En respuesta a preguntas de los periodistas, el jefe del Ejecutivo cántabro reconoció que las empresas privadas
"tienen libertad", pero consideró que se trata de un "
escándalo", máxime en el momento actual de crisis económica y
"de tanta angustia en tantos sitios".
En su opinión, es "desmoralizante" e "injusto, y más que lo pasen por la cara de los que están ahora angustiados". Así, se preguntó qué pensará "un padre de familia que tiene a todos sus hijos en paro" o un jubilado que cobra "500 euros o menos".
Según dijo, a él le causa "desasosiego", pero además "provoca la desmoralización ciudadana", "crea alarma social y hace que la gente deje de creer en muchas cosas". "Parece una provocación", agregó Revilla, quien reclamó que se tenga "un poco de sensibilidad", porque "una cosa es lo que sea legal y otra lo que sea moralmente admisible".
"A mí me daría vergüenza salir a la calle. Algo habrá que hacer", sentenció el presidente cántabro, quien insistió en que "es legal, pero cunde el desánimo" y "desmoraliza", lo mismo que cuando se ve a un etarra que ha matado y sale a la calle a los diez o quince años.
Para Revilla, en estos momentos "a los que habría que meter unos impuestos exagerados es a esas grandes fortunas, esos grandes sueldos". "La solidaridad hay que pedírsela a los que más tienen", concluyó.
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