"Estaba crucificado por denunciar irregularidades de la Policía Nacional"

¿Cuál es su situación actual?
Estoy provisionalmente suspendido de funciones por un decreto administrativo del alcalde. No estoy expulsado, no hay resolución judicial ni inhabilitación por la vía penal y la decisión está recurrida. No es correcto ni siquiera lo de ex jefe. Se llegó a decir que tenía una red de prostitución, pero no tengo ninguna imputación por agresión sexual, abusos ni asociación ilícita. ¿Qué jefe de que mafia o banda policial soy? Los agentes del Bloque, ¿qué brazos ejecutores son de Ginés si ellos no tienen imputación de extorsión de locales?

¿Pone la mano en el fuego por todos sus hombres?
Yo esa frase no la utilizo nunca. Hay una Administración de Justicia y una instrucción sumarial de por medio y es de prudencia no decirlo. Yo lo que puedo decir es que ellos no eran ninguna mafia policial. El Bloque es un grupo de amigos como en Coslada está el grupo del Cubo, el de los de Alcalá de Henares, el grupo de CSI-CSIF, el de Educación Vial o el de Plana Mayor.

¿Entonces por qué se detiene a Ginés Jiménez y a otros 31 agentes justo hace este viernes, 8 de mayo, un año?
Porque los maderos en España son los maderos y los guindillas no pueden interferir sus funciones. "¿Qué se han creído los plinios estos que quieren ser policías?", eso es lo que decían los componentes de la comisaría de Coslada. Hay caimanes allí con corruptelas y vicios adquiridos que vieron mal cuando llegué que los policías locales intervinieran. En esas competencias con la Policía Nacional empecé a ser el enemigo y eso creó un odio corporativo a lo largo de muchos años. Pero por lo que estaba crucificado es porque denunciaba actuaciones irregulares de miembros del cuerpo de la Policía Nacional y el jefe superior les abría expedientes, más de una docena.

Era una mosca cojonera en sentido corporativo. Había un inspector que coaccionaba a testigos. Otro tenía antecedentes por un delito contra la propiedad industrial y nos quejábamos de él por el trato que daba a los testigos. Otro miembro conducía bajo los efectos del alcohol. Uno que no estaba bien iba con los genitales al aire delante de la gente. Otro relacionado con la ‘operación Bloque’ se comentaba que tenía una relación sentimental con una de las testigos. Todo eso llevaba a “este cabrón de Ginés es el enemigo público número uno”.

Asegura que hubo "redacción policial" entendida como manipulación en los atestados policiales y en la transcripción de las cintas para crear la trama y justificar su detención.
Ha habido una coctelera con todos los delitos mezclados, pero los que tengo yo no son los mismos que tiene Carlos -Martínez Gil, su supuesto lugarteniente en el grupo del Bloque y que daría protección a una mafia de prostitución de ciudadanos del este- ni lo suyos tienen que ver con los del resto. No existe en ninguna cinta ni conversación telefónica mía ni de nadie un momento en el que yo diga "oye, a ese cobradle el sobre". Carlos era la percha, el motivo para llegar a Ginés y que existiera crimen organizado, porque si no la Brigada XVI de la Policía Judicial y la Brigada de la UDYCO (Unidad delincuencia y Crimen Organizado) no habría podido intervenir. Fue una injusticia filtrar el sumario. Según los propios periodistas lo hacían “fuentes policiales, fuentes de la investigación “ y yo he puesto una denuncia por la violanción del secreto del mismo. Además, han dado información que no estaba en el sumario. Si fueran todos los delitos que nos imputan, el juez no nos habría soltado.

¿Por qué relaciona al PP con esta operación?¿Cree que ha tenido algo que ver?
Absolutamente. Una de las principales denunciantes de extorsiones a los locales es afiliada del PP. Los agentes del Bloque coincidían en ser enemigos del grupo de CSI-CSIF al igual que Ginés y eso les sirve de fuente de información tergiversada a los instructores del Grupo XVI de la UDYCO y al inspector Dámaso Rodríguez, que pertenecía en su momento a la directiva del PP de Coslada. Éste, que le tenía odio a Ginés, se fue a la Jefatura Superior de Policía y aparece de repente como Inspector Jefe dirigiendo la operación cuando es íntimo amigo de Raúl López -ex alcalde de Coslada- y Francisco Javier Becerra -ex concejal de Seguridad- y muy amigo del sindicato CSI-CSIF. ¿No es curioso? Raúl López estaba en el bar de enfrente de la Policía Local a las 8 de la mañana al día de la detención entrando y saliendo a ver que pasaba, esperando a que llegase el operativo de la ‘operación Bloque’.

El PP local tiene una clara implicación política que han ejecutado a través de CSI-CSIF. El regional estaba enterado pero no ha participado activamente. El PP, con todo el escándalo, es el beneficiado y tiene muchas posibilidades de recuperar la Alcaldía. Raúl López y Francisco Javier Becerra estaban muy tocados y me culpaban de que José Huélamo -de IU y de quien Ginés era amigo íntimo- no les hubiera dado su apoyo para gobernar. El PP ha sacado un beneficio político de la trama policial de la que estaban enterados desde el principio.

