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La democracia española sigue honrando a un dictador sanguinario

La democracia española sigue honrando a un dictador sanguinario

Por Iñaki Anasagasti
domingo 24 de noviembre de 2013, 12:46h
El pasado martes me contestó una pregunta Ruiz Gallardón, ministro de Justicia, sobre la exhumación de Franco del Valle de los Caídos. Al día siguiente ni un diario se hizo eco de la noticia. Sin embargo, el miércoles fui a la Forta en Madrid, para, en directo participar en el programa de Claudio Landa. El lunes lo había hecho en ETB en 60 minutos. Y ese día me llamaban para acudir aT-5.Y les dije que tenía un compromiso en Tolosa con el Grupo Parlamentario. Insistieron y me pusieron una conexión que duró desde Ias diez y veinte hasta las 12 de la noche en el Hotel Hesperia de Bilbao.
Comento esto porque al mundo audiovisual este asunto le interesaba y sin embargo al del papel nada. Y es uno de los argumentos que utiliza el PP. "Miren ustedes al futuro, dejen de hurgar en el pasado". Es una trampa. Con dicha anestesia quieren que ignoremos la vergüenza que es mantener a sesenta kilómetros de Madrid un monumento a una victoria militar con dictador y asesinados dentro. Y sin embargo este asunto a las televisiones les da audiencia. Las nuevas generaciones han crecido con un debate hurtado.
El caso es que el panel en Madrid estaba compuesto por la conductora del programa Enma García y tres franquistas por una parte, Pío Moa, Francis el nieto de Franco y un señor que se declaró franquista y creo que su apellido era Bárcenas y por la otra Massiel, Verstrynge y Antón Losada mientras a mi me conectaban desde Bilbao.
Mi tesis fue sencilla: Franco es un no caído, enterrado en el Valle de los Caídos. Fue un golpista contra un gobierno legítimamente constituido y un asesino. Hubo una ponencia de una comisión de expertos hecha al final del gobierno Zapatero que aprobó 36 resoluciones y la única que no tuvo unanimidad fue la de la exhumación del cadáver. Plantee se le saque de allí y se le entierre en un panteón familiar (la hija ese día había dicho que no era partidaria) y que se convirtiera el parque en un lugar de memoria reconciliada o en un Parque temático sobre la guerra. Aludí a los benedictinos, los mismos de Montserrat, que mantienen el culto en la Basílica, recordé que allí están víctimas de los dos bandos y del bando republicano sin permiso de los familiares, insistí en que en Berlín no está Hitler y Mussolini en Roma. Y que en la pregunta que le hice a Gallardón éste me dijo que su padre había estado en la cárcel con Franco y yo comenté que había salido al suegro, Utrera Molina, ministro de Franco más que al padre. Del Valle de los Caídos y de la Basílica se habían negado a acudir al programa.
Habló Pió Moa en contra de esta revisión, diciendo que el gobierno republicano no fue democrático, que Franco encontró una España hundida y él la levantó, que es mentira el número de muertos habidos en la construcción del Valle, que hay ahora antifranquistas que salieron a la muerte del dictador y que la única oposición fueron los del PC y los terroristas..., toda una sarta de mentiras y de manipulaciones de la historia.
El nieto de Franco me dijo que su abuelo no fue un asesino ni un dictador y que fue un gran gobernante y que él no pidió lo enterraran allí. El otro franquista dio datos sobre los renglones en la que España había crecido con Franco. Por la otra parte, los argumentos fueron los contrarios centrándose más en el antifranquismo y el franquismo que en la presencia de Franco en el Valle.
Me dieron bastante tiempo y al final cerré con un llamamiento a los jóvenes para que lean el libro de Sánchez Albornoz, hijo de D. Claudio Sánchez Albornoz que fue un conocido historiador y presidente de la República en el exilio y cuyo hijo, Director del Cervantes había sido uno de los presos de aquella ignominia. Recordó los bombardeos de Gernika, Valencia y Barcelona ante el argumento de que Franco no tuvo que ver nada con aquellos regímenes y recordé asimismo que en Alemania negar el holocausto es un delito. Recordé también como cuando le preguntaron a Besteiro por el oro de España dijo que estaba en las cárceles, en los cementerios y en las cunetas, dije como se habían consignado en los actuales presupuestos 350.000 euros para obras en el Valle, reivindiqué el trabajo de los expertos, comenté como el PSOE está cambiando tras 21 años de silencio y de como el PP que tiene dentro una dura extrema derecha no quiere tocar este tema que le molesta porque le pone en evidencia y terminé diciendo que aquello es una ignominia democrática y que Franco fue un asesino y que ahí lo metió el rey Juan Carlos. Y me quedé tan a gusto. Decir todo esto a las doce menos cuarto de la noche, cerrar el programa y hacerlo con la presencia del nieto de Franco me permitió un sueño posterior de lo más reparador. ¡Que a gusto me quedé!.
Pero Franco sigue en el Valle de los Caídos. De momento. Mínimo otros dos años más.
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