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Llegó a una zona fronteriza neutral

Zelaya pisa Honduras por unas horas pero no consigue nada

El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, pisó ayer territorio hondureño, un gesto simbólico pues tan sólo estuvo unas dos horas en una zona neutral, pero criticado no sólo por el nuevo Gobierno de su país sino también por Estados Unidos.

Zelaya cruzó la línea divisoria desde el puesto nicaragüense de Las Manos, a donde regresó para desde allí tratar de asegurarse la posibilidad de regresar definitivamente y en paz.

En declaraciones, Zelaya dijo que no sabe cuánto tiempo se quedará en Las Manos a la espera de una respuesta al mensaje que envió al Estado Mayor de las Fuerzas Armadas a través de un teniente coronel de apellido Recarte.

Zelaya dijo también que ha conversado por teléfono con “asesores cercanos” al Gobierno de Roberto Micheletti, elegido presidente por el Parlamento hondureño tras su destitución el 28 de junio.

El presidente depuesto hizo un llamamiento para “llegar a un entendimiento de respeto” y reafirmó “la voluntad soberana del pueblo en las urnas” que lo eligió a él presidente.

La respuesta del Gobierno de Micheletti, que considera “indeclinable” su negativa a que el depuesto presidente vuelva al poder, fue un comunicado de la cancillería en el que se “deplora” que Zelaya “abandone la mediación, declarándola fracasada, y recurra al uso de la fuerza poniendo en riesgo la vida de los hondureños”.

Zelaya “ha desatendido el llamado de las instancias internacionales como el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, de otros Gobiernos de América y del mundo que favorecen una solución pacífica a la situación política de Honduras”, dijo la cancillería.

“En su lugar”, afirmó, “promueve la subversión, el baño de sangre y tropas extranjeras para mancillar la soberanía y el honor nacionales”.

Según la nota, el Gobierno de Micheletti “continúa en las negociaciones enmarcadas en la mediación” del presidente de Costa Rica, Óscar Arias, a quien expresó “reconocimiento y alta gratitud” por su “tiempo y esfuerzo”.
También la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, quien calificó ayer de “imprudente” el intento de regreso de Zelaya y reiteró su llamamiento a evitar “cualquier acción provocativa que pudiera llevar a la violencia”, manifestó ayer su respaldo a la labor de mediación del mandatario costarricense.

“Urgimos a ambas partes a aceptar la propuesta del presidente Arias. Es la base para una solución pacífica. Y es eso lo que apoya Estados Unidos”, subrayó Clinton.

De igual manera se pronunció el presidente Óscar Arias, quien afirmó ayer que la fugaz entrada en Honduras del depuesto presidente Zelaya “no es el camino” para solucionar la crisis de ese país, y abogó porque se firme el acuerdo propuesto por él / BOGOTÁ, EFE

Simpatizantes y detractores

En Honduras, el anunciado regreso de Zelaya motivó que miles de personas contrarias al presidente depuesto se manifestaran ayer en San Pedro Sula en defensa de “la paz y la democracia”.
“No queremos la imposición de un ex presidente que está inhabilitado políticamente y que violó la Constitución”, declaró a la prensa Leonel Ayala, uno de los organizadores de la marcha, promovida por agrupaciones empresariales, sociales y políticas.
Los manifestantes vestían de blanco en su mayoría y portaban banderas de Honduras, así como pancartas con lemas en defensa de la Constitución hondureña y de rechazo a Zelaya, así como al presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
El Gobierno de Estados Unidos renovó su alerta.

protagonistas

Manuel Zelaya: Presidente elegido por el Partido Liberal (PL, derecha), fue derrocado por el golpe militar del 28 de junio tras desoír al resto de los poderes del Estado por su intento de reformar la Constitución. Durante los tres años y medio que gobernó dio un giro a la izquierda. Adhirió a Honduras en la Alianza Bolivariana para las América (ALBA), se alió con el presidente venezolano Hugo Chávez.

Roberto Micheletti: Presidente del Congreso Nacional y compañero de partido de Zelaya, se opuso al proyecto de éste de reformar la Constitución. Aspiraba a ser candidato presidencial del Partido Liberal en las elecciones internas del partido. Ahora ha llegado a la presidencia de Honduras por un atajo.

General Romeo Vásquez: De ser amigo de Manuel Zelaya, quien quebrantando las normas le renovó por un segundo mandato de tres años el mandato como jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército, el general fue el artífice de su derrocamiento y de su expulsión del país. Vásquez había sido destituido por Zelaya el 24 de junio por negarse a repartir el material para la consulta popular que había sido declarada ilegal.

Hillary Clinton: Lejos parece haber quedado la injerencia abierta de Estados Unidos en los asuntos internos de su tradicional “patio trasero”, donde mantiene todavía una base militar. Tras no reconocer al gobierno de Micheletti, la jefa de la diplomacia estadounidense abogó por el orden constitucional y el estado de derecho.

Óscar Arias: El presidente costarricense, premio Nóbel de la Paz 1987 por su papel en la pacificación de Centroamérica en los años’80, se convirtió en mediador, uno de los papeles que más le gustan, de la crisis hondureña.

Hugo Chávez: El presidente venezolano se ha puesto de lado del depuesto Manuel Zelaya y tras amenazar con invadir Honduras para restituirlo y anunciar el corte de suministro de petróleo, ha dicho que el golpe de Estado ha sido también contra él y contra el ALBA.

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