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Crítica de 'Sting in the Tail'

El último aguijonazo, sobresaliente para Scorpions

 

Scorpions - 'Sting In The Tail' (19 marzo 2010)
DRO Atlantic / Tres Cipreses


   1. Raised on Rock (3:57)
   2. Sting in the Tail (3:12)
   3. Slave Me (2:44)
   4. The Good Die Young (5:14)
   5. No Limit (3:24)
   6. Rock Zone (3:17)
   7. Lorelei (4:31)
   8. Turn You On (4:25)
   9. Let's Rock (3:21)
  10. SLY (5:15)
  11. Spirit of Rock (3:43)
  12. The Best Is Yet to Come (4:34)

  * 13. Thunder and Lightning (Bonus en la edición japonesa)

Duración total: 0:47'18''



Músicos:
- Klaus Meine: Voz
- Rudolf Schenker: Guitarra melódica
- Matthias Jabs: Guitarra rítmica
- Pawel Maciwoda: Bajo
- James Kottak: Batería

Grabado en Hannover y Estocolmo entre 2009 y 2010.
Género: Hard rock, heavy metal.
Producido por Mikael "Nord" Andersson y Martin Hansen


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Atónito y entre la tristeza y la euforia. Así me siento al escuchar el último -último en todos los sentidos, lamentablemente- álbum de mis amados Scorpions. ¿Quién me iba a decir a mí, que les conocí en la adolescencia, que iba a tener que crecer, ser periodista musical y, un buen día, escribir sobre su despedida...? He tratado de ser lo más objetivo posible y que mi afición por su música no me contagiara a la hora de analizar su 'Sting in the Tail'. Supongo que si digo que es uno de sus mejores álbumes en 38 años de discografía y que alguna lágrima me reprimo al terminar de escucharlo, es que quizás no lo he conseguido..
.



Porque este 'Sting in the Tail' es mágico. Simplemente mágico. Cuando las bandas nos bombardean con comentarios de presentación antes de sacar nuevo disco del estilo 'es el mejor en años' o 'hemos vuelto a nuestras raíces', al final terminan de perder sentido. La prensa hemos sido cómplices de un absurdo seguidismo de estas declaraciones de promoción tan convencionales. Así que cuando escuché las palabras de Scorpions sobre este álbum me imaginé que irían por el mismo camino. Y que sería una decepción de despedida. Como lo fue la de Meat Loaf, salvando las evidentes distancias entre ambos artistas.

Pero me he llevado una alegre autodecepción. Porque 'Sting in the Tail' es un magnífico disco casi de comienzo a fin. Casi es redondo. Para hacer un rápido resumen, Scorpions ha apostado por rescatar su sonido más característico: el de finales de los 70 y comienzos de los 80, sonando como en 'Lovedrive', 'Animal Magnetism' y 'Blackout'. Estos tres discos se suelen considerar sus mejores ejemplos y su mejor época. Yo me decanto por los 70, con la terna 'In Trance', 'Virgin Killer' y 'Taken By Force'. Pero es cuestión de estilos y gustos.

En este primer citado grupo de álbumes, que van de 1979 al 82, Scorpions definió definitivamente su sonido, apostando por una mezcla de algo de glam, hard rock, algo de heavy y un sello propio que es suyo. Nadie puede imitarles, el 'estilo Scorpions' debería ser un estilo propio en la Historia del rock por siempre.

Y en 'Sting in the Tail' es lo que se han dedicado a hacer espléndidamente. Meine vuelve a sonar como por entonces, regresando a sus voces más agudas y potentes, acompañándose de coros que suenan como en esta época, dejando los siguientes 80 y 90. Firmemente creo que tras muchos años de decadencia, en 'Unbreakable' y 'Humanity - Hour 1' consiguieron dos grandes álbumes. Personalmente, considero que reinventaron su sonido acertada y originalmente. Pero es cierto que abusaron de la producción y su sonido era algo artificial, demasiado 'moderno'. La batería sonaba increíble, pero no eran ellos en muchas ocasiones.

