Por
Pascual Hernández del Moral.
miércoles 21 de mayo de 2014, 09:54h
Querido amigo, yo te
confieso que no me enloquece ningún espectáculo deportivo. Desde luego,
practicar, no practico ninguno porque pienso que la mera existencia de la
especialidad médica "Medicina Deportiva" avisa de lo peligroso que puede ser el
deporte para la salud. De todas maneras, te revelaré una afición que sí tengo:
asistir con mi esposa y mis hijos a los partidos de fútbol más señalados, sobre
todo si los participantes son equipos de relumbrón. ¿Qué de quién soy forofo?
Te aseguro, camarada Venancio, que de ninguno; despierta siempre mis simpatías
el equipo más débil, o el que va perdiendo, con los que todos, hasta mi santa
me tachan de chaquetero porque cambio de equipo de partido en partido, y hasta
en un mismo encuentro, según sea el resultado. Ellos, sin embargo se declaran
unos del Barsa y otros del Real Madrid, y en pleno fragor, hasta mi santa,
comedida siempre ella, pierde los nervios y grita como una posesa. ¡Cosas del
llamado Deporte Rey!.
A mis hijos
seguidores del Barsa les auguro un mal porvenir, si se cumplen las aspiraciones secesionistas de los
dirigentes políticos de la comunidad autónoma. Ellos, en caso de conseguir la
independencia, juran que seguirán jugando en la liga española, aunque yo lo
dudo muchos, porque la competición es de ámbito nacional, y ellos serían otra
nación. Así que su liga la jugarían con el Mollerusa, el Sant Boi, el Girona,
el Solsona, el Torelló o el Palafruguell, pongo por caso. Lejos de mi ánimo el
desmerecer a estos equipos, pero no se me negará que tienen menos atractivo que
el Atlético de Madrid, el Valencia, que seguirá en la liga española, salvo que
se una "als Països Catalans", el Coruña, el Bilbao, el Sevilla, el Betis etc.
Es probable que una
liga catalana tuviera su interés y su público, aunque las muestras no permiten
mucho optimismo. El día 21 de mayo se juega la final de la COPA DE CATALUNYA entre
el Barcelona y el Español en el estadio Montilivi, de Gerona. Es un partido que
podría tener su aquél, porque permitiría ver al sub-campeón de liga, antes de
irse de vacaciones Pero el "més que un club", sea porque los jugadores que
cobran millonadas ya se han ido adelantando el asueto, sea porque se está
reestructurando el equipo, sea porque les escueza la herida, o porque les dé vergüenza,
o porque... sabe Dios, ha decidido jugar con el Barsa B y los canteranos. Ni
siquiera piensa sacar a los reservas, aunque no hayan jugado en toda la liga. Y
a la vista de ello, el Español también jugará la final con su equipo filial, a
pesar de no tener pendiente ningún otro partido de competición que justificara
ser prudentes. Puede que el espectáculo sea, con esos futbolistas, más vibrante
e intenso, porque la juventud tiene siempre más impulso, ganas y fuerza que los
adinerados titulares del primer quipo. Pero el público esperaba otra cosa:
quería ver en Gerona a los Messi, Iniesta, Piqué, Alves etc. Y se han quedado
compuestos, y sin Barsa.
El contrincante, el
Español, a la vista de la decisión del Barsa, va a hacer lo mismo: saldrá con
su equipo filial, pero, eso sí, criticando enérgicamente el desprecio del Barsa
por la compoetición y por el adversario.
Lo destacable de la
situación es la FALTA DE RESPETO Y CONSIDERACIÓN que tiene el "mes que un club"
por el torneo que, repito, se denomina COPA DE CATALUNYA. Quienes se declaran
catalanistas y defensores de la independencia, y gritan cada partido, en el
minuto 17 y 14 segundos "¡LLIBERTAT!", quienes se consideran el alma de
Cataluña, deberían mostrar un mayor respeto por la competición que lleva el
nombre de su tierra. El desprecio por la competición viene de atrás, porque no
es la primera vez que el Barsa la minusvalora. Quizás debería intervenir la
Federación Catalana de Fútbol, que es la que la organiza, y darle un tirón de
orejas a la entidad, o suprimir el campeonato.
¿De qué es síntoma
ese desprecio? Desde luego, si ese es el modo como algunas instituciones
señeras engrandecen a su tierra, a su nación, no necesitan "enemics": ni
"Madrit", ni "Espanya" ni nadie le puede hacer más daño a las ansias de
independencia que ellos mismos.
¡Qué le vamos a
hacer! Esperemos que el próximo año la respeten un poco más. Y si no, que la
suspendan; o que el Barsa se deje ganar a las primeras de cambio.