.jpg)
La presión generada por la población y el turismo en La Paz, Baja California Sur, podría provocar que en tres años la ciudad se quede sin agua potable, advirtió Gabriela Anaya Reyna, coordinadora de la Sociedad de Historia Natural Niparajá.
En conferencia de prensa realizada en la Cancillería, la dirigente ecologista sostuvo que a pesar del compromiso de la ciudadanía para cuidar el recurso y mantener prácticas amigables con el medio ambiente, es urgente tomar acciones.
Recordó que La Paz se encuentra construida en un desierto y por ello los recursos hidráulicos son limitados, pues la precipitación pluvial es de apenas 16 centímetros al año, muy por debajo del promedio de otras capitales en el país.
En ese sentido, aseguró que en esa ciudad "estamos sacando más de lo que tenemos y ahora sólo queda como reserva más o menos importante el depósito conocido como El Carrizal", si bien a esa reserva le quedan, cuando mucho, tres años de vida.
El propio crecimiento de la población, pero sobre todo la presión de los desarrollos inmobiliarios, ha provocado una drástica caída en la disponibilidad de recursos hidráulicos, por lo que pronto, los habitantes de ese estado tendrán que buscar alternativas.
Entre ellas mencionó la posibilidad de desalinizar el agua, para lo cual se están buscando las tecnologías necesarias, pues se trata de un sistema caro y complejo.
La organización que Anaya Reyna representa, se ha hecho notoria por la defensa que ha realizado históricamente en la Playa Balandra, única que todavía está libre de construcciones.
La defensa de esta zona de mar, que incluye la protección de especies marinas y manglares, le ha valido a la organización el Premio al Mérito Ecológico de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y el Premio en Dubai por Mejores Prácticas Sociales.
Si (
No(
