“Sin embargo, respetamos su decisión como la de una nación soberana”, manifestó Beckett. “Llevar a Sadam Husein ante la justicia no acabará con la violencia en Irak”, sostuvo el presidente estadounidense, George W. Bush, en una declaración en la que calificó la ejecución de “un hito histórico” en el curso de Irak para convertirse en una democracia.
Francia, que se opone a la pena de muerte, expresa en un comunicado que la decisión de la ejecución pertenece al pueblo iraquí y a las autoridades soberanas. La declaración exhorta a los iraquíes a trabajar por la reconciliación.
La agencia de noticias iraní IRNA informó que el viceministro iraní de Asuntos Exteriores, Hamid Reza Asefi, consideró el ahorcamiento de Sadam Husein como una victoria para todo el pueblo iraquí.
El ministro australiano de Asuntos Exteriores, Alexander Downer, indicó en una declaración que Australia respeta la decisión de Irak y que la ejecución “marca un paso importante a la hora de llevar a cabo un proceso de reconciliación ahora y en el futuro”, y añadió que Australia apoya la abolición de la pena capital.
Tomohiko Taniguchi, vicesecretario de prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón, afirmó que su país respeta la decisión adoptada por el Gobierno iraquí, en conformidad con el debido proceso y los procedimientos legales, y espera que la ejecución se convierta en fuente de reconciliación entre los ciudadanos iraquíes.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil manifestó, a través de un comunicado que Brasil no cree que la ejecución vaya a contribuir a traer la paz a Irak.
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