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Barroso presenta la 'Estrategia 2020' de la UE

Europa fija como objetivo aumentar 6 puntos el empleo mientras en España cae

La Comisión Europea (CE) ha aprobado este miércoles su propuesta de estrategia económica para la década 2010-2020, que incluye una serie de objetivos cuantificados -entre los que incluye un objetivo de ampliar en seis puntos la tasa del empleo, mientras en España se han registrado  82.132 desempleados más- y una nueva arquitectura de vigilancia reforzada, con instrumentos de alerta pero sin sanciones.
"La crisis ha puesto al descubierto nuestras flaquezas", ha resumido en rueda de prensa el presidente de la CE, José Manuel Durão Barroso, quien ha subrayado que "seguir como hasta ahora no es una opción".

Barroso ha respondido a algunas críticas asegurando que la propuesta, que deberá ser debatida por gobernantes y parlamentarios europeos a lo largo de este semestre, "tiene en cuenta la urgencia".

La nueva estrategia, bautizada "Europa 2020", contiene "lo que tenemos que hacer desde ahora, no dentro de 10 años", ha enfatizado el presidente de la Comisión.

Los cinco objetivos "guía" para la Unión Europea (UE) en su conjunto serán los siguientes:

- La tasa de empleo en la población de edades comprendidas entre los 20 y los 64 años deberá aumentar del 69 por ciento actual hasta al menos el 75 por ciento. En España acabamos de conocer que entre los jóvenes menores de 25 años el desempleo se ha incrementado en febrero en 18.297 personas (4 %) respecto al mes anterior, y entre los mayores de 25 sube en 63.835 (1,7%).

- Los niveles de inversión en I+D deberán crecer del 1,9 por ciento del producto interior bruto (PIB) comunitario hasta el 3 por ciento.

- Las emisiones de CO2 deberán reducirse un 20 por ciento respecto a los niveles de 1990; la proporción de energías renovables en el consumo final de energía habrá de subir al 20 por ciento; y el consumo energético tendrá que reducirse en un 20 por ciento, al final del período 2010-2020. La CE recuerda a este respecto que sigue vigente la oferta europea de incrementar al 30 por ciento la reducción de emisiones "si se dan las condiciones (internacionales) para ello".

- El porcentaje de abandono escolar debería ser inferior al 10 por ciento y al menos el 40 por ciento de la generación más joven debería tener estudios superiores completos (31 por ciento actualmente).

- La población en riesgo de pobreza deberá descender en 20 millones de personas (actualmente están en esa situación 80 millones de europeos).

A diferencia de la estrategia anterior, fijada en Lisboa en el año 2000, estos objetivos generales constituyen "guías" o referencias, y serán adaptados a cada país de la UE para tomar en consideración su particular punto de partida.

La UE no debe perseguir, ha dicho Barroso, cualquier tipo de crecimiento, sino uno que sea al mismo tiempo "inteligente" (énfasis en la innovación, la educación y la sociedad digital), "verde" (lucha contra el cambio climático, energía limpia y eficiente, y competitividad), e "incluyente" (empleo de calidad y lucha contra la pobreza).

A diferencia también de la Estrategia de Lisboa (2000-2010) la CE propone que los jefes de Estado o Gobierno controlen la aplicación de las reformas desde el principio.

El documento plantea que la UE vigile simultáneamente, para cada país, dos procesos: el de saneamiento de sus finanzas públicas, regulado por el Pacto de estabilidad y crecimiento, y su plan nacional de reformas, bajo la nueva estrategia.

El objetivo es asegurar la coherencia entre ambos, sin mezclar los diferentes cauces legales.

Por lo que respecta al proceso de reformas, contempla la posibilidad de que el Ejecutivo comunitario lance advertencias contra los incumplidores, aprovechando los nuevos instrumentos de supervisión que el Tratado de Lisboa pone en manos de la Comisión.

La CE ha evitado finalmente la polémica cuestión de si la UE debería instaurar un mecanismo de sanciones o incentivos para asegurar el cumplimiento de los objetivos por parte de todos los países miembros.

"No hay base legal para introducir sanciones", ha dejado claro Durão Barroso.

El presidente del Ejecutivo comunitario ha asegurado que el éxito de esta estrategia dependerá de la "voluntad política" de los jefes de Estado o Gobierno, aunque ha insistido en que, después de la grave crisis financiera y económica, existe ahora "mayor conciencia de la necesidad de un gobierno económico europeo".

"Si no la quieren los Estados miembros, no habrá estrategia económica europea. Bruselas no puede imponerla", ha advertido.
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