Algunos medios de comunicación han tratado de rebajar la importancia indudable de la manifestación del sábado exhibiendo las opiniones sacadas fuera de contexto de un obispo, las palabras del ex presidente Aznar, que no hizo lo que debía cuando gobernaba y ahora estaría mejor en silencio, y las de algunos manifestantes que no representaban para nada al conjunto de los que estuvieron presentes en Madrid, en un ejercicio de civismo y de compromiso con la vida. Esos mismos medios tratan de descalificar a millones de españoles calificándoles de “ultraconservadores”, aunque saben perfectamente que no es cierto y que entre los que no están de acuerdo los hay de todos los colores e ideologías, incluso muchos socialistas cristianos.
Ayer también el Gobierno sacaba a pasear una encuesta -¡hecha en mayo!-, según la cual, el 80 por ciento de los españoles, incluidos la mayor parte de votantes del centro derecha, está a favor de esta futura ley, del aborto como derecho de la mujer y, también y no se sorprendan, de que las niñas de 16 años puedan abortar sin conocimiento ni permiso de sus padres. Lo primero no se lo cree nadie, pero esto último es un puro disparate. Pregunten ustedes a sus amigos, sean del signo que sean, especialmente si son padres de niñas de 10, 12, 14 o 16 años y hagan su propia encuesta. Los sondeos entre “extraterrestres” pueden servir para vender humo, pero los hechos son los hechos y a veces son irrebatibles.
Está claro es que una parte importantísima y muy numerosa de la sociedad española, para la que también se debe gobernar, está en contra de la ampliación del aborto, en contra de que las niñas de 16 años, con sus derechos limitados en infinidad de casos, puedan abortar sin conocimiento de sus padres, y a favor de la vida, de ayudas a las familias porque España es el país de Europa con menores ayudas a las familias y no es cierto que se penalice a las mujeres que abortan: ninguna mujer ha ido a la cárcel por ese motivo y nadie quiere que lo hagan. (120.000 abortos en 2008 y ninguna mujer en la cárcel). Lo que muchos españoles quieren es que se afronten los problemas reales que lastran nuestro futuro–el paro, la educación, la competitividad, la investigación, el modelo productivo, la justicia- y no se haga izquierdismo de salón que ni es progresista ni tiene consenso social, como se vio claramente en Madrid.
Sea cual sea la ideología de cada uno, lo ha dicho Bono, este es un gran problema social que debe obtener el máximo consenso en su tramitación parlamentaria. Esta es una ley innecesaria, radical y provocadora ¿Escuchará el Gobierno a la calle? Me temo que no. Cada vida importa, diga el Gobierno lo que diga y haga lo que haga, pero los daños que va a provocar serán irreparables. No es un problema político ni de ideologías. Es un problema moral. Y lo del sábado fue una derrota por goleada para el Gobierno.
[email protected]
Si (
No(
