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Corrupción y hambre

Corrupción y hambre

miércoles 29 de octubre de 2014, 16:38h
Los informes de UNICEF y Caritas son demoledores. En nuestro país ha aumentado de manera alarmante el número de niños que viven por debajo del umbral de la pobreza. Y todo esto sucede y ha sucedido mientras un montón de desalmados se han ido enriqueciendo a costa del dinero público, del que los ciudadanos pagamos al Estado.

Si siempre resulta insoportable el hedor de la corrupción mucho más en un momento donde tantas familias no llegan a fin de mes, tantos ciudadanos se han quedado sin empleo y sin prestaciones sociales, y tantos niños van al colegio sin desayunar porque sus padres carecen de medios para darles aunque solo sea un vaso de leche.

Son las organizaciones no gubernamentales como Cáritas o los Bancos de Alimentos y tantas otras, las que están en primera línea de calle luchando contra la pobreza. Y el dibujo que hacen de lo que ven resulta desolador.

Me pregunto por qué las Administraciones no dedican presupuesto a que, al menos en los colegios públicos, los niños desayunen, almuercen y merienden. Y que nadie me diga que no hay dinero cuando estamos asistiendo al espectáculo de ver que hay tantos políticos golfos que han robado ante las narices de quienes deberían de haberlo evitado.

Por eso no basta con pedir perdón, aunque bienvenido sea que Esperanza Aguirre primero y el presidente Rajoy a continuación, hayan pedido perdón ante el último escándalo que afecta a numerosos militantes y cargos públicos del PP, alcaldes y concejales, que según las investigaciones policiales formaban parte de una trama dedicada a  cobrar comisiones. Sí, tienen que pedir perdón, pero no solo ellos, también en el PSOE o en Izquierda Unida deben de pedir perdón por lo que han hecho algunos de sus militantes con las tarjetas negras de Caja Madrid, o por el caso de los ERES y los cursos de formación en Andalucía. Como tienen que pedir perdón los sindicatos. No, no basta con pedir perdón o con que expulsen a quienes han tenido o parecen haber tenido comportamiento poco éticos y delictivos. Hace falta una catarsis.

Los políticos dicen, y hacen bien, estar preocupados ante el deterioro institucional, ante la quiebra de confianza de los ciudadanos con respecto a las instituciones. Por eso los partidos tradicionales temen tanto a 'Podemos' porque esta formación puede ser esa catarsis que está reclamando la sociedad.

La cuestión es que si se ha llegado a este grado de deterioro es porque los responsables de los partidos a lo largo de los años han permitido, aunque solo sea por omisión, que haya anidado la corrupción en sus formaciones. Ahora se echan las manos a la cabeza, piden perdón, hacen gestos, pero han perdido credibilidad, la sociedad se ha vuelto escéptica cuando les escucha hablar de regeneración.

Pero si quieren empezar a recuperar credibilidad pueden empezar por atajar el problema de la pobreza infantil. Es urgente que tanto el Gobierno como la oposición se pongan a trabajar y presenten un plan para que desde ya ningún niño vuelva a pasar hambre. Eso sí que sería hacer política con letras mayúsculas.
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