La violencia machista hace estragos en EEUU

La embajadora ante la ONU, Susan Rice, emitió este miércoles un comunicado en el que renueva el compromiso de su país para luchar contra la violencia de género “en todas sus formas”. Según sus datos, al año mueren 1.200 mujeres a manos de sus parejas en Estados Unidos. “Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para colaborar juntos para poner fin a estas atrocidades, proteger a las mujeres y niñas y acabar con la impunidad de los culpables”, asegura Rice, que añade que es un derecho humano fundamental que las mujeres y niñas puedan vivir libres de abusos y el miedo.

Está muy bien el llamamiento de la embajadora Rice, pero quizá debería ser consecuente y preguntarse por qué Estados Unidos sigue siendo el único país desarrollado que no ha ratificado todavía la Convención de la ONU para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres, uniendo su nombre al de Irán, Nauru, Palaos, Somalia, Sudan y Tonga. Sí la firmó en 1980, pero las dos últimas veces que intentó ratificarse fue bloqueada en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, una vez en 1994 y otra en el 2002.

Lo cierto es que este 25 de noviembre, cuando se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, si uno echa un vistazo a los principales periódicos de tirada nacional o ve las cadenas de televisión más importantes encontrará poca o directamente nada de información al respecto. Y todo a pesar de los aterradores datos revelados por la Coalición Nacional Contra la Violencia Doméstica, que como todos los años ha vuelto a poner cifras a la tragedia de la violencia machista en Estados Unidos.



Según el último informe elaborado por el Gobierno federal correspondiente a 2007, conocido como National Crime Victimization Survey y que tiene periodicidad bianual, la violencia doméstica en Estados Unidos ha ido escalando con el paso de los años. Ese año se registró un aumento del 42% con respecto al 2005. Además, el estudio pone de manifiesto que al menos 248.300 personas fueron violadas o sufrieron abusos sexuales ese año, mientras que los crímenes violentos contra mujeres pasaron de los 389.000 reportados en el 2005 a algo más de 550.000 en el 2007.

El número exacto más actualizado es del 2005, según el cual 1.181 mujeres murieron a manos de sus parejas ese año. Pero el horror va más allá. Se estima que cerca de 1,3 millones de mujeres son víctimas de asaltos sexuales por parte de sus maridos, novios o compañeros sexuales anualmente, y el principal grupo de riesgo son las de entre 20 y 24 años. Además, una de cada cuatro mujeres sufrirá episodios de violencia doméstica a lo largo de su vida. Y una realidad alarmante que se repite en todo el mundo: se teme que una gran parte de los casos no se denuncian a las autoridades.

Las mujeres asesinadas, lo hacen a manos de sus parejas

Los atestados policiales revelan que casi un tercio de las mujeres asesinadas cada año mueren a manos de sus parejas, y de todos los casos, en casi el 80% hubo previamente agresiones sexuales. Además, se calcula que entre el 30% y el 60% de los hombres que abusan de sus mujeres también lo hacen con los menores dentro del hogar. Una de cada seis mujeres y uno de cada 33 hombres han sufrido a lo largo de su vida un intento de violación y una de cada 12 mujeres y uno de cada 45 hombres han sido acosados alguna vez. El 81% de las mujeres acosadas por sus parejas también han sido asaltadas sexualmente.

Sólo una de cada cinco mujeres que denuncia malos tratos busca asistencia médica, y aun así cada año se registra una media de 18,5 millones de visitas a los servicios de salud mental por culpa de violencia de género, cuyo coste económico sencillamente es astronómico. Se calcula que de media, cada año supera los 5.800 millones de dólares, de los cuales 4.100 millones van destinados a pagar los servicios médicos y mentales. Además, las víctimas pierden hasta ocho millones de días de trabajo por los maltratos, el equivalente a 32.000 puestos de trabajo a tiempo completo.

Hace unos meses la organización Human Rights recomendó a la Administración Obama que designara a un asesor especial sobre la violencia contra las mujeres, y puso el dedo en la llaga antes de que tomara posesión el nuevo presidente recordando que Estados Unidos todavía no ha ratificado la citada convención de Naciones Unidas. Por otro lado, el grupo exigió al Congreso que apruebe más fondos para programas de prevención y de tratamiento para afrontar la violencia machista.

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