¿Por qué trató con al alcalde de Coslada, Ángel Viveros, la posibilidad de pedir que se relevase al comisario de la Policía Nacional Carlos Barrios?
En esto el alcalde tenía que haber dicho la verdad -negó haber trasladado a la Delegada del Gobierno o al Ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, la petición de cambiar de destino a Barrios- y haberlo aclarado. Hablábamos del comisario junto con los concejales Manuel Torrús y Antonio Murillo, por iniciativa mía y del alcalde -cosa que Viveros ha negado-. Viveros estaba quejoso porque Barrios se reunía en su despacho con Raúl López y Francisco Javier Becerra, concejales de la oposición del PP, y éstos sabían de primera mano lo que ocurría con la seguridad de Coslada mientras que él no. Conmigo tenía discrepancias de funciones, pero nunca hablé con el alcalde porque Barrios nos investigase a nosotros como se ha dicho. El jefe de Gabinete del alcalde llegó a quejarse de ello a la ex delegada del Gobierno, Soledad Mestre, pero Viveros no se atrevió a decirlo. Con la jueza decana de Coslada, el juez Adolfo Carretero -imputado por coacciones sobre la primera en el mismo caso y absuelto después- y el juez sustituto Carlos Nogales -a quien se señaló por tener relaciones con presuntos delincuentes búlgaros- también hablábamos de ello, pero nada más. Han tenido la mala suerte de ser amigos míos y por eso se les ha relacionado y luego no se les ha dado el bombo suficiente cuando han sido absueltos.

¿Por qué la insinuación de que el ascenso de Enrique Barón de jefe superior de Policía de Madrid a cargo de confianza de la Consejería de Interior tuvo que ver con su detención?
El alcalde de Coslada llamó a Soledad Mestre quejándose a las once de la mañana de que no sabía por qué se estaba deteniendo a su jefe de Policía. En cambio, tengo conocimiento de que Francisco Granados estaba informado de lo que iba a ser la operación Bloque por su buena relación con Enrique Barón. Buena relación, mejor incluso que la que Barón tenía con Soledad Mestre. Es más, tenemos conocimiento de que Soledad Mestre no tenía una información total sino sesgada de lo que iba a ser la ‘operación Bloque’. Por eso no se prestó a hacer nota de prensa ni rueda de prensa después. Prueba de esa buena relación con Granados es que dos meses después Barón es nombrado director general de Seguridad de la Comunidad de Madrid. A esos niveles tiene que haber una confianza y una buena relación con el consejero.

Amenazó ante el juez con tirar de la manta. ¿A qué se refería y contra quién?
A descubrir el aparato policial que se ha puesto en marcha para lincharme, no ha hablar de políticos ni de José Huélamo -ex alcalde por IU- ni de nadie más.

¿Tenía algo que temer cuando le detuvieron el 8 de mayo de 2008?
No, y no hubo ningún tipo de resistencia por parte de nadie. Hubo dos personas (miembros del Bloque) que se dijo que se habían fugado, pero uno se presentó en el juzgado cuando supo que le estaban buscando y otro no estaba en su casa.

Entonces, ¿todas las actuaciones de Ginés Jiménez han sido aplicando la ley y los métodos de manera proporcionada? ¿No han existido palizas, persecuciones o extorsiones?
Siempre hemos actuado de oficio o por requerimiento del ciudadano de forma proporcionada y legal, y en los locales ya que ibas se le pedía al propietario toda la documentación. Los indicios de los pinchazos telefónicos unidos a algunos comerciantes que han sido guiados y utilizados por los inspectores policiales para conseguir las declaraciones que querían daban la sensación de que en Coslada estábamos extorsionando. Mire, de todas las denuncias sólo una habla de que se llevaba un sobre a dependencias policiales, no que se lo daban a Ginés.

¿Cómo entiende que nadie se haya manifestado públicamente en Coslada a su favor y que haya una manifestación contra su vuelta?
¿Cómo vas a defender al mafioso Ginés con la presión mediática que ha habido? En Coslada he tenido muchos apoyos  incondicionales pero el miedo al cuarto poder y a esa apisonadora mediática ha hecho que sean incluso a hurtadillas y a escondidas. Nadie se ha atrevido a decir que he sido un buen profesional, que no he podido coger dinero de las licencias porque las licencias las da el concejal de Urbanismo, que no he ‘trincado’ dinero ni sobres de las terrazas porque las da el concejal y que hemos detenido a más gente que la Policía Nacional. De los políticos, uno de los más objetivos ha sido el concejal de IU Pedro San Frutos, que sin defenderme ha dicho a los ciudadanos que digan que es incierto que les han tenido 20 años oprimidos. La manifestación no es contra Ginés. Ni la apoya ningún grupo político ni asociaciones ciudadanas ni asociaciones de vecinos. Yo paseo de forma totalmente normal por Coslada.

Por último, ¿ha cobrado por las entrevistas en televisión?
No he cobrado ni pienso cobrar más que en seriedad. Mi pago es que me van a dejar contar mi versión con seriedad y con espacio. Se ha dicho mucho, se me ha machacado por todos los sitios, denme la oportunidad de expresarme yo también. Me han llamado de siete y ocho programas basura, me han ofrecido mucho y he dicho que no. Ha sido un linchamiento desproporcionado, una venganza corporativa desmedida.