Tirano hasta después de muerto

El ex dictador chileno Augusto Pinochet, afirmó en una carta póstuma dada a conocer hoy que nunca se conocerá toda la verdad sobre los casos de detenidos desaparecidos.

En su "Mensaje a mis compatriotas", considerado su "testamento político", Pinochet reconoció que "en muchas muertes habidas y en los desaparecimientos de cuerpos es muy posible que no se logre jamás un conocimiento acabado del cómo o por qué ocurrieron".

Añadió que "por amor se pueden hacer muchas cosas buenas y muchas malas. Acertadas y erróneas. Yo nunca imaginé entrar a la Gran Historia de mi país", tras lo cual apuntó que, "de repetirse la experiencia, hubiere deseado, sin embargo, mayor sabiduría".

De acuerdo con datos oficiales, más de tres mil personas fueron muertas o desaparecieron durante la dictadura militar por su calidad de opositores, mientras que decenas de miles fueron torturadas por los servicios de seguridad.

Reconoció que tras el golpe de Estado de 1973 contra el presidente constitucional Salvador Allende "fue preciso emplear diversos procedimientos de control militar, como reclusión transitoria, exilios autorizados, fusilamientos con juicio militar".

Por ello, agregó, debió actuar con "máximo rigor hasta conjurar cualquier extensión del conflicto que se anunciaba. Si no se procedía así, la acción militar habría terminado en un fiasco, y eso hubiera provocado en el pueblo por muchos años consecuencias negativas en extremo dolorosas".

"El 73, por las citadas características del contrincante, fue preciso emplear diversos procedimientos de control militar, como reclusión transitoria, exilios autorizados, fusilamientos con juicio militar", complementó.

Pinochet, quien falleció de un infarto al corazón, indicó en la carta divulgada este domingo por la fundación que lleva su nombre que "mi destino es un tipo de destierro y soledad que jamás hubiera pensado, y menos deseado".

Señaló que "nunca dejo de pensar en las heridas abiertas. ­Cómo me gustaría andar en las calles, saludando, consolando, ayudando!".

El ex dictador entregó hace dos años el documento al presidente de la Fundación Pinochet, Hernán Guiloff, sobre sellado que éste depositó en la caja fuerte de la entidad y que sólo fue abierto el pasado miércoles tras una sesión de directorio.

Los miembros de la fundación decidieron dar a conocer este domingo el texto escrito a máquina, el cual será exhibido en un futuro museo que proyecta la institución.

Pinochet precisó en la misiva que "como presidente de la República y comandante en jefe del Ejército actué como les dije, con rigor, pero con mucha más flexibilidad que la que se me reconoce, por lo que yo siempre me refería a una `dictablanda"".

"­Cómo quisiera que no hubiese sido necesaria la acción del 11 de septiembre de 1973!. ­Cómo hubiera querido que la ideología marxista leninista no se hubiera interpuesto en la nuestra vida patria!", precisó el ex dictador.

Acotó que "­cómo hubiese deseado que el presidente Salvador Allende no hubiere incubado en su ideario el propósito de transformar a nuestra patria en una pieza más del tablero dictatorial marxista!".

"Quiero despedirme de ustedes con mucho cariño. Entiendo que esto parecerá incomprensible para muchísimos, pero es así. En mi corazón no he dejado lugar para el odio. He recorrido muchos años y entiendo del amor y del dolor", apuntó.

Indicó que a comienzos de la década de los 70 la situación del país podía desencadenar en una guerra civil, una dictadura del proletariado "marxista leninista" o "una reacción conjunta de civiles y militares para eliminar tajantemente las anteriores".

Pinochet acotó que "nadie discute que la inmensa mayoría de la población se inclinaba por ésta última alternativa", que implicó dar un golpe de Estado contra Allende (1970-1973), el cual fue liderado por el ex dictador.

Apuntó que "hubo que actuar para cubrir eficazmente todos los ángulos de un enfrentamiento amplio, porque explícitamente los partidos de gobierno sostenían que la vía armada era la única forma de alcanzar el poder, a la corta o a la larga".

"Creo que nunca de manera tan contundente se había amenazado una guerra civil en nuestro país o en otra parte del mundo", añadió Pinochet, tras lo cual aseveró que "había, pues, que actuar con el máximo rigor y sostenidamente".

La represión del régimen militar de extrema derecha instaurado tras derrocar a Allende y que duró de 1973 a 1990, cobró la vida de 3,197 personas, 1,200 de las cuales permanecen aún desaparecidas y cuyos cuerpos aún no se han podido localizar.