Susana Díaz y la "guerra interna" del PSOE
miércoles 07 de enero de 2015, 18:24h
El día que el PSOE-A, la federación socialista más importante de
toda España, apoyó de forma masiva la candidatura de Pedro Sánchez a la
secretaría general en el congreso orgánico que quitó el poder a Rubalcaba y
la vieja guardia del Felipismo supe que ese espaldarazo era de todo
menos incondicional. En política nunca te fíes de la persona que tienes al
lado.
Susana Díaz, la mujer con más poder institucional del PSOE, no solo quiere
seguir influyendo en el futuro del partido, sino que tiene muy claro que para
capitalizarlo debe potenciar su proyección nacional midiendo muy bien los
tiempos. Primero ganando unas elecciones, porque recordemos que a la
Presidencia de la Junta llegó gracias al `dedo` de Griñán, y después moviendo
la ´silla´ de Sánchez, un dirigente sin carisma, que no despega porque es
víctima de la livianidad y los errores de bulto de Zapatero, con mucho menos
carisma que Madina, aunque cuente con el aval de la militancia. Susana Díaz es
muy lista. Conocía las limitaciones de Sánchez, por eso lo apoyó, y ahora
prepara su proyección, pero su éxito dependerá tanto del resultado del PSOE en
las próximas elecciones municipales y autonómicas, como de su estrategia para
conectar con el electorado en un contexto condicionado por la crisis del
bipartidismo y el auge inmenso de Podemos, unas circunstancias que pueden
truncar sus aspiraciones.
En cualquier caso, insisto, el apoyo del PSOE andaluz a Sánchez me recordó a
las interminables batallas fratricidas socialistas, y más en concreto a las de
Sevilla. Chaves y Villalobos contra Caballos, Caballos posteriormente en el
bando de Chaves contra Viera; Díaz antes en el bando de Viera y luego contra
Viera, moviéndose como pez en el agua en la maquinaria del partido, ascendiendo
hasta llegar a la cúpula del PSOE de Andalucía tras un congreso a medida sin
primarias y la mismísima Presidencia de la Junta. Ahora habrá que ver si le
sale bien su jugada contra Sánchez.