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Según el ex presidente Jose María Aznar

El pacto de mínimos reafirmará la idea de matar en ETA

El pacto de mínimos reafirmará la idea de matar en ETA

·“Los terroristas no verán otra mesa que aquella en la que depositen sus armas"

El ex presidente del Gobierno central y actual presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), José María Aznar, ha considerado que el "pacto de mínimos" que pretende llevar adelante el Gobierno socialista "ya no será la derrota contra ETA, sino cómo se mantiene, a prueba de bombas, un proceso que reafirmará a la banda en la idea de que matar y negociar son dos ingredientes que entran en la misma receta".

Aznar realizó estas consideraciones en su intervención al recibir en San Sebastián el premio que otorga la Fundación Gregorio Ordóñez. El acto, que se celebró en el centro Kursaal de la capital donostiarra y que fue conducido por el periodista Carlos Herrera, contó con las intervenciones de la presidenta del PP vasco, María San Gil, Teresa Jiménez Becerril, hermana de Alberto Jiménez Becerril, concejal del PP se Sevilla asesinado junto con su mujer en 1998 y de la viuda de Ordóñez, Ana Iribar.

   Previamente, se celebró a las cinco y media de la tarde en el Cementerio de Polloe una ofrenda floral con motivo del 12 aniversario del asesinato a manos de ETA del edil popular donostiarra en el que, además de familiares, como su hermana Consuelo Ordóñez, estuvieron dirigentes del PP como Esperanza Aguirre y Jaime Mayor Oreja así como el propio Aznar junto a su esposa, Ana Botella, y su hijo.

Pacto ineficaz

   En su intervención, Aznar consideró que "es sólo cuestión de dosis y de tiempos para lo que hoy es un crimen pase a ser considerado un mero accidente". Según dijo, el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo va a ser sustituido por un "consenso de mínimos que no va a tener ninguna eficacia operativa".
   Asimismo, consideró que un Gobierno "puede y debe explicar sus actos" pero no "reivindicar sus errores como un derecho" porque "hay errores que cuando se insiste en cometerlos son inexcusables, y son además la expresión del miedo y de la cobardía".

   El ex presidente del Gobierno central afirmó, además, que "nunca jamás se debe unir el final del terrorismo con una negociación política bajo ningún nombre" al tiempo que señaló que "debería quedar claro a los terroristas que no verán otra mesa que aquella en la que depositen sus armas". "Creo que no se deben negociar treguas con una organización terrorista y que es preciso quitarle a ETA la llave de la solución dialogada", añadió.

   Aznar subrayó que a Gregorio Ordóñez hace 12 años "no le quitaron la vida sino que la entregó por la causa de la libertad". "Doce años después seguimos comprobando hasta qué punto su legado político, la herencia cívica que dejó a la sociedad vasca, sigue vigente, nos compromete y nos inspira", agregó.

   Asimismo, consideró que el edil popular donostiarra fue "el gran elemento subversivo de este régimen de falsos oprimidos, del algo habrá hecho, de verdugos convertidos en víctimas asentado y consentido por el éxito del espejismo nacionalista, alentado una y otra vez por otros no nacionalistas, que prometía paz y pide a cambio el poder".

Sistema a su medida

   Para el ex presidente del Gobierno, "no hay un ápice de razón que tengamos que reconocer en la trayectoria, en las motivaciones o en los objetivos de una banda terrorista" ni tampoco "ningún sistema se que deba tejer a su medida".

   En esa línea, recordó que "hasta hace no mucho tiempo había un acuerdo amplio y razonable, bien articulado en un pacto de Estado" que se firmó "cuando quedó claro que además de estar juntos en el rechazo al terrorismo, íbamos a adoptar medidas concretas y tangibles que pusieran en práctica el compromiso de derrotar la estrategia terrorista, de negar precio político alguno y de asegurar los derechos y libertades".

   En su opinión, la unión de los dos principales partidos daba "credibilidad a la política antiterrorista, mandaba un mensaje inequívoco a ETA y respondía a lo que la sociedad española mayoritariamente nos pedía". Por ello, lamentó que ahora "esos supuestos vuelven a enterrarse" con lo que también se "enterrará la esperanza de acabar con el terrorismo"

   "Todo esto, ¿para qué? ¿Para que el Gobierno y el Partido Socialista vuelvan a entenderse con los que no han querido ni quieren la derrota de ETA?", se preguntó Aznar, quien aseguró que "la levedad y el radicalismo llevados al Boletín Oficial del Estado destruyen acuerdos, instituciones, leyes, y marcos de organización que han demostrado eficacia y luego sustituye por sucedáneos que sólo se justifican dentro de un proyecto sectario y excluyente".

   "Yo no espero nada de una política en la que el Estado no confirma su fuerza y voluntad de prevalecer sino que manifiesta su debilidad. Menos aun espero que los terroristas retrocedan ante una política de apaciguamiento", subrayó.

   Por último, afirmó que "ETA puede y debe ser derrotada" para lo que "no puede haber impunidad jurídica, ni política, ni social para los terroristas y sus cómplices".

Ejemplo a seguir

   María San Gil calificó a José María Aznar y a Gregorio Ordóñez como "dos ejemplos a seguir" en su vida política y personal. En su opinión, los ocho años de Aznar en la Moncloa fueron "la demostración más evidente de que nuestro trabajo merecía la pena" e insistió en que "matar no tiene premio político y dejar de matar tampoco". "España es una gran nación que no tiene que  negociar con los terroristas ni plegarse a los nacionalistas", añadió.

   Por su parte, Teresa Jiménez Becerril recordó que en Sevilla se "sentían a salvo de ETA" pero a su hermano lo mataron en esa ciudad "por ser justo libre y español". Asimismo, señaló que "ETA no es sólo un problema vasco" y consideró que una persona como Iñaki De Juana, que "celebró" el asesinato de su hermano cuando se encontraba en prisión, "no debe estar en la calle".

   Jiménez Becerril se dirigió al lehendakari Ibarretxe para decirle que va a "seguir hablando y denunciando la falta de libertad que hay en su tierra" donde "el aire se vuelve irrespirable". Además, aseguró que durante el Gobierno de Aznar nunca se sintió "ni desprotegida ni humillada" al tiempo que acusó a José Luis Rodríguez Zapatero de "oportunista" y le preguntó "qué más le podemos dar a ETA".

   Ana Iribar, por su lado, alabó la labor de Aznar y su compromiso con las víctimas e insistió en que la justicia funciona "muy a pesar de los caprichos pueriles de los que hoy nos gobiernan". En ese sentido, acusó al Gobierno socialista de dejar a los ciudadanos "desamparados" con un "ilusorio y tramposo proceso de paz" y de "practicar el pacifismo de Estado sembrando la discordia y la confrontación".

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