Bruselas se reunía ayer para analizar la idoneidad del plan de ajuste de Zapatero para reducir el déficit público hasta el 9,3% en 2910, y hasta el 6% en 2011. Rehn consideró que el techo de gasto para los Presupuestos de 2011 (122.000 millones), aprobado por el Gobierno el pasado 28 de mayo, "ayudará en este proceso porque supone una reducción del 1% del PIB, pero falta sustanciar otras medidas equivalentes al 0,75% de PIB".
La vicepresidenta Elena Salgado explicó que ese ajuste está en línea con el previsto con el Gobierno y que sólo son "nuevas medidas" en el sentido de que están por concretar, pero que no implican un ajuste adicional al previsto. Salgado aseguró que cualquier medida adicional "será antes por el lado del gasto que por el de ingresos". Todo hace suponer que en el 'saco' irán los recortes en comunidades y ayuntamientos; por otro, las líneas generales del presupuesto para 2011 con retoques sorpresa, y probablemente la subida de los impuestos a las rentas altas prometida por Zapatero.
Carga contra las autonomías
Pero por si acaso, el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) acordó también ayer por unanimidad que las comunidades autónomas reduzcan su déficit desde el 2,4% del año 2010 al 1,3% del año 2011, lo que supone una reducción de 11.000 millones de euros, mil millones más de los comprometidos en el Plan de Estabilidad que el Gobierno había diseñado para cumplir con los objetivos de reducción del déficit antes de que Bruselas ordenadara nuevos recortes.
Este límite de déficit no incluye la previsión de las liquidaciones de financiación de las comunidades. Con esta cuantía, el déficit autonómico previsto se sitúa en el 3,3%. Además,
los Gobiernos regionales han acordado un criterio más estricto para aprobar nuevas operaciones de endeudamiento, toda una novedad que hace suponer un rapapolvo no oficial por parte de las autoridades comunitarias a la permisibilidad crediticia con las administraciones periféricas.
De esos 8.000 millones, las comunidades autónomas se comprometieron ayer a recortar 5.000. El resto, unos 3.000 millones, quedará para los ajustes que hagan las corporaciones locales, para la subida de impuestos a las rentas altas y, según explicó ayer Salgado, el Estado reducirá "alguna décima" (cada décima son más de 1.000 millones) adicional de gasto, que no concretó.
Más reformas estructurales
"Nuestro compromiso es reducir el déficit", declaró la vicepresidenta, en línea con los planes de austeridad que se han extendido por toda Europa, incluidas Alemania y Francia. Una vez recortado el déficit, el Gobierno quiere "recuperar cuanto antes la senda de crecimiento e incrementar el crecimiento potencial de la economía española con reformas estructurales". En otras palabras: más recortes. El primer paso será la reforma laboral, cuyo decreto inicial se presenta este miércoles. La de las pensiones llegará previsiblemente este mismo año. Y Salgado citó también la reestructuración de las cajas de ahorros, que estará lista "a muy corto plazo".
Pese a tanto recorte para restañar la credibilidad de la gestión económica, España tiene ante sí "un buen futuro", zanjó la titular de Economía y Hacienda. El comisario Rehn se mostró asimismo "seguro" de que España hará todo lo que sea necesario para reforzar "la confianza en la economía española". En ese sentido señaló que "España está comprometida con un programa muy convincente y ambicioso de consolidación fiscal y reformas estructurales".
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