red.diariocritico.com
No hay jefe de la oposición, ni falta que hace

No hay jefe de la oposición, ni falta que hace

Por Iñaki Anasagasti
viernes 23 de enero de 2015, 11:17h
Rómulo Gallegos fue un buen escritor venezolano, autor de Doña Bárbara, que además  llegó a presidente de la República y desgraciadamente  en 1948 fue derrocado por los militares. De él cogí una reflexión que hice mía.
"Sobre los llanos, la palma

Sobre las palmas, los cielos.
Sobre mi caballo, yo,
y sobre yo,
mi sombrero.

Aquí nos  pondríamos la txapela. Y como somos de Bilbao, una de color azul Bilbao. Y viene bien el pareado  ante tanta supeditación, generalización, y búsqueda del rebaño.  Y pongo en el título para recalcar que aquí no hay Jefe de Oposición, a pesar de que lo fácil es decir que ahora Pedro Sánchez lo es. Este señor omnipresente  es el secretario general del PSOE, pero ni mi jefe, ni el suyo, ni el jefe de oposición alguna porque entre otras cosas, el PSOE no ha hecho nunca una real oposición. Y así les va.

El que la derecha haga lo que hace está en el guión. Ellos defienden intereses, privilegios y de vez en cuando el interés común. Muy de vez en cuando. De ahí que nadie tenga que asustarse sobre lo que son ni llamarse a engaño salvo los tontos.

Decía Ajuriaguerra que no había tonto más tonto que un obrero de derechas. La crisis ha venido no por la derecha, que no ha engañado a nadie, sino por el partido socialista, que ha engañado a todos. Y ahí están los esqueletos socialistas en las cunetas y Franco tan tranquilo en el Valle de los Caídos sin que los socialistas hayan hecho absolutamente  nada para remediar esta incuria histórica.

Engañó Zapatero indultando al banquero Alfredo Sáenz y defendiendo la doctrina Botín propia de los jueces de Chicago en tiempos de Al Capone. Engañó el socialismo cuando tras la abdicación deJuan Carlos, le aforó inmediatamente y no promovió un referéndum sobre República o Monarquía.

Engañó el gobierno Zapatero cuando les dijo a los catalanes que lo que se aprobara en su Parlamento en Madrid, en las Cortes Generales, lo respetarían y no solo no lo hicieron sino que le rieron las gracias a Alfonso Guerra cuando dijo aquello que se habían cepillado el estatuto catalán. Y el mes pasado le despidieron, junto al PP, con un aplauso general.Engañaron a todo el mundo cuando en una semana y con ayuda del PP, modificaron la Constitución, para aprobar un férreo techo de gasto, y se  sumaron al argumento de Rajoy, y también engañaron cuando Ibarretxe fue al Congreso con su plan de reforma estatutaria y con el apoyo del PP ni lo admitieron a trámite.

Vivimos tiempos en los que la corrupción es la principal preocupación de la ciudadanía, una preocupación que ha agudizado la crisis  al conocer la orgía de los cargos socialistas en las Cajas de Ahorro, la gran juerga delictiva  de las tarjetas black, así como los Eres en Andalucía.

¿No se podía haber hecho nada para descubrir todo esto?

Pues no, porque el Tribunal de Cuentas que es el competente, nunca ha podido investigar a fondo estos delitos por no tener acceso a la Agencia Tributaria y por repartirse entre el PP y el PSOE sus consejeros. De doce  elegidos por las Cortes Generales  siete han sido nombrados por el PP y cinco por el PSOE, uno de ellos consensuado con IU. Esta chapuza antidemocrática ha sido en 37 años el problema endémico  del sistema político-constitucional  español en el que los miembros de la mayoría de los organismos públicos significativos de control (Tribuna Constitucional, Defensor del Pueblo, Tribunal de Cuentas, Consejo General del Poder Judicial...) han emanado de un pacto de alternancia entre el PP y el PSOE que ha pasado por todo. Y así está la justicia como está, y así está el Tribunal de Cuentas como está. Y así está la corrupción como está, pletórica de salud.

Y finalmente un apunte sobre el viaje de Sánchez a Estados Unidos. Nos dicen que  este viaje tenía por objeto explicar en la Casa Blanca y en el FMI su alternativa económica. ¿Explicar o pedir permiso?. Lo digo por el lenguaje genuflexo con el que se ha abordado esta incursión donde nos dicen que Pedro Sánchez va en su carácter de "jefe de la oposición" no es de recibo. Ni lo es, ni falta que hace. No queremos más Tío Tom en política. Y si les está pasando lo que les está pasando es principalmente por eso, porque dejaron de ser un partido socialista y se convirtieron en la muleta de la derecha española con algún ribete progre. La solución la tienen en su vuelta a los orígenes. Lo tienen relativamente fácil.

Vuelvo a Rómulo Gallegos.
Sobre mi caballo, yo,
y sobre yo, mi txapela.
Pero no en Pedro Sánchez, genuflexo y hablando de cuestiones de Estado.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios