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Zapatero, de ‘semivacaciones’, cierra un curso de infarto

El trepidante mes de julio se cierra con amenazadores mensajes dirigidos contra la patronal que representa Gerardo Díaz Ferrán y una dicen que intensa actividad telefónica para reafirmarse en el apoyo de los empresarios más cercanos a La Moncloa, que son también algunos de los más importantes. Así, Zapatero va concluyendo este curso político, que llega a su recta final con la financiación autonómica aprobada en medio de un cierto escándalo y con el diálogo social roto. Por cierto, uno de los pilares de este diálogo, el líder de Comisiones Obreras Ignacio Fernández Toxo, ha pedido un “gran pacto de Estado”, que incluya a los partidos políticos, a la vista de la crisis que no remite. ¿Otra voz que clama en el desierto?

Entramos en una semana políticamente densa, en la que tienen que aclararse los humos de los incendios, pero también de ese terremoto que ha supuesto la violenta ruptura de toda posibilidad –por ahora— de llegar a un pacto social entre las representaciones de empresarios y de los trabajadores. Pero, mientras la unidad sindical está incólume, no ocurre lo mismo con la patronal, donde se vislumbran algunas grietas en el apoyo al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán. Dicen que La Moncloa ha iniciado un frenesí de contactos con grandes empresarios, en busca de apoyo para sus tesis frente a la patronal ‘oficial’, a la que los socialistas acusan de estar demasiado cerca del sector del PP que representa Esperanza Aguirre.

Una semana, en fin, que pudiera ser políticamente importante también en el campo de la oposición; nadie creía que llegaría el descanso de agosto con el tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, en el cargo, pero así puede llegar a ocurrir, contra los deseos de la inmensa mayoría de los dirigentes ‘populares’, Mariano Rajoy incluído. ¿Habrá movimientos judiciales antes de agosto, es decir, esta misma semana? Puede que sí, y entonces el panorama podría cambiar y mucho. Es lo que espera el presidente del PP, que teme que la ‘serpiente política del verano’ sean nuevas cintas y papeles relacionados con el ‘caso Gürtel’.

Y, mientras, Zapatero está de semivacaciones, por lo que parece, aunque nada se haya dicho oficialmente al respecto. El presidente del Gobierno solamente tiene en su agenda oficial de la semana un encuentro con Ferrán Adría, el renombrado restaurador, y la celebración, el viernes, del Consejo de Ministros, al que le seguirá la tradicional rueda de prensa de fin de curso. Gente que le es próxima dice que está encantado con el acuerdo sobre financiación autonómica y hasta con una ruptura con la patronal que él piensa que aumentará su popularidad entre el electorado. Y está encantado, claro, con lo que ocurre en el interior del PP, aunque eso no vaya a decirlo en la tan esperada rueda de prensa.

Por cierto que en esa rueda de prensa sin duda le van a preguntar a Zapatero –yo mismo lo haré, si tengo la oportunidad—por ese ‘gran pacto de Estado’ que reclama Toxo, pero que también han pedido empresarios, banqueros, intelectuales, periodistas y parece que un sector mayoritario de la ciudadanía, a tenor de lo que dicen algunas encuestas. La respuesta se puede anticipar: el PP es el culpable, porque no quiere ese pacto. Más o menos lo mismo que diría –que ha dicho—Rajoy, si Rajoy pudiera acudir a una rueda de prensa, cosa que, dadas las circunstancias, y mientras el ‘asunto Bárcenas’ no escampe, no puede hacer. Dicen que la antipatía personal entre ZP y MR es insalvable, y que eso condiciona todo paso decisivo, todo cambio radical, para afrontar juntos la crisis. Reconozca usted conmigo que la explicación, que deja fuera y desatendido un clamor nacional, no deja de ser pintoresca. Por decirlo con palabras suaves.

 

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