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Las residencias de Madrid son las más caras

Las residencias de ancianos de la Comunidad de Madrid son un 20 por ciento más caras que la media nacional y sufren defectos de limpieza y accesibilidad, aunque su calificación global es de 'bien', como en el resto de España e igual que hace cuatro años, según un estudio realizado por Consumer Eroski con 125 establecimientos públicos, privados y concertados en 18 provincias.
En concreto, mientras los precios medios nacionales han subido un 8 por ciento en los últimos cuatro años, cuando Consumer Eroski realizó un estudio similar, frente al incremento del 9,2 por ciento del IPC en el mismo periodo, en la Comunidad de Madrid las residencias se han encarecido un 23 por ciento, con un crecimiento mayor en las públicas aunque siguen siendo más baratas que las privadas y concertadas.

En concreto, un residente madrileño pagará en estos centros una media de 1.624 euros, mientras que a nivel nacional la cifra se queda en 1.355 euros, un 20 por ciento menos. Según los datos de este documento, de las once residencias de mayores analizadas en la Comunidad de Madrid la accesibilidad y la limpieza son los puntos débiles, con calificaciones de 'aceptable'.

En concreto, cuatro de los centros necesitaban mantenimiento en su exterior y en sus fachadas, dos más tenían salas comunes demasiado estrechas y en otros cuatro no había ascensores ni rampas para ir de una planta a otra. Cuatro geriátricos más estaban acometiendo reformas de los aseos comunes en el momento del estudio. Por su parte, la oferta de servicios, la atención asistencial y las medidas que toman estos centros para que los residentes se sientan como en casa recibieron una valoración de 'bien': diez de las once residencias tenían camas articuladas, ocho contaban con consulta médica, sólo una no permitía a los ancianos llevar sus enseres personales, y en todas ellas los usuarios podían recibir visitas en su habitación.

En el lado negativo, uno de los centros no elaboraba dietas especiales por prescripción médica, y casi ninguno disponía de unidades para tratamientos especializados como la diálisis. Además, todos los geriátricos estudiados contaban con alarma o timbre en la habitación, aunque siete de ellas no lo tenían en el baño. En cuanto a la lista de espera para acceder, los 23 individuos que de media hay por delante de un solicitante cuando pide plaza en las residencias madrileñas sitúan a la Comunidad por debajo de la media nacional, que implica hasta 35 personas esperando antes que uno.

La seguridad fue lo mejor valorado a nivel madrileño por los usuarios de residencias de mayores y sus familiares, con un 'muy bien', ya que casi la mitad de los once centros analizados realizaron un simulacro de incendio en 2008, todos los trabajadores estaban formados en prevención y actuación en casos de emergencia, y las dotaciones de luces, salidas de emergencia, extintores, alarmas o puertas cortafuego es "inmejorable", según el estudio.
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