Los sueños rotos

  Por razones de trabajo me ha tocado volar en plena crisis de Air Madrid. La desolación de los afectados es muchísimo mayor de lo que los periodistas estamos siendo capaces de reflejar, tan honda que se te hace un nudo en la garganta al mirarles, tan injusta que llegas casi a sentirte culpable de que tu avión salga y el suyo no. El responsable directo del destrozo está claro, José Luis Carrillo, presidente de Air Madrid, si hubiera justicia (que es cosa distinta de la ley) él y todo el Consejo de Administración de Air Madrid deberían comerse estas Navidades el turrón en la cárcel. Pero, ¿quién le dio a Air Madrid licencia para volar hace dos años y medio? El Gobierno. ¿Quién no se la ha quitado hasta el viernes pasado a pesar de que en esos dos años y medio le han abierto 13 expedientes y entre el 26 de septiembre y el 6 de este mes le han suspendido ¡siete vuelos! por falta de seguridad? El Gobierno. Y, sobre todo, ¿quién ha permito que Air Madrid siguiera vendiendo pasajes hasta el viernes en estas condiciones y con estos antecedentes? El Gobierno.

   Quienes acusan al PP de haberse lanzado sobre esta desgracia como aves carroñeras olvidan que, sin la 'culpa in vigilando' del Gobierno, la estafa de Air Madrid no habría alcanzado las dimensiones épicas que hoy tiene. Pero, en vez de pedir comparecer de urgencia en el Congreso para asumir su más que evidente responsabilidad política en el fiasco, el Gobierno ha preferido irse 'de inauguraciones'. Cuando escribo, los gritos de desesperación de los miles de inmigrantes que han visto como la avaricia de Air Madrid devora sus ilusiones de 'volar a casa' por Navidad se solapan en los telediarios con las risitas y el batir de pestañas que se cruzaron el presidente Zapatero y la ministra de Fomento Magdalena Álvarez durante la inauguración del AVE a Málaga, que, para mayor inri, en realidad es un 'medio AVE' que encima ni siquiera hay que agradecer a este Gobierno sino al anterior, no a Doña Magdalena sino a Cascos.

   Cuando acabe el calvario judicial que ahora empieza, los afectados de Air Madrid tal vez logren recuperar su dinero, o al menos parte de él; y el resto de los ciudadanos el nuestro, por cierto, porque los seis millones y medio que ya ha costado el 'dispositivo humanitario' que ha montado el Gobierno no salen del bolsillo de Zapatero sino de los impuestos que pagamos los ciudadanos. Pero, como en caso del Forum y Afinsa, lo irreparable no es el dinero sino los sueños rotos. ¿A quien le pasan estas familias la cuenta de los abrazos que ya no se podrán dar en Navidad?.