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Margarita Morales

Abortar o no abortar…esa es mi decisión

Abortar o no abortar…esa es mi decisión

Hace apenas un par de semanas que la visión y equidad de género formaban parte esencial de la agenda pública nacional, con gran júbilo y un simulado compromiso, en las celebraciones del Día Internacional de la Mujer, Felipe Calderón compartía con un grupo de mujeres en la residencia de los Pinos su “visión reformadora del estado con perspectiva de género ratificando el pleno respeto a los derechos de la mujer”.

Pero hoy, ese discurso desaparece de la escena pública, ha bastado poner en la mesa de debate la despenalización del aborto en la capital del país, tema vinculado principalmente a la mujer, por su naturaleza biológica y el cual se ha convertido en escasos días en la discusión central del debate público, más por una pugna política que por un verdadero interés en la mujer, encubierto por una atroz máscara de defensa a la vida, y peor aún aprovechando un clima de insatisfacción social, esta cuestión surge en medio de aprobaciones de leyes de dudoso beneficio social, fatídicos resultados en materia de seguridad, disminución de empleos y la celebración de la 2ª Asamblea de la Convención Nacional Democrática por parte del Frente Amplio Progresista y miles de ciudadanos inconformes.

Como hace dos semanas, como hoy y como siempre, la mujer y su libertad reproductiva son argumentos excelentes para denotar el machismo exacerbado del gobierno mexicano, el cual, encuentra excelente respaldo en la iglesia católica, la cual critica, juzga, amenaza y sanciona, mediante la excomunión, este acto de estado olvidando la suprema de su creador, Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios, lo cual no sólo es aplicable a la economía. Lo anterior ofende a la sociedad, aun más cuando quien acusa, es precisamente actor en la serie de denuncias sobre abusos, hostigamientos sexuales y violaciones cometidos por sacerdotes, encubiertos por arzobispos, en contra de menores de edad, o ¿es que acaso eso no es considerado un delito (pecado)?
 
Observando quienes son los principales detractores de ésta iniciativa, es una vergüenza que me indigna tanto como a la mayoría de las mujeres, que sean pederastas, cardenales indiciados, empresarios que enarbolan la bandera de la familia, destruyendo la economía doméstica de la mayoría de los mexicanos y funcionarios públicos que no tienen la menor intención de reconocer, respetar y cumplir con su obligación de garante del derecho de la mujer a decidir sobre el momento y el número de hijos que desea tener, violando la garantía consagrada en la propia Constitución Política, apegados a este derecho el tema de la despenalización del aborto está demás.

Mientras que el cardenal Rivera, se retrata junto a fetos de plástico, el ex secretario de gobernación Abascal encabeza marchas (peregrinaciones) para manifestar su rechazo a la iniciativa, y Calderón, en actos de relevancia internacional hace votos porque no haya un “avasallamiento” de parte de quien tenga la mayoría en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, es decir el Partido de la Revolución Democrática, afirmando que se encuentra a favor de la vida aunque también le parece bien el aborto en casos de de violación, peligro de la vida de la madre e incluso por malformaciones congénitas, en ningún momento ningún actor alude a las soluciones que favorezcan a evitar el aborto por cualquier causa, es decir, actualizar y mejorar la educación sexual, proveer de mejores servicios de salud, elaborar políticas públicas para fomentar el pleno ejercicio de la sexualidad de la mujer, entre otras.

La realidad es que, la mujer que por cualquier razón tome la decisión de abortar, así lo hará, con o sin despenalización, con o sin excomunión, con o sin información, sola o acompañada, en un hospital privado o con la llamada hierbera, o con doctores de mala reputación, eso dependerá de su situación económica, cuando una mujer decide aun estando embarazada sobre su destino, nadie puede intervenir en este acto el cual es absolutamente privado por lo que es mejor si lo puede hacer con la garantía de que será tratada con respeto teniendo el apoyo médico y en su caso psicológico necesario.

A nadie le gusta la idea de abortar, que no matar, ya que no podemos considerarlo homicidio, quien lo haga será un verdadero neófito en el tema, pero tampoco nadie tiene la potestad de obligar a una mujer a dar vida a quien no desea hacerlo. Y ese es un derecho que el estado debe garantizar, porque abortar o no abortar, esa es mi decisión...
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