Suenan vientos de fronda en el PP, o, lo que es lo mismo, el anuncio de una revuelta generalizada contra la ‘nueva política’ económica de
Zapatero que se va a sustanciar en el ‘decretazo’ contra los funcionarios y el ‘pensionazo’ contra los jubilados. Primero a puerta cerrada, pero luego en abierto,
Mariano Rajoy ha dicho a sus ‘barones’ regionales, reunidos con urgencia en Madrid, que aprueben en sus regiones mociones para obligar a Zapatero a que vuelva al consenso del Pacto de Toledo y no rebaje derechos sociales.
Rajoy ha sido muy duro con la ‘nueva política económica’ del Gobierno, que ha calificado sin aforismos de “improvisada, impuesta, injusta e insuficiente porque no sirve para la recuperación económica y la creación de empleo”. Zapatero “improvisa y toma medidas aisladas”, ha dicho Rajoy, dictando instrucciones, a sus barones, y “no sirve para la recuperación económica y la creación de empleo”.
'Otro tipo de políticas'
Ha reconocido internamente que “España atraviesa por una grave crisis económica”, pero que lo peor es que el Gobierno de Zapatero “se ha convertido en un verdadero problemas para nuestro país”. En su análisis –nada nuevo, por cierto-, ha destacado que “con otras políticas diferentes de las que se han hecho hasta el momento España sale de la crisis económica”. La idea central de su intervención ante sus ‘barones’ regionales es que “Europa nos ha impuesto unas obligaciones y nos va a vigilar, por la incompetencia de un gobierno que nos ha traído hasta aquí”, que España “es un país intervenido” por la “incompetencia de Zapatero”, pero que es posible salir con otro tipo de políticas.
En ese sentido, Rajoy ha reconocido que son necesarios ajustes, pero no quitándoselo a los pensionistas. De ser cierto que la congelación de las pensiones supondrán un ahorro de 1.500 millones de euros, Rajoy ha dado su ‘receta alternativa’: recortar 400 millones de euros adicionales en cooperación al desarrollo; otros 400 suprimiendo enmiendas que Zapatero aceptó por “combalaches” con otros grupos políticos para que le aprobaran los Presupuestos Generales del Estado (vascos y catalanes); recortar las subvenciones a partidos políticos y sindicatos; reducir gastos en las televisiones públicas –“todas”-, empezando por TVE; reducir el 25 % de los altos cargos y suprimir la Vicepresidencia Tercera del Gobierno y los Ministerios de Igualdad y Vivienda y fusionar los de Educación y Cultura.
No a las imposiciones
“El gobierno no puede actuar de manera dictatorial imponiendo cosas”, ha dicho Rajoy a sus ‘barones’, y menos aún cuando “estas medidas son injustas y perjudiciales para el sistema económico”, ya que no sólo se baja el sueldo a los funcionarios y se congela la pensión de los jubilados, sino que, además, se les sube el IVA. “Es injusto porque hace recaer el peso de la crisis a los más débiles, los pensionistas”, ha dicho Rajoy.
A ese respecto, el líder del PP ha anunciado que “no va a apoyar de ninguna de las maneras una congelación de las pensiones” y presentarán mociones en todas las regiones pidiendo que se cumpla el Pacto de Toledo. “Rodríguez Zapatero ha liquidado el acuerdo, que costó mucho conseguir, y yo le pido que vuelva al Pacto”. Su Grupo Parlamentario va a pedir la reunión del pacto de Toledo y planteará que se retire la congelación de las pensiones.
“Zapatero se ha enrocado, sin más. Es un gobierno intervenido por la Unión Europea, que ha abdicado de su responsabilidad del Gobierno pero que no se va. Lo único que sabemos es que va a seguir porque tiene la mayoría suficiente para seguir”.
Camps: hoy no es día para trajes
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Muy esperada era la asistencia al ‘cónclave’ popular del presidente de la Generalitat Valenciana,
Francisco Camps, abordado a las puertas de Génova 13 por una nube de periodistas y fotógrafos.
¿Qué hay de lo de sus trajes?, era la pregunta. “Estoy tranquilo”, fue su respuesta. ¿Y va a adelantar elecciones autonómicas anticipadas?, la segunda pregunta. “Hoy no es el día. Yo no he venido a hablar de eso”, la segunda respuesta.
La expectación por Camps era lógica: el valenciano, que no se prodiga en declaraciones desde que el Supremo devolviera la causa de sus trajes al Tribunal Superior de Justicia, era la primera vez en meses -en concreto, desde el 3 de noviembre del año pasado- que acudía a la sede nacional del PP.
Los ausentes
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En la reunión en la cumbre convocada de forma urgente por Rajoy no han asistido algunos líderes regionales, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, la ‘lideresa’
Esperanza Aguirre, que delegó en su consejero de Economía,
Antonio Beteta. Tampoco el presidente de Murcia,
Ramón Luis Valcárcel, ni los de Ceuta y Melilla,
Juan José Vivas y
Juan José Imbroda, respectivamente, ni el líder popular en Baleares,
José Ramón Bauzá.
Sí acudió uno de los líderes regionales que están despertando cierta polémica en la sede nacional del PP, el de Asturias,
Ovidio Sánchez, de quien se dice que ya ha comunicado a
Rajoy que designe al ex ministro Francisco Álvarez-Cascos candidato en las elecciones autonómicas del año que viene. Sin embargo, el dato fue desmentido oficialmente hace dos días por la propia secretaria general, María Dolores de Cospedal.
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