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Rosario Flores: Arte para reventar en el escenario de Starlite

domingo 17 de agosto de 2014, 09:42h
Existe una vinculación especial entre Rosario Flores y Marbella, la que ella considera su segunda tierra, y esa relación se ha notado en el concierto que esta noche ha ofrecido en el Festival Starlite.

"Me he criado aquí, recuerdo toda mi vida y tenía muchos nervios por cantar hoy aquí" ha dicho al comenzar antes de desplegar toda su energía y su garra.
Vitalidad, fuerza, optimismo es lo que ha transmitido en el escenario esta "menuda" artista que con el movimiento de sus piernas, de sus dedos, de su pelo, traslada a los espectadores el ritmo que la tiene poseída. En pocas palabras, arte para reventar.

"Yo me niego" ha sido su primera canción, y ella debe decirse que se niega a envejecer porque ha presentado una imagen muy juvenil. Primero con un conjunto fucsia de short, top y camisola con ribetes dorados. Y al final unos shorts aún más cortos y una camisa blanca con brillos.

Ha pedido al público que no la dejara "solita" y que cantaran con ella, y además, para tener más compañía, ha llamado a "todos los duendes". Primero al duende de su padre, Antonio González, El Pescaílla, para cantar la rumba "Al son del tambor". Al de su madre, Lola Flores, en todos los momentos del recital.

Para "Los tangos", la primera compañía en persona, La Shica; y para "Mia mama", "Como quieres que te quiera", "Marcha y marcha" y varias más Raimundo Amador. Que ha sido la sorpresa de la noche, "mi monstruo" como lo ha calificado Rosario.

Y con Amador, Rosario se ha desbordado. La guitarra del músico y la voz y el temperamento de la cantante han creado un ambiente mágico en la Cantera de Nagüeles del que nadie quería escapar.

Estuvo en la primera edición de Starlite y regresa esta noche con su último trabajo "Rosario", el número 12 de su carrera discográfica. "Tengo hoy mucha ilusión por presentar este nuevo álbum" ha reconocido, con el que pretende que sus fans "floten", como el título de una de sus canciones.

El concierto ha sido una fusión muy personal entre pop, blues, rumba, soul, gipsy funk y bossa nova, mezclada con una esencia latina y flamenca.

Se ha puesto melancólica al introducir "Qué bonito" dedicada a su hermano Antonio, canción que la hace no sentirse sola pese a las pérdidas. "Sus canciones me han dado tanto y me siguen dando, que no dudaría en decir que hay que cuidar esta tierra" ha explicado antes de cantar "No dudaría".

Ver a Rosario en Marbella estaba hoy a la altura de cualquier bolsillo pues las entradas del Festival Starlite ofrecían precios desde los 33 a los 300 euros.
La cantante ha tenido hoy un espectador Nobel, el escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa que junto a su esposa han disfrutado, primero de una copa en la zona vip, y más tarde de uno de los palcos.

El novelista, que veranea en Marbella desde hace 27 años y que ayer recibió el nombramiento de Hijo Adoptivo de Marbella, no suele prodigarse mucho en los saraos. Sobre todo porque las tres semanas que pasa en la ciudad son para someterse a la terapia del ayuno que ofrece la Clínica Buchinger. Pero es fiel a Starlite y asiste al menos a un concierto.

Si el escritor quería recargar las pilas, seguro que lo ha conseguido porque la energía de Rosario Flores ha llegado al último asiento de la grada más alejada. Y el Nobel se habrá preguntado cómo una mujer con un cuerpecito tan pequeño puede llenar tanto un escenario.

Con Raimundo Amador y con "Marcha, marcha" se ha marchado ese torbellino de ritmo y de fuerza que ha dejado a todos con más ganas de fiesta.
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