No pasa un
solo día en que no se presente en los medios de comunicación un parte de guerra
en Oriente Medio. No pasa un solo día en el que los ciudadanos de occidente se
sientan atemorizados por las consecuencias del terrorismo islámico. No pasa un
solo día en que el cariz de una guerra santa, de pie a una intervención militar
y salte la maquinaria previa a la tercera guerra mundial, con unos excelentes
resultados económicos en materia belicista y unos sangrientos balances en vidas
humanas.
A estas
alturas de la película conviene ir situando a unos y otros personajes para no
hacernos un lío entre buenos y malos, entre protagonistas y actores
secundarios, entre los que pagan las armas de la guerra y los que pagan el pato.
A las
empresas armamentísticas de todo el mundo les importa un rábano quienes vayan a
ser los destinatarios del macabro negocio. Aquí de lo que se trata es de vender
más y mejor a costa de sangre ajena, y si no hay guerras entre países porque la
diplomacia hace su trabajo, se inventan, se promueven o se argumentan causas
desesperadas entre los ciudadanos más incultos del planeta, para que se vayan
liquidando unos a otros, y de paso nos hagan un favor a los que vivimos en
otras "civilizaciones".
El coste armamentístico es brutal; por
ejemplo, un AK-47 cuesta alrededor de los 400€, cada bala para el mismo tipo de
arma, de uso exclusivo militar, 0,30€ según la procedencia, por no hablar de
armas pesadas, material para fabricar explosivos, detonadores, etc. Quiero
decir con esto, que hacer una guerra es caro, mucho más de lo que cuesta
alimentar las tripas de los que disparan impunemente contra cualquier objetivo.
Las guerras, y ésta lo es, tienen siempre detrás una finalidad, un propósito,
un método y una resolución.
La guerra
santa a la que nos enfrentamos, es el resultado de errores sucesivos de
occidente en el mundo árabe. Desde la primera invasión de Irak en busca de las
armas de destrucción masiva que occidente les había vendido, y que propició la
creación de Al Qaeda, hasta el despropósito de apoyar a células islamistas con
la finalidad de derrocar al tirano de turno y darle el trono a un fulano de
dudosa procedencia y moral.
Otro de
los factores económicos, que juega un papel importante, es el de la
inmigración. Desde que occidente se volvió permisivo y buenista, y amparó a millones
de musulmanes en un mundo eminentemente cristiano, puso en marcha el caldo de
cultivo de terroristas en potencia, con absurdas reivindicaciones de
territorios de la Edad Media, con numerosos complejos sobre la sociedad civil
europea, principalmente, y con un desprecio absoluto hacia los Estados Unidos
de América. La desigualdad económica y social ha creado guetos marginales en
numerosas ciudades europeas, donde la población musulmana se resiste a acatar
las costumbres y cultura del país donde residen y se enfrentan con uñas y
dientes a una integración que les haría iguales al resto en deberes y derechos.
Todo ello,
en general, es un problema. Un problema creado por occidente el día que se le
ocurrió la peregrina idea de ir a remover las cenizas en un mundo que vivía
apartado del resto hasta por un propio calendario, un mundo que se sitúa en
otra dimensión, en otra realidad. El día que algún lumbreras pensó que podía
hacer una alianza de civilizaciones como el que mezcla sal y pimienta, cuando
lo cierto es que entre oriente y occidente sólo se puede aliar la cerilla con
la gasolina, ya que son dos mundos tan absolutamente distintos que ni uno casa
con el otro ni el otro casa con el uno.
Llevo el
suficiente tiempo en este mundo como para saber más por viejo que por
periodista, y todo esto que está sucediendo ahora se lleva pronosticando desde tiempo
inmemorial, desde que alguien escribió libros como "La invasión silenciosa" o
"La sangre de los Inocentes", y mucho antes, con infinidad de artículos
periodísticos que alertaban del peligro de mezclar unas civilizaciones con
otras, sobretodo cuando se trata de razas xenófobas y contrarias a la
convivencia civilizada en los países donde residen.
Ismael Álvarez de Toledo
Escritor y periodista
http://www.ismaelalvarezdetoledo.com