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Con pleno respaldo internacional anuncia la "operación retorno"

Zelaya intentó pero no pudo aterrizar en Tegucigalpa

Zelaya en conferencia de prensa desde El Salvador, lamentó los hechos violentos denominándolos como un acto criminal y llamó a los militares de su país a bajar sus fusiles que ahora están apuntando al pueblo. Con el respaldo de la ONU y de varios Presidentes, anuncia la "operación retorno".

El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, no logró hoy aterrizar en Tegucigalpa, como había anunciado, a pesar de intentarlo, en una jornada en la que la crisis política abierta hace siete días se cobró su primera muerte.

Un joven de 19 años, identificado como Isis Obed Murillo, murió de un balazo en la cabeza, y al menos otras diez personas resultaron heridas en enfrentamientos entre seguidores de Zelaya y militares en el aeropuerto de la capital hondureña, hasta donde se acercaron varios miles de partidarios del presidente destituido.

Pocos minutos después de que los enfrentamientos provocaran la víctima mortal, el avión que llevaba a Zelaya apareció sobrevolando la capital hondureña. Sus seguidores vitorearon la aparición de la aeronave, pero las Fuerzas Armadas, que tenían controlada la terminal aérea desde primeras horas de la mañana, colocaron vehículos militares en la pista para evitar que el avión pudiera aterrizar.

Tras sobrevolar un par de veces el aeropuerto y cuando la Fuerza Aérea hondureña se disponía a enviar aviones de combate, el aparato de Zelaya viró y puso rumbo a Nicaragua.

Ese fue el punto final para la manifestación más multitudinaria que ha tenido lugar en Honduras desde que los militares derrocaron y expulsaron del poder a Zelaya, el pasado 28 de junio, y pusieron en su lugar a Roberto Micheletti. La reacción del nuevo presidente fue decretar un toque de queda de aplicación inmediata.

Durante la jornada, el Gobierno hizo continuas conexiones en cadena nacional para retransmitir mensajes repetidos del propio Micheletti y de la Iglesia católica que dejó a las emisoras de radio y televisión sin capacidad para poder dar cuenta de lo que estaba sucediendo en la capital.

El Gobierno que detenta el poder desde el pasado domingo había dejado claro que no permitiría la entrada del depuesto gobernante, que el sábado por la noche asistió a la reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que se suspendió a Honduras del Sistema Interamericano.

Las autoridades de Aeronáutica Civil anunciaron que el avión del depuesto presidente no había recibido permiso para entrar en el espacio hondureño y había sido desviado a El Salvador.

Por su parte, el nuevo presidente, Roberto Micheletti, aseguró que ese vuelo no había recibido autorización de entrada en el país para evitar "conflictos internos".

"Aquí no se ha derramado una gota de sangre de ningún hondureño y esto (la llegada de Zelaya) podría tener como consecuencia eso", dijo Micheletti en conferencia de prensa antes de los incidentes.

El nuevo presidente, que se había pasado la semana asegurando que si Zelaya volvía al país sería detenido, afirmó hoy que "hay tiempo para reflexionar, para dialogar, para resolver estos problemas".

"En su momento (Zelaya) va a tomar la decisión de venir y entregarse al país normalmente para que podamos, para que puedan las autoridades que corresponda, decidir lo que es correcto hacer con el presidente Zelaya", agregó Micheletti, sin explicar por qué hoy no era ese día.
Por otra parte, el nuevo presidente cargó contra los mandatarios de Nicaragua, Daniel Ortega, y Venezuela, Hugo Chávez, por no respetar a su Gobierno e, incluso, denunció movimientos de tropas nicaragüenses en la frontera, una información que fue desmentida tajantemente por el propio Ortega.
"Juro ante Dios que Nicaragua no está desplazando tropas hacia Honduras, esto no es mas que una burda maniobra de los golpistas", dijo.
A pesar de la suspensión y las denuncias contra el resto de gobiernos de la OEA, Micheletti reaccionó a la decisión del organismo de suspender a Honduras con el ofrecimiento de un "diálogo de buena fe" para resolver la grave crisis política que vive el país.

El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, aterrizó finalmente en la capital de Nicaragua y no en El Salvador, como había dicho anteriormente, después de que el Ejército hondureño no le permitiese aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Tocontín, en Tegucigalpa, informó el propio Zelaya en una nueva entrevista telefónica con TeleSur.

En el avión se encontraban el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Miguel D' Escoto; el embajador hondureño en la OEA, Carlos Sosa, y la canciller de la República, Patria Rodas.

Vamos, expresó Zelaya, en una misión pacífica, de diálogo para rescatar lo que realmente le pertenece al pueblo y es expresión de su voluntad.

El dignatario también recordó que una misión regional de apoyo a los hondureños llegó en horas de la mañana de este domingo a El Salvador, integrada por el secretario general de la OEA y los presidentes de Argentina, Ecuador y Paraguay.

 

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