Córdoba transforma un Patrimonio de la Humanidad en cines en verano

La ciudad de Córdoba abre en verano sus famosos patios al cine, con pantallas encaladas y albero recién regado para que, a la caída de la tarde, cordobeses y foráneos puedan disfrutar de una buena película en un entorno declarado Patrimonio de la Humanidad.

"Los cines de verano de Córdoba son un concepto cultural único en el mundo porque son el único conjunto de salas de exhibición dentro de un casco histórico protegido y en espacios que tienen protección de manera individual", explica a Efe el director general de Industrias Creativas y del Libro de la Junta de Andalucía, David Luque.

Y es que para llegar al cine más antiguo de la ciudad, el Coliseo San Andrés, una casa patio andaluza protegida de principios del siglo XX, hay que pasar por la iglesia fernandina de San Andrés y por el renacentista Palacio de Orive, que desemboca en la calle Fernán Pérez de Oliva, donde está este Cinema Paradiso cargado de historia.

Este cine, inaugurado en 1935, en la Segunda República, cuenta además con un escenario teatral por donde han pasado figuras del flamenco como Manolo Caracol, Antonio Molina y Pepe Marchena, en los festivales de verano de los años 60 y 70.

"Esa fue la época dorada del cine de verano en Córdoba, cuando era un espectáculo de masas y había hasta treinta", relata con nostalgia el responsable de Esplendor Cinema SL, Martín Cañuelo, un cinéfilo que lleva cerca de 30 años regentando los cuatro cines de verano del casco histórico.
Cañuelo explica los orígenes de estas salas de cine al aire libre: "Ante la demanda del público, en los años 40 se destinaron huertas y jardines privados a la proyección de cintas en blanco y negro".

Ese es el caso de los otros tres cines del centro. En el popular barrio de San Lorenzo, se encuentra el cine Delicias, donde no se acaba de ver una película sin que alguno de los gatos que merodean por allí, pase al lado a mordisquear algún resto de bocadillo.

Y en el corazón de Santa Marina, el barrio de los toreros, está el cine Fuenseca, donde el aroma del azahar aporta una atmósfera inigualable al visionado de cualquier cinta.

También en este típico barrio cordobés se encuentra el cine Olimpia, en el que se puede disfrutar de una velada fresquita con un refrigerio y un paquete de altramuces, como manda la tradición.

Porque como dice a Efe el director de la Filmoteca de Andalucía, Pablo García, el "encanto" de los cines de verano de Córdoba no está solo en la película en sí, sino en el ambiente que envuelve al espectador.

"Los cines de verano son de los pocos patios vivos de la ciudad donde se rescatan espacios vacíos para convertirlos en máquinas de sueños", apunta García.
Y quizá no sea la cartelera lo que más atraiga al espectador, pues los títulos como "Los ojos amarillos de los cocodrilos" o "12 años de esclavitud" han podido verse en invierno en salas comerciales, sino el poder estar sentado en un velador, con bocadillos de casa o comprados en el ambigú, mientras los chiquillos corretean alrededor. Y todo por el módico precio de cuatro euros.

Este año también ha habido un ciclo de autor con películas como "Philomena", de Stephen Frears; "La venus de las pieles", de Roman Pollanski y "La gran belleza", de Paolo Sorrentino, cintas que de otra manera no hubieran reunido a las familias para verlas.

En este sentido, el responsable del quinto cine de verano de la ciudad, fuera ya del casco histórico pero también en un marco inigualable como es la plaza de toros de Córdoba, Francisco Javier Gómez, asegura a Efe que "la mayoría de los clientes no van nunca al cine de convencional, prefieren esperar para ver las películas sentados tranquilamente en su velador al fresquito con sus niños".

Es una experiencia única en Andalucía, ya que salvo en algunos sitios de costa o a cargo de corporaciones municipales, Córdoba es la única provincia en la que empresarios privados apuestan por convertir en espacios culturales lugares donde en otra época del año tienen diferentes usos.

Como comentó el escritor francés Michel Marx a su paso por la ciudad con motivo de una actividad en la Filmoteca de Andalucía, "los cines son un sueño, por la arquitectura del lugar y porque vamos en familia".