Ironías de la vida, los rumores apuntaban estos días a que España podría ser la nueva integrante del club del G-8, ya que algunos miembros del mismo consideran que el hecho de que hayamos adelantado a Italia -organizadora de esta última cumbre- en renta
per capita y aportaciones proporcionales del PIB en ayudas es suficiente argumento
para reemplazar a este país.
Pero la verdad es que
Zapatero acude en un mal día para el prestigio de nuestra gestión de la crisis, ya que el Fondo Monetario Internacional corrigió al alza sus previsiones económicas para 2009 y 2010, prácticamente para todo el mundo, excepto en la zona euro y sobre todo para España.
Este organismo pronostica que la economía española decrecerá un 4%, un punto más de lo que había previsto en abril. Para el año que viene la contracción del PIB será del 0,8%, lo que sitúa a España en el último lugar de los países europeos en términos de recuperación.
Pero Zapatero y el Gobierno no quieren que nada enturbie una buena jornada para el presidente español, que desde esta tarde formará parte de las reuniones del G-8 en L'Aquila, aunque como invitado. De todas formas, España sí que será miembro de todo derecho del G-20 ampliado que en septiembre se celebrará en Estados Unidos, con Obama como gran anfitrión. Será entonces cuando llegará un nuevo encuentro entre Zapatero y Obama, adelantando el ya célebre
"acontecimiento planetario" que comentó con poco acierto la socialista
Leire Pajín sobre la coincidencia de la presidencia de éste en la Casa Blanca y la de turno de ZP en la Unión Europea a partir de enero de 2010.
La agenda
Zapatero ha sido invitado por el italiano
Silvio Berlusconi, anfitrión de la cumbre, a abrir la sesión de trabajo dedicada a la seguridad alimentaria en la que participarán los principales países en vías de desarrollo y varios países africanos. Además de esta intervención, participará a su llegada a primera hora de la tarde en la reunión de coordinación de los países europeos del G-8 (Italia, Reino Unido, Francia y Alemania) junto con Países Bajos y Dinamarca, así como Turquía.
Por la noche, Zapatero asistirá a la cena organizada por el presidente italiano,
Giorgio Napolitano, en honor de todos los asistentes a la cumbre del G-8, que en esta ocasión serán un total de 39 países que representan al 90% de la economía mundial.
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