Una década de la tragedia de Rota: un antes y un después en la inmigración

Hace 10 años, la conmoción tras la muerte de 37 marroquíes en el naufragio de un patera frente a las costas de Rota (Cádiz) marcó un antes y un después en la forma de enfocar el fenómeno de la inmigración, un cambio que ha variado, pero no frenado, los desesperados intentos de los africanos por alcanzar Europa.

"De aquellos polvos de la patera de Rota, los lodos de las actuales muertes de inmigrantes en Lampedusa", afirma a Efe Rafael Lara, presidente de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDH), que alerta a la UE de que, en esta década, se ha demostrado que la política de "blindaje" que se extendió entonces no ha "ningún" fruto.

El triste aniversario se celebra mañana, cuando se cumple diez años desde que, el 25 de octubre de 2003, una tormenta hizo volcar a una patera que había salido el día anterior desde Marruecos.

La barcaza volcó frente a las costas de Rota, a cuyas playas el mar escupió en los días sucesivos los cadáveres semidescompuestos de 37 marroquíes, en unas imágenes cuya crueldad removió entonces muchas conciencias.

La patera volcó por un golpe de mar mientras esperaba la llegada de un operativo de rescate, que había sido alertado por un buque mercante que la había visto y había dado la voz de alarma pidiendo ayuda.

La tardanza del operativo puso en evidencia que España no tenía ni protocolos de actuación, ni medios, ni coordinación de sus fuerzas para actuar ante un tipo de tragedias que, aunque no en aquellas dimensiones, llevaba ya muchos años produciéndose.

De hecho, el próximo 1 de noviembre se cumplen 25 años de la primera patera que trajo muertos a España, la que llevó a Tarifa, también en Cádiz, los cadáveres de trece indocumentados e inauguró un trágico fenómeno que, según los cálculos de la APDH, en todo este tiempo ha dejado 21.000 muertes de inmigrantes que intentaban alcanzar España por el Mediterráneo o el Atlántico.

Quienes vivieron la tragedia de la patera de Rota aún se preguntan si aquellas 37 vidas se habrían salvado si las cosas hubieran funcionado y hubiera habido medios.

"Es la duda que se nos quedó en el corazón", dice Rafael Lara, que se queja de que los políticos rechazaron investigar aquello porque "nunca quieren asumir responsabilidades".

Hamid Echokhch, el ayudante del patrón de la patera que en aquel entonces tenía 25 años y fue detenido días después de la tragedia en cuando trataba de coger en Algeciras un barco de vuelta a Marruecos, fue el único condenado por estos hechos. Una sentencia le impuso 40 años de prisión por 37 delitos de homicidio por imprudencia.

La tragedia de la patera de Rota hizo que se empezaran a tomar medidas, sobre todo represivas, como la ampliación de los radares del Servicio Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), o las acciones con los países de origen de los subsaharianos.

"A partir de entonces se pusieron en marcha medidas de control de los flujos migratorios, se incrementaron los medios para blindar El Estrecho, y comenzaron los asaltos masivos a las vallas de Melilla y Ceuta, el desvío de las pateras hacia Canarias, que en los años siguientes causó muchísimas muertes, y empezaron también los intentos de alcanzar Cerdeña, Malta, o Lampedusa", cuanta Rafael Lara.

Mientras, la UE ha invertido desde entonces "cantidades millonarias para parar la inmigración", con tecnologías puntas que inspiran nuevos métodos, como el uso de peligrosas lanchas de juguete que no son detectadas por el SIVE para cruzar el Estrecho, los flujos de inmigración clandestina, según la APDH, sigue en "cifras similares".

"Y nos tememos que las cosas van a ir a peor, porque la gente ya no huye sólo del hambre, ahora hay mucha inestabilidad en muchos países y ya no salen huyendo sólo del hambre, también de persecuciones y guerras tremendas. Nos preguntamos cuantos más tienen que morir en los próximos años para afrontar con realismo, eficacia y generosidad este asunto, en lugar de tomarlo como una guerra contra un enemigo inventado", sentencia Lara.