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Condenado a 25 años de prisión por asesinar y robar a un abogado

martes 03 de marzo de 2015, 14:47h
La Audiencia de Málaga ha condenado a 25 años y cuatro meses de prisión al hombre acusado de asesinar y robar a un abogado malagueño, al que golpeó y apuñaló en el maletero de su coche, tras maniatarlo. Asimismo, se le impone el pago de 213.000 euros como indemnización a la mujer y a los hijos del fallecido.

   Al acusado, alemán de 55 años, se le condena por los delitos de asesinato, robo violento agravado por el empleo de arma y estafa continuada, según la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press. Los hechos comenzaron en marzo de 2012 cuando el acusado fue al despacho profesional del letrado para contratar sus servicios.

   Tras concertar unos honorarios de 1.000 euros, el acusado le pidió que lo llevara a un centro comercial de Marbella (Málaga), donde le iban a dar parte del dinero. Se subieron al vehículo del abogado y cuando estaban llegando, el procesado amedrentó a la víctima con un arma blanca, haciéndole parar el coche, dice la resolución.

   En ese momento, se apoderó de la cartera y le obligó a que le diera el número pin de su tarjeta de crédito. Acto seguido, inmovilizó a la víctima con una cinta y lo sacó del coche arrastrándolo por el suelo, obligándole a meterse en el maletero, según considera probado la Sección Primera de la Audiencia.

   Una vez en el maletero, el acusado "lo golpeó repetidamente, dándole puñetazos" y, además, "le pinchó con el arma blanca en la cabeza y le asestó un navajazo letal en el cuello", que le causó la muerte, "pudiendo la víctima haber sobrevivido algún tiempo, estimado como corto, pero difícil de determinar".

   El acusado condujo el coche hasta Málaga, donde lo dejó aparcado y se llevó la chaqueta y las tarjetas de crédito, realizando dos extracciones por valor de 1.200 euros. La tercera vez que lo intentó no pudo puesto que la tarjeta se quedó retenida en el cajero al estar bloqueada.

   El acusado tiene una condena por robo con fuerza y cuando fue detenido tenía en vigor una búsqueda y captura para extradición por parte de las autoridades alemanas por estafa, robo cualificado y lesiones; además de varias requisitorias de otros juzgados. En el registro de la casa, se intervino la chaqueta de la víctima.

   La Sala estima que se trata de un asesinato, porque la víctima "carecía de cualquier posibilidad de defensa" y señala que en estos casos existe "una mayor peligrosidad y culpabilidad en el autor de los hechos, que revela en este modo de actuar un ánimo particularmente ruin, perverso, cobarde y traicionero".

   En este sentido, el Tribunal señala en su sentencia que la indefensión absoluta que constituye la alevosía se ve en este caso en el hecho de que "la víctima estaba ya maniatada y en el interior del maletero del vehículo cuando el acusado le asestó una cuchillada mortal".

IMPORTANTE PRUEBA 

 Para la Sala existe una "importante" prueba contra el acusado y considera que no existen dudas sobre su verdadera intención, "el de querer robar y matar" al letrado. Consta que el propio acusado, durante la investigación "se fue rindiendo ante las evidencias" que le mostraba la Policía.

   Así, se señala que, aunque en el juicio se negó a declarar, en la instrucción sí reconoció los hechos e, incluso, dijo a los agentes dónde había ocultado las llaves del coche, acompañándole al lugar donde lo había dejado aparcado. Asimismo, se apunta que a pesar de que ya tenía la cartera y el pin "lo mata".

   El Tribunal indica que la víctima fue sometida "a condiciones extremadamente crueles", ya que el acusado utilizó "una gran violencia y fuerza". También incide en "la frialdad de ánimo" que existe para conducir con la víctima "desangrándose atrás", encerrada "hasta la muerte" y dejando aparcado el coche.

   "El acusado, al asesinar a un profesional que sin conocerle se había prestado a defender sus intereses en un asunto penal, faltó, no ya a los deberes mínimos propios de todo ser humano, sino a la especial relación de gratitud que debía de guardarle por tal motivo", señala la Sala, que también destaca que "no ha habido ni un sólo síntoma de arrepentimiento ante el enorme dolor provocado".
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