Ahora han firmado un disco en el que suenan como los 80 porque, entre otras cosas, han producido el disco a la vieja usanza, forzando a sonar como por entonces. Lo demuestran nada más empezar con la increíble 'Raised to Rock', con un riff que podría perfectamente formar parte de los álbumes antes citados. De hecho, a nadie se le escapa la semejanza con el riff de 'Rock You Like a Hurricane' (del disco 'Love at First Sting', 1984). El resto de tema es buenísimo: pegadizo y rockero, firmando un idilio con el diablo para rejuvenecer unos 30 años. Rudolf y Klaus lideran una banda que podría estar ahora pasando por la juventud si quisieran, aunque sin embargo, lo que hacen, es despedirse...

La primera parte del disco la llenan de temas contundentes y al estilo comercial que triunfó en los 80. Las fases de guitarra son tremendas, tanto en la parte melódica como en la rítmica, dándole un toque inconfundible, porque suenan como sólo ellos saben sonar. Y no sé si es un defecto o una virtud de este disco: y es que estos temas parecen escapados de cualquiera de los álbumes comentados. Esto se confirma con una 'pesada' 'Slave Me', temazo machacón que recuerda inevitablemente a 'No One Like You' o 'Coming Home'. Y es que la producción ochentera se nota, por ejemplo, en cómo las guitarras suenan por encima de la línea vocal con un sonido sucio, algo que en los 90 y años posteriores de esta década está en detrimento en beneficio del cantante.

Se echa de menos, quizás, un homenaje más sentido a sus primeros años, cuando sonaban más salvajes y a veces algo 'progresivos', entendiendo el uso de este concepto como que Scorpions hacía por entonces muchas canciones que se salían de los estándares del hard rock del estribillo pegadizo. ¿Cómo no recordar las mágicas 'I'm Goin' Mad', 'We'll Burn the Sky', 'Born to Touch Your Feelings', 'Night Lights', 'Sun in My Hand', 'Polar Nights'... y es que Uli John Roth le daba otro aire a Scorpions, así como el 'hermanísimo' Michael Schenker, aunque el éxito llegara luego, merecidamente, no digo que no, con los clásicos que todos conocemos.

Pero volviendo al disco, y que para que nadie se desanime, la banda nos regala otro temazo (y van 4 de 4) con 'The Good Die Young' que comienza engañando al personal con una ambientación tranquila de estilo bluesera y ambietnal de Rudolf Schenker. Precioso tema melancólico que ofrece otra cara de Scorpions en este último disco. La faceta más sentimental de ellos. Eso sí, el final nos vuelve a evocar a 'No One Like You' con una tremenda orgía de buen hacer de los instrumentos y la voz de Klaus Meine. Aquí hay que reseñar que la operística cantante Tarja Turunen, ex de Nightwish, realiza unos coros algo inaudibles, la verdad. Una invitación algo 'sosa'.

La quinta descarga rockera viene con 'No Limit', que también suena muy 'huracanizada' y al gran tema 'Dynamite'. Y para que nadie crea que se suavizan, atacan de nuevo en su sexto tema con 'Rock Zone', una mezcla de estilos, con base machacante pero con un estribillo que suena más a lo que han hecho en los 90 y posteriores tiempos. Aunque insistimos, con una producción y una forma de sonar que hace que salten las lágrimas por melancolía de esos viejos tiempos... Y sí, con Meine dejándose un poco la voz, como a todos nos gusta.


Tregua tras el rock

La primera tregua la ofrece Scorpions con 'Lorelei', una baladita que tampoco puedo dejar de comparar con otras del pasado. Una mezcla de 'Lady Starlight', 'Holiday', 'Whe The Smoke is Going Down' y 'Still Lovin' You'. Y es un piropo, porque las considero sus 4 mejores baladas, por encima de la sobrevalorada 'Wind of Change'. A pesar de todo ello, no me termina de convencer esta 'Lorelei', algo ñoña y no tan sobresaliente como el resto del disco.

En la siguiente, 'Turn You On', hacen un maravilloso guiño al oyente, con unos primeros segundos que suenan como lejanos, en un juego de producción. La música va entonces ascendiendo hasta alcanzar un maravilloso riff de guitarra que se merece estar entre los mejores de todos los tiempos de Scorpions. Y sí, lo siento: también es imposible no pensar en anteriores temas porque esta canción suena mucho a clásicos como 'Coast to Coast' y los años de 'huracanes'. Eso sí, menudo estribillo se marcan... muy original y pegadizo. Otro temazo impresionante. No se pierdan el intenso final, otra orgía de entrega vocal de Meine y de apoteosis de guitarras de Matthias Jabs y Schenker.

Y tras esta descarga eléctrica llega otro momento para la paz: 'Sly'. Medio tiempo que imita claramente a 'Holiday'. Vaya, que si no fuera porque también son sus autores, habría una demanda de plagio por los primeros compases, fusilados totalmente del clásico tema. No acuso a la banda de falta de originalidad. Para nada. Para mí es precisamente un bello guiño al pasado homenajear a sus grandes e inolvidables temas con momentos actuales en los que se evocan pasajes claramente identificables. Además, por lo que tiene de canción propia y nueva, 'Sly' es una bella balada digna de sus mejores obras. Y hay que contar una curiosidad: El nombre de la canción se debe a que en el 85 un matrimonio amigo del guitarrista Jabs reconoció que pusieron a su hija el nombre de Sly en honor a la balada 'Still Lovin' You'. 'Sly' son, por ello, las siglas de las tres palabras del título de la mítica canción. Ahora la banda devuelve el detalle a ese matrimonio y a la chica dedicándole el nombre de una canción, que no la temática, como confensó el grupo en una entrevista.

Antes de acabar el álbum -y su carrera- ofrecen la amable 'Spirit Of Rock', mucho más moderna en su forma se sonar, algo más sencilla en la producción y que se parece a lo que han hecho en los últimos tiempos. No es que sea un tema pop, pero tiene otra onda menos pesada, con un estribillo de 'yeah yeah yeah' que es muy gráfico.


Despedida

Para terminar -siento pena al escribir esta palabra-, Scorpions no ofrece su mejor canción de todos los tiempos. Es lo que tiene finalizar una carrera discográfica: que de los últimos segundos del último disco se espera algo épico y mítico. Para guardar siempre en la memoria. Y nos encontramos para ello con un maravilloso medio tiempo llamado 'The Best Is Yet To Come'. Hasta para eso han cuidado los detalles. Un título que dice mucho, quizás como guiño al futuro. Precioso estribillo que mezcla el sentir ochenteno con su grandiosidad sonora de los 90 y 2000, y que nos despide. Sí. Nos despide. Quizás para siempre, con unas guitarras distorsionadas espléndidas, una voz de Meine mágica, inolvidable.

Éstas son sus últimas palabras como autores: "Y lo mejor está aún por llegar / Yo lo sé y tú también lo sabes / Que tan sólo hemos comenzado / Pasando por lo bueno y lo malo / Además, ¿cómo podría yo vivir sin ti? / Si eres ya parte de mí / Y siempre has sido la única / Haciéndome sentir siempre joven / Por eso lo mejor está aún por llegar".

¿Habrá una próxima vez? 3 años de gira comprometidos ya con sus legiones de seguidores dan para mucho, para escribir nuevo y jugoso material, para replantearse algunas decisiones... Vaya, que ojalá todo esto fuera un guiño para atraer atención y dentro de, quién sabe, un lustro, una década, volvamos a ver un disco con la firma de Scorpions en su cubierta. Yo estaría encantado y no me sentiría engañado. Larga vida al escorpión más inolvidable del rock.


Puntuación: 8,5/10

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