El titular español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, concluyó una visita oficial de dos días a La Habana en que se reunió con el presidente provisional, Raúl Castro, y varios altos cargos del gobierno de la isla.En contraste con la confianza expresada en Bruselas por funcionarios de la Unión Europea sobre las posibilidades que abre la visita a Cuba del ministro español de Asuntos Exteriores, diplomáticos europeos acreditados en La Habana mostraron sus reservas sobre los resultados del viaje.
Moratinos se llevó en la cartera varios compromisos de negociación y dos acuerdos importantes: la reanudación de la cooperación -suspendida desde 2003- y el inicio de consultas políticas que incluyen un diálogo sobre derechos humanos, aunque Cuba dejó claro que el tema de los presos políticos, el más delicado, no entra en la agenda.
Durante su estancia en la isla, tanto el ministro español como su homólogo cubano, Felipe Pérez Roque, subrayaron las posibilidades de España como "interlocutor privilegiado" para trabajar por el diálogo entre La Habana y la Unión Europea (UE) y saldar definitivamente la crisis de 2003.
El conflicto se desató cuando Cuba "congeló" sus contactos con diplomáticos europeos y rechazó la cooperación de los estados de la UE en protesta por el endurecimiento de la política comunitaria tras las condenas a 75 disidentes en juicios sumarísimos y la ejecución de tres secuestradores.
La crisis quedó formalmente zanjada a principios de 2005, pero funcionarios europeos admiten que las relaciones nunca recobraron la fluidez anterior.
En una primera lectura, los acuerdos firmados por Moratinos "no concretan mucho", opinó un diplomático europeo consultado por Efe, que se mostró partidario de "esperar acontecimientos" para analizar las posibilidades que se abren para la UE.
Otro diplomático comunitario, que prefirió también mantener el anonimato, lamentó la "escasa" información recibida sobre la visita de Moratinos.
"A los diplomáticos acreditados en La Habana el viaje no se les ha explicado convenientemente, ni con la suficiente antelación ni detalle", señaló.
En su opinión "no será fácil" extrapolar los acuerdos firmados al conjunto de la UE porque "si Cuba quiere que España tenga influencia sobre Bruselas va a tener que dar muestras".
A juicio de otro de sus colegas europeos, los acuerdos alcanzados "son importantes", pero "hay que esperar" para ver si se traducen en nuevas excarcelaciones de disidentes presos que "serían muy positivas".
En Bruselas, el portavoz de Desarrollo de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj, expresó hoy su confianza en que los acuerdos para restablecer la cooperación entre España y Cuba sean el inicio de un nuevo diálogo entre La Habana y Bruselas.
"El hecho de que Cuba acepte un diálogo sobre asuntos que afectan a los derechos humanos es un paso positivo del que nos alegramos y ahora esperamos que esta evolución abra una ventana a un diálogo más amplio, no sólo a nivel bilateral sino también europeo", señaló.
La situación de los presos políticos es uno de los temas más sensibles para la UE.
El canciller cubano dejó claro el martes que el asunto "no está en la agenda" de los acuerdos con España porque "consideramos que ese es un tema que tiene que ser tratado por nuestro sistema legal".
Pérez Roque se refirió a los "presos políticos" como "mercenarios" procesados por recibir financiación de EEUU, intentar "subvertir el orden" o "cometer actos violentos", y aseguró que "no existe la situación" de que alguien "esté preso por pensar distinto" en Cuba.
Unos calificativos que, según un funcionario europeo acreditado en La Habana, "sonaron fuertes" pronunciados en presencia de Moratinos
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