Por
Pascual Hernández del Moral.
sábado 31 de mayo de 2014, 09:52h
No te voy a hablar, querido Venancio, del "seno
de Abraham", donde descansan las almas de los que murieron en paz con la
divinidad; ni del cateto opuesto partido por la hipotenusa, como me enseñaron
en bachillerato; ni del regazo que acoge maternalmente al hijito que necesita
una caricia profunda; ni de los "agujeros" de los fregaderos, ni de las partes
más profundas de una curva, ni... Te quiero hablar hoy de este término, en
plural, que tiene normalmente un significado poco ambiguo: los SENOS, o sea,
las TETAS, dicho "en román paladino, en cual suele al pueblo fablar a su vecino",
que decía el Arcipreste.
En 1917, Gómez de la Serna, sí, amigo Venancio,
el genial autor de GREGUERÍAS,
publicó un libro así intitulado, en el que, tras algunas definiciones
ingeniosas, describe varios tipos de senos, y se sirve de ellos para clasificar
determinadas reacciones femeninas. A él te remito, camarada Venancio, si tienes
la tentación de tacharme de machista o cosa mayor: si un hombre genial se ocupó
de ellos y nadie le tiró ni una sola piedra, a mí, que soy mucho más simplón y
menos leído, espero que no me dediques más que una sonrisa benévola.
El "descote" fue uno de los signos del
decoro en tiempos pasados. Recuerda el echarpe que doña Carmen obligaba a
ponerse a todas las que aparecían en la tele, un poco descocadas. El
"canalillo" a la vista era el incitador al pecado de Onán, por lo que había que
evitar enseñarlo. Las señoras y señoritas decentes llevaban tapado hasta el
cuello, ¡faltaría más!. Y hoy, ¡cómo cambian los tiempos, Venancio, qué te
parece!, como te cantan en tu famosa guaracha.
Habrás visto, compadre, la preocupación que
tienen determinadas personajas por el volumen y la turgencia de sus tetas:
mira, por ejemplo, las noticias que salen de la hija de la Pantoja, Chabelita,
que, recién parida, ha decidido operarse para incrementar su volumen; quizás lo
haya hecho para alimentar mejor a su hijo, o a lo mejor no, vaya usted a saber.
Mucho mérito tiene la exhibición permanente de las Femen, que por un quítame
allá esas pajas -con perdón- se sacan el sujetador (también llamado "SOSTÉN",
palabra hoy en desuso, a lo que contribuyó HOMBRES
G, por aquello de mantener o sostener enhiesto lo que cae), quienes, entre
el ruido de la protesta, animan los ojillos de los viejos rijosos que pudieran
ser testigos.
También tiene su mérito un club de lectoras de
Nueva York cuyas "miembras" acostumbran a leer con las tetas al aire en Central
Park; siempre procuran estar al límite de lo permitido por la norma. Ellas dicen
que es lo más "cool", (creo que se escribe así) y los viernes las chicas de THE OUTDOOR CO-ED TOPLESS PULP FICTION
APPRECIATION SOCIETY (OCETPFAS), que es como se hace llamar ese club, se
tumban en un cuadrado de césped, se quitan sus camisetas y sus sostenes y
¡hala, a leer! con gran placer de los mirones libidinosos, que en Nueva York
también los hay. Mal les iría a estas neoyorquinas si, en lugar de en ese
pueblo, vivieran en cualquier otro de Brasil: ni en Río (Copacabana, Ipanema y
otras playas de moda), ni en las piscinas de San Pablo, ni en la playa del Buen
Viaje en Recife, ni en Guarujá, ni en ningún lado se permiten las tetas al
aire: las autoridades, altamente moralistas, detienen enseguida a las
descocadas exhibicionistas, y las multan sin compasión.
Desde luego, lo que no me parece de recibo es
que la señorita SCOUT WILLIS se
pasee también con las tetas al aire y una especia de pañuelo tapándose las
partes pudendas, como protesta por la censura de imágenes que intentó colgar en
INSTAGRAM en las que aparecía sin
sostén. Lo cierto y verdad es que la mocita está de buen ver, pero me parece que
un poco de recato no es malo para nadie.
Te quiero recordar, amigo del alma, el lema más
difundido por el partido alemán DIE PARTEI, que es "TETAS GORDAS Y GRANDES", y que ha
sacado un escaño en el Parlamento europeo. Léete su programa y verás que es más
divertido que el de PODEMOS. ¡Cosas
veredes!
Ya ves, dilecto Venancio, lo adelantados que
estamos. Ya sé que en tu Cuba natal se puede tomar el sol con las tetas al aire
en las playas, en los "resort" y en los "spa", que, más o menos, son lo que
antes llamábamos "baños medicinales" o balnearios (yo conozco los del TÍO
BENITO, en Reolid, cerca del pueblo de Bono, que son muy milagrosos, y que,
para modernizarse, han dejado de llamarse "baños" para llamarse "resort"). Hoy,
ya sin recato ninguno, cualquier día te encuentras por la calle a una moza
preparada para participar en ese nuevo "reality" que pondrán en la tele
próximamente, y que se llamará "Adán y Eva". ¿Sospechas, colega
Venancio, por qué?
Y yo me digo que ni tanto como la doña Carmen,
ni tan calvo. ¿A qué sociólogo le preguntamos a qué se puede deber esta
tendencia de llevar las tetas al aire? ¿Al mismo que previó el éxito de PODEMOS?