalado, Asturias está dividida en dos Comandancias territoriales, la de Oviedo y la de Gijón, mandadas cada una por un teniente coronel, bajo el mando ambas del coronel de Zona. La de Oviedo estaba -y está- mandada por Fernando Aldea Juan, quien recibía las órdenes directamente de Pedro Laguna Palacios.

Debajo de Aldea se hallaba el jefe de Operaciones, comandante Jambrina, de quien dependían Información de Oviedo, por un lado, y Policía Judicial de Oviedo, por otro. Jambrina es actualmente jefe interino de la Comandancia de Oviedo tras el ascenso de Aldea Juan. El jefe de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil ovetense era -y es- el capitán Pedro Amable Marful, a quien ya hemos citado.

La figura del capitán Marful resulta clave en este asunto por diversos motivos. Uno de ellos es que fue a él a quien se le encomendó coordinar la amplia operación sobre la prostitución que se desarrolló en los primeros meses de 2003 -la desarrolló físicamente a partir del 12 de febrero de 2003 el entonces brigada Ferreiro Palacios, jefe de un grupo de Policía Judicial a las órdenes directas de Marful y en coordinación con la Policía Nacional-.

La de la búsqueda de la prostituta brasileña fue una operación que se desarrolló paralelamente en el tiempo a cuando arreciaban las informaciones sobre la posible venta de explosivos.

Ferrerio Palacios es ahora subteniente.

Marful sabía de las confidencias sobre los posibles trapicheos de Suárez Trashorras y de Toro con la dinamita desde la primavera de 2002, cuando un confidente, José Ignacio Fernández Díaz, alias 'Nayo', fue a verle a la sede de la Policía Judicial en Oviedo acompañado de ot ro confidente no conocido. A aquel primer encuentro le seguirán otros varios más.

De 'Nayo' hablaremos después, pero en ese momento -primavera de 2002- le informa a Marful sobre las presuntas actividades de Suárez Trashorras y Toro con droga y dinamita. El capitán Marful, a través de la cadena de mando, es decir, del jefe de Operaciones de la Comandancia de Oviedo, comandante Jambrina, informa al jefe de la Comandancia, teniente coronel Fernando Aldea, quien, a su vez, se lo traslada al jefe de Zona, coronel Pablo Laguna (ahora general).

Como el asunto trascendía a Oviedo porque afectaba también a la Comandancia de Gijón, se decide establecer un EDOA (equipo de delincuencia organizada y antidroga).

Jambrina llegó a elaborar un informe pormenorizado y personal del asunto. Se sucedieron las reuniones, a las que se incorporó el jefe de la Comandancia de Gijón, teniente coronel Rodríguez Bolinaga; el de Oviedo, Fernando Aldea, y Jambrina y se llegó a decir 'esto es una marfulada'. Evidentemente, pasó el tiempo, el asunto no salió adelante y Marful se decepcionó de tal forma que solicitó ayuda -de forma personal y amigable- a la UCO.

Sea como fuere, la ayuda llega de forma providencial con la nota de la UCO del 27 de febrero de 2003, nota que, como sabemos, el ahora general Laguna Palacios dice que archiva. ¿Fue o no fue realmente archivada esa nota? Si la Comisión de Investigación del 11-M hubiera sido más diligente en este punto habría pedido los 'recibí' correspondientes: los libros de registro hubieran demostrado si la nota siguió su curso o si se detuvo en el cajón de Laguna Palacios.

Pese a todo, Marful, acompañado de un sargento fue a ver a los fiscales de Avilés, con los que se entrevistó en el Mesón Ágora: se trataba de los fiscales Jesús Villanueva, Belicia y Gorostiza. Pero con su actitud, Marful despertó las iras de sus compañeros de los servicios de Información de Oviedo y de Gijón: los primeros, porque no había nota informativa -es decir, que Marful no informó de sus actuaciones-; los segundos, porque estaba pisando en su terreno -Avilés depende de Gijón-. Y unos por otros, la dinamita sin descubrir.

4. La Jefatura de la Comandancia de Gijón

El jefe de esta otra Comandancia de la zona de Asturias era el teniente coronel José Antonio Rodríguez Bolinaga, que es quien que ha pagado los platos rotos, aunque relativamente, porque fue destinado como jefe de Informática a la Dirección General, en Madrid.

La estructura de la Comandancia de Gijón es similar a la de Oviedo: por debajo de Rodríguez Bolinaga estaba el jefe de Operaciones, comandante Juan Miguel Jiménez García (en la actualidad, jefe de Tráfico de Asturias, subsector que incluye a Cantabria), de quien dependían las unidades de Información y de Policial Judicial de Gijón, ambas en ese momento en manos del teniente Carlos Montero -era de Información, pero tomó interinamente el mando en Policía Judicial al quedar vacante-, el mismo a quien uno de sus guardias de Información, Jesús Campillo, le llegó la famosa cinta que éste le grabó en 2001, probablemente en la playa de Gijón, al confidente Francisco Javier Lavandero Villalón, alias 'Lavandero', y que encontró “tirada” -es de creer- en noviembre de 2004 en un patio del cuartel de Cancienes el guardia David Robles.

'Lavandero' le decía a Campillo que el ex minero José Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro buscaban ya en 2001 vender dinamita y, también, alguien que les enseñara a montar bombas con teléfonos móviles. Terribles declaraciones, según se vería el 11 de marzo de 2004 con la masacre de Madrid. También hablaba 'Lavandero' de un guardia civil destinado entonces en Asturias que les servía de 'transportista' de la dinamita.

El nombre de ese guardia civil que citaba 'Lavandero' no ha trascendido, pero Diariocritico ha podido saber, según determinadas fuentes, que pudiera tratarse del guardia Leonardo Raúl Grana, quien sería asesinado después en el cuartel de la Guardia Civil en La Salve (Bilbao) de dos tiros, junto a un cabo de Orense.

Macabra escena, porque los asesinos llegaron a colocar dos toallas debajo del guardia asesinado para que su sangre no goteara al piso inferior, ya que era de madera. La historia de este guardia es muy confusa: atropelló accidentalmente a su primera mujer, que murió, pero después de haber matado, también en un accidente de tráfico en Otur, a un cónsul francés y a su mujer. En el momento de su asesinato estaba casado en segundas nupcias con una teniente de la Marina.

En cualquier caso, esa cinta hallada en Cancienes y sobre la que aún existe un gran misterio es la que dijo Rodríguez Bolinaga que había acabado en él en la cade na de mando, razón por la que Bolinaga fue cesado, pero salvó así a todo el escalafón superior, empezando por Laguna, siguiendo por la delegada del Gobierno y más arriba por el entonces coronel y ahora general Faustino Pellicer.

5. Delegación del Gobierno en Asturias

La delegada era Mercedes Fernández, del PP, quien debería haber recibido toda la información por parte del jefe de la Zona, Pedro Laguna Palacios, pero a quien Laguna no habría transmitido nada, porque Bolinaga tampoco se lo habría transmitido a él -es de creer-.

Cesada tras la victoria electoral del PSOE del 14 de marzo de 2004, fue sustituida por Antonio Trevín. A Mercedes Fernández el PP la quería proponer para el Tribunal de Cuentas.

6. Jefatura Superior de Policía de Asturias

Mandada (antes y ahora) por el comisario Juan Carretero Enrique, quien anteriormente fue jefe superior de Policía del País Vasco. Según parece, no se enteró de nada sobre la trama de explosivos, ni mucho menos de que el inspector-jefe de Avilés, Manuel García Rodríguez, alias 'Manolón', tenía por confidentes a los dos que supuestamente vendieron la dinamita a los 'moritos', José Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro Castro.

Carretero está actualmente en la embajada española en Lisboa.

7. Inspector jefe de grupo de Policía Judicial de Avilés (Asturias), Manuel García Rodríguez, 'Manolón'

Pese a tener por confidente a José Emilio Suárez Trashorras, el inspector Manuel García Rodríguez no se enteró de los manejos de éste y del que sería luego su cuñado, Antonio Toro, con la dinamita.

A 'Manolón', Suárez Trashorras le dijo el 13 de marzo de 2003 (dos días después de los atentados) que los autores del 11-M 'habían sido los moritos', pero ese dato fundamental no lo comunicó el inspector asturiano a la Comisaría General de Informació n hasta el día 17 de marzo, entre otras razones, porque no sabía que el ex minero había tenido contactos con los autores de la matanza, según dijo ante la Comisión del 11-M.

García Rodríguez acabó pidiendo perdón entre lágrimas a los familiares de las víctimas por si cometió alguna 'negligencia', tras una dura interpelación de Jaime Ignacio del Burgo, del PP.

“Manolón” fue relevado de su cargo, pero lo fue para ascenderle a jefe de Seguridad y Pasaportes del Aeropuerto de Renón, Asturias.
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