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Ni pactan ni se entienden: los dos grandes líderes, sin encuentro

Zapatero ofrece un pacto sin condiciones difícil de rechazar... pero Rajoy ya tenía escrito el discurso

Los grupos minoritarios, con las reticencias de Izquierda Unida, más próximos a los socialistas que a la posición de los 'populares'
Rajoy exige una rectificación total y que todos los partidos y el propio PSOE retiren su apoyo al presidente
“El Gobierno lo pide y ofrece: pide y ofrece el consenso, con su mejor voluntad, a todos los Grupos de esta Cámara”. Era el anuncio más esperado de Zapatero en el debate sobre política económica al que se ha visto forzado a acudir al Congreso. Zapatero pide “consenso” –no ha utilizado la palabra ‘pacto de Estado’-, para lo que ha designado una Comisión encabezada por Elena Salgado y compuesta por José Blanco y Miguel Sebastián para llegar a acuerdos en cuatro puntos básicos para relanzar la económica y crear empleo. “Confío en la generosidad de Todos”, dijo un presidente tan optimista que aseguró que “volveremos a crecer económicamente en el segundo semestre de este año”.

“Es necesario extender los acuerdos y ampliar el consenso sobre el conjunto de reformas que tenemos que aprobar y aplicar, y sobre los esfuerzos que hay que hacer para ello”. Hubo que esperar justo al final de su intervención, tras 50 minutos de exposición, para oír al presidente Rodríguez Zapatero pedir “consenso” a todas las fuerzas políticas, pero especialmente al PP de Rajoy, que le miraba atentamente desde los banquillos de la oposición acompañado en los escaños por la secretaria general, María Dolores de Cospedal. En la tribuna de invitados se hallaba Esperanza Aguirre, que no perdía ni un detalle del debate.

         Tras una larga exposición, donde reiteró el camino de repunte que está a punto de afrontar la economía española, Zapatero hizo el anuncio más esperado: “Voy a designar una Comisión encabezada por la Vicepresidenta Económica e integrada también por el ministro de Fomento y el ministro de Industria, Turismo y Comercio, que son los miembros del Gobierno directamente concernidos con las reformas, para que emprendan un diálogo y una negociación con los diversos grupos representados en esta Cámara”.

         Era el anuncio del diálogo, pero rehuyendo explícitamente la frase ‘pacto de Estado’ y tornándola por “acuerdos” y “consensos”. Es más, a lo largo de su larga intervención afirmó en varias ocasiones que “es muy necesario compartir entre todos este análisis”, es decir, el realizado por el propio presidente del Gobienro. A más de uno, esos anuncios han sonado a una oferta de ‘consenso’ sin mucha esperanza de futuro.

         En todo caso, Zapatero sí dijo al final que “vamos a poner toda la carne en el asador” para alcanzar un acuerdo, pero centrándolo en estos cuatro asuntos concretos:

         1.- Medidas para mejorar la competitividad de la economía española y fomentar la creación de empleo.
         2.- Política industrial para impulsar la renovación del modelo productivo.
         3.- Cumplimiento del Plan de consolidación fiscal para asegurar la reducción del déficit público.
         4.- Sistema financiero: estabilidad, morosidad y acceso al crédito.


Ley de Economía Sostenible

         En realidad, todo ello está contenido en la estrategia y en la Ley de Economía Sostenible que Zapatero ha anunciado que va a remitir al Congreso en cuanto obtenga el dictamen del Consejo de Estado. No obstante, en un rasgo de aparente humildad –no fue entendido así por la oposición-, Zapatero sí subrayó al final de su intervención que “estamos abiertos a tratar otros temas o abrir nuevos enfoques sobre los temas propuestos”. Es decir, que abre l mano para incluir otras peticiones que puedan surgir desde el principal partido de la oposición. Pero, en todo caso, ha inducido al Congreso a “concluir los acuerdos [a los que se pueda llegar] en un plazo no superior a los dos meses”.

         En un tono aparentemente conciliador, Zapatero, que sabía lo que se jugaba en este debate, ha calificado su propia oferta como un intento de “superar recelos, conciliar ambiciones legítimas, aceptar soluciones parciales y aprovechar todas nuestras capacidades”. Ésas son las razones que le han llevado, según él, a “apelar a este esfuerzo colectivo y solicitar y ofrecer voluntad leal de acuerdo”.


España empieza a ir bien

         Previamente, y durante cincuenta minutos, Zapatero hizo ante el pleno de la Cámara Baja una exposición casi triunfal de las medidas adoptadas por su Gobierno para paliar la crisis económica. En un gesto de ¿debilidad? Reconoció motu propio –antes que lo hiciera Rajoy, después- que en 2009 la economía española retrocedió un 3,6 %, pero que en los últimos meses sólo ha sido del -0,1 %. Luego, “la fase más aguda de la recesión la vivimos en el último trimestre de 2008 y el primero de 2009” y, por tanto, estamos en el camino de la recuperación como lo demostraría la evolución intertrimestral.

         Reconoció también que en este tiempo hemos perdido 1,8 millones de puestos de trabajo, pero dijo una frase lapidaria: “que cambie esta historia es responsabilidad de todos”. Con lo cual, metió en un mismo saco a gobernantes –y, por lo tanto, autores de las políticas que han llevado a la crisis- con gobernados –y, por lo tanto, quienes padecen las políticas del Gobierno y la crisis económica-. En todo caso, Zapatero tuvo un gesto de humildad –o de lucidez- y afirmó que “para el Gobierno no habrá verdadera recuperación hasta que creemos empleo neto”. Duró poco ese arranque de sinceridad, porque inmediatamente dijo que “volveremos a crecer en el segundo semestre de este año” y, a partir de ahí, a crear empleo como locos.

         Otros rasgos sinceros se asomaron en la intervención presidencial al reconocer que “el momento es particularmente difícil”, o que “no podemos mantener una cifra de déficit público tan elevada”, pero eran sólo guiños, porque enseguida afirmó que estamos en condiciones de disminuir el déficit público, ya que “tenemos condiciones para hacerlo y voluntad”.





El fantasma de los especuladores

         No faltó en su exposición una referencia al fantasma de los ‘movimientos especulativos’ que ya aireó su Gobierno hace pocas fechas para desestabilizar el euro, ni tampoco, claro faltó la referencia a la consecuencia que esos movimientos de los tiburones financieros tienen en los países de la zona euro, y especialmente en España.

         Dado que eso existe –Zapatero dixit-, es urgente reforzar el gobierno económico y la política económica en la Unión Europea: “Es el momento”.

         En este punto, Zapatero reiteró sus peticiones de reforma en cuatro puntos básicos que el Gobierno ya empezado a arrostrar: Ley de Economía Sostenible, Plan de Austeridad, reforma de la Seguridad Social –pensiones y Pacto de Toledo- y reforma laboral.

         En estos puntos, el presidente no ofreció ningún dato de los ya conocidos y se limitó a confiar en “la generosidad de todos” para llegar a un acuerdo.


Las próximas medidas que aprobará

         En todo caso, “el Gobierno va a seguir cumpliendo con todas las reformas previstas en la Estrategia de la economía Sostenible”, según Zapatero, momento en el que anunció las próximas iniciativas del Ejecutivo:

         - Ley de Mediación y Arbitraje, será aprobada el 19 de febrero.
         - Plan de promoción de la inclusión social y la Ley de protección del medio marino, el 5 de marzo.
         - Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, el 12 de marzo.
         - Objetivos para el horizonte 2020 en política industrial, serán definidos por la Comisión Interministerial correspondiente el 18 de marzo.
         - Plan de racionalización de la Administración General del Estado y del sector público empresarial, se aprobará el 31 de marzo.


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