Miles de fieles arroparon en Madrid este Jueves Santos, sin la presencia de la lluvia, las procesiones de Nuestro Padre Jesús Nazareno 'El Pobre', María Santísima del Dulce Nombre, la Esperanza Macarena y Jesús del Gran Poder antes de un emocionante Vía Crucis.
A las 19.00 horas la calle del Nuncio ya estaba abarrotada para ver la complicada salida de Nuestro Padre Jesús Nazareno '
El Pobre' y María Santísima del
Dulce Nombre desde la Iglesia de San Pedro. Mirando al cielo, como los fieles que se agolpaban a las puertas, los costaleros sacaron ambas imágenes por la estrecha puerta del templo. Este año la maniobra se complicó aún más, ya que al trono del Pobre se ha incorporado una peana de plata de 45 centímetros.
Los portadores, en cuclillas primero y aún más arrodillados después, consiguieron que el Padre y María Santísima apenas rozaran el portalón en su salida hacia los cientos de personas que aguardaban el momento cumbre hasta durante cuatro horas. Al levantar el pie de suelo cofrades y nazarenos se fundieron en un abrazo llorando, mitad por el esfuerzo mitad por la saeta que dio la bienvenida a las imágenes en su recorrido por el centro mismo de Madrid, desde Nuncio hasta la Plaza Mayor y regreso en un camino lento.
La lluvia, siempre tan temida en estas fechas, no hizo acto de presencia en la capital para alegría de los fieles, que pese a la bajada de temperaturas de la última hora de la tarde aguantaron de pie o sentados en sus balcones para celebrar el inicio de la Semana Santa castiza.
Se hicieron esperar en cambio el paso de la Virgen María Santísima de la
Esperanza Macarena y Nuestro Padre
Jesús de Gran Poder, las imágenes de los sevillanos en Madrid, que no cruzaron el umbral de la Real Colegiata de San Isidro hasta las 20.25 horas. Sus 35 costaleros, acompañados de 300 hermanos entre nazarenos y auxiliares, portaban las tallas que desde 1940 recorren la capital, después de que un grupo de sevillanos añorantes de sus tradiciones, crearan la Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos.
A la espera de Jesús de Medinaceli
Entre saetas, vítores, alegrías y pañuelos enjugando emociones el
Nazareno y la
Virgen de la Soledad de Villaverde actuaron como preludio del Santísimo Cristo de la Misericordia y el perdón, el
Vía Crucis, que desde las 23.00 horas de la Plaza de la Parroquia en Carabanchel ofrece su penitencia antes de que este Viernes Santo llegue
el cúlmen con Jesús de Medinaceli, para el que se esperan 800.000 personas.
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