Hacia un gobierno legítimo
Por
Pascual Hernández del Moral.
viernes 28 de marzo de 2014, 10:47h
El camino está
trazado y bien trazado. Y está saliendo bien. Se trata de ganar en la calle el
gobierno de lo que quede de España, y echar fuera a este que es ilegal, ilegítimo,
ladrón y cruel, que deja morir de hambre al pueblo, que le niega la sanidad, la
educación, el trabajo y hasta el aire que respira.
Que nos está saliendo
bien se nota en que les hemos ganado en el lenguaje. Con el "torturadores
fascistas, ladrones, asesinos, que cuando consigamos echaros, habrá que volver
a inventar la rueda", frente a "progresistas, libertadores del pueblo y
recuperadores de sus derechos" con que han llenado todos los medios de
comunicación, impresos, radiofónicos y televisivos ¡hemos ganado! O sea, con el
lenguaje, hemos copado todos los caminos a través de los cuales se conforma la
opinión. Y LO QUE NOS HACE FALTA AHORA, NO ES UN "POLICÍA MUERTO", SINO UN
"MÁRTIR PROPIO", QUE ACABE DE INCENDIAR LOS ÁNIMOS, pero eso no se puede decir.
Lo que faltaba era
echar a pelear a los policías con el gobierno, enfrentarlos, y se está logrando.
El problema de los inmigrantes de Ceuta y las muertes que se produjeron es cosa
poca, se ha quedado viejo y pequeño. El gobierno acobardado por la vigilancia
de la OSCE, dio a la policía órdenes de "aguantar" y los valientes y heroicos
manifestantes los superaron, les abrieron la cabeza a unos cuantos, y los
molieron a palos, "que Dios ayuda a los malos cuando son más (violentos) que
los buenos". Y a los que tuvieron que sacar de dos en dos del follón, con miedo
de que los cogieran los bizarros manifestantes, a los que las huestes de la
dignidad rodearon y apedrearon, les han abierto además "un informe", paso previo
a una sanción disciplinaria; así que salieron jodidos y apaleados. Ayer se manifestaron
los policías para pedir el cese de los mandos policiales que la fastidiaron. ¡Muerto
el burro, la cebada al rabo!
En fin, que tal como
van las cosas, este gobierno de la DERECHONA y de la troika tiene los días
contados, y vamos a echarlo por ilegítimo y por ilegal. Para los gallardos manifestantes
no cuentan las elecciones, o sea, el respaldo popular expresado en las urnas no
sirve de nada. Nunca la derecha ha tenido legitimidad de gobierno, ya es hora
de decirlo. A los "tontos de los cojones" que la siguen votando hay que darles
donde les duela para que dejen de hacerlo. Y si se sospecha que pueden ganar,
se prohiben las elecciones y se gobierna desde el pueblo, ese que sale a la
calle y se manifiesta, viniendo de los cinco extremos de España. Así, en cuanto
acabemos con este gobierno y suprimamos las elecciones, ese proceso inútil
burgués que se realiza cada cuatro años, y que sólo aceptaríamos si tuviéramos
la seguridad de ganar nosotros, las cosas cambiarán. Las asambleas son la
auténtica representación del pueblo. Acordaos de Gamonal.
Y en cuanto acabemos
con este gobierno y con la democracia liberal burguesa, no pagaremos la deuda
como primera providencia, diga lo que diga la troika; se abolirá la monarquía, se
suspenderá cualquier procedimiento de desahucio, cambiaremos los jueces que
pretendan aplicar los códigos en vigor, en lo que perjudiquen a la clase
obrera; aboliremos la propiedad privada, nacionalizaremos los bancos, echaremos
a los meapilas, desposeeremos a la iglesia de sus tesoros, amasados con la sangre
del pueblo, implantaremos el aborto libre a costa del Estado... y no digo más
porque no quiero desvelar todo el programa.
Y para un gobierno
del pueblo, hay candidatos a cientos. Yo quiero sugerir algunos, para que las
asambleas los tengan en cuenta, con la seguridad de que su gestión será
magnífica. Veamos:
Como Jefe del Estado
propongo a Gordillo, heroico expropiador de supermercados; Güilli Toledo podría
ocupar el puesto de Jefe del Gobierno; los distintos ministerios o como sea
mejor llamarlos, los podrían ocupar el Cojo Manteca (Gobernación y Orden
Público), Juan Lanzas (para Economía), Cañamero (Hacienda); Ada Colau (Asuntos
Sociales), Lara Alcázar, la de las mamas públicas (Sanidad), Francisco Javier
Guerrero (Exteriores), Manuel Pastrana, el ugetista andaluz (Educación); para
aclarar las relaciones con la iglesia tenemos a la monja Teresa Forcades; y
para darle un cierto lustre, podemos sugerir al doctor Llamazares, a José Luis
Centella o a Jorge Vestrynge, que tanto valen para un roto como para un
descosido, y que estrecharían los lazos con Cuba, Venezuela o Corea del Norte,
aunque tuvieran que recortarse el pelo. Podemos ofrecer otros nombres, como los
del caso Pallerols o Félix Millet por cubrir la cuota autonómica. Y si queremos
darle un aire ideológicamente cosmopolita, podemos ofrecer a Blesa, al Bigotes
o a alguno de la otra mano, que para gobernar, seguro que estarían dispuestos.
O sea, que no sería
difícil formar nuevo gobierno popular, asambleario, legítimo y legal que nos
llevara de victoria en victoria, hasta el hundimiento total. De nada.