red.diariocritico.com
Ébola

Ébola

Por Pascual Hernández del Moral.
martes 14 de octubre de 2014, 09:55h
Pues ya ves, amigo Venancio, ya han pasado quince días desde que dio la cara la infección "secundaria" del Ébola en España, en Teresa Romero. ¡Y qué quince días!

"O sabe naturaleza / más que supo en otro tiempo, / o tantos que nacen sabios / es porque lo dicen ellos", que decía Lope. Yo no he visto tantos doctores en microbiología, en infectología, en medicina tropical, en virología, en regimiento hospitalario... como he visto en estos días en España. Era maravilla ver, oír y leer cómo había tantos ilustrados, entre periodistas junta-palabras, tertulianos del bla bla bla, presentadores de programas salvadores, y entre el público general, en barras de bar y en colas del supermercado, que han creado estado de espanto entre los españoles: no se hablaba de otra cosa, y todos se sentían en condiciones de dar opinión, incluso recomendaciones científico-médicas, para salvar al país. Algunos, más expeditivos, aducían cientos de razones para pedir acabar (incluso físicamente) con este gobierno torpe y perverso, que lo que quería era diezmar la población española para acabar con el desempleo.
Nunca una palabra ("protocolo") ha tenido una frecuencia de uso tan alta como en los últimos quince días. Hasta los defensores de los animales (que ya hicieron su aparición en el escenario público con los toros, y especialmente con el Toro de la Vega), se han echado a la calle para intentar salvar la vida a Excalibur. ¡Cosas veredes, querido Venancio!

Algunos políticos, no todos, es verdad, han vuelto a mostrar su encanallamiento, que los hace inválidos para el cargo. Aunque algunos hayan llegado "comidos" a la política (¡suerte que han tenido ellos, Venancio amigo!), se deben a la res pública; y olvidan que a los ciudadanos hay que darles siempre una "rendibú" que no han mostrado. Sería bueno que se fueran a su casa, si no por incompetentes, que puede que también, sí por el "desrepeto" (como dirían algunos) mostrado hacia la sociedad. Aunque, teniendo en cuenta lo que se ha oído y leído aquí y allí, muchos medios han estado a su altura, o sea, a la del betún. Aparte de los que ya llegaron "comidos" a la política, otros ganapanes, soguillas majaderos que no han hecho nada de provecho en sus vidas más que arrellanarse en los sillones de las cámaras (sean generales, autonómicas o municipales) y votar cuándo y lo que le mandan, también han dejado buenas muestras de su soberbia ignorancia y encanallamiento. Y están tan orgullosos de haber mostrado públicamente su altísimo grado de incompetencia, que se atreven a darnos lecciones de todo, a todos.

Pues, ¿y lo que se ha leído en twitter o en facebook? ¡Una maravilla, oiga! Hemos dejado al descubierto, querido colega, nuestra miseria moral. Hemos llegado a oír que a los enfermos de la peste de este siglo había que mantenerlos separados, lejos de nuestro país, y acabar con el primero que intentara salir del "gueto". Y si la cosa se ponía más fea aún, cerrar las puertas, tirar la llave, y pegarles fuego. Y, desde luego, no traerse a casa (aquí, a los Estados Unidos, o a cualquier otro sitio) a ningún enfermo de la peste, según declaraciones de un militar de los que trajeron a los nuestros. Y cerrar las fronteras, por aquello de...

Ahora parece que en la América del Norte, rica ella, técnicamente adelantada ella, científicamente superior a todos ella, se ha producido también una quiebra de las instrucciones, y también se ha sufrido una infección "secundaria", o sea, como aquí, país mezquino, atrasado y pobre, con políticos miserables donde los haya. ¡Habrá que ver cuál será la reacción del pueblo de allí ante el problema! Casi seguro que será diferente de la que hemos tenido aquí. A lo que se ve, en los países jóvenes, protestantes y jansenistas, las reacciones son distintas de las de los viejos países católicos.

Nuestra sociedad vieja y cobarde, lenguaraz y criticona, insolente y cicatera, ha sido incapaz de poner nada de su parte cuando han venido mal dadas; actúa, colega Venancio, como las viejas porteras. Se nos ha suministrado más información indiscriminada de la que podemos digerir, y casi todos hemos demostrado carencia de criterio para separar lo verdadero de lo que se ha encontrado en google, a lo que se le ha dado una veracidad que no se merece, o de los que nos han contado los maestros ciruela de los medios de comunicación. Y así nos ha ido.

Algo, sin embargo, ha tenido de bueno la peste contemporánea: durante una quincena casi casi hemos dejado de hablar de Mas y de los catalanes separatistas. Ahora que parece que remite esta peste, volverán las cosas do solían. ¡Todo sea por Dios!
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios
ventana.flyLoaderQueue = ventana.flyLoaderQueue || [] ventana.flyLoaderQueue.push(()=>{ flyLoader.ejecutar([ { // Zona flotante aguas afuera ID de zona: 4536, contenedor: document.getElementById('fly_106846_4536') } ]